La Dinastía (libro 7. Aykeris)

Cap. 29 Mucho después

 

Las cosas a nivel de política interna se habían complicado en los últimos cinco años, porque con la ya muy prolongada ausencia de los príncipes, Iziaslav se volvió directamente desagradable haciendo que todos retrocediesen en el tiempo y tuviesen la sensación de estar ante el antiguo Hlavary.

Iyul tuvo que hacerse cargo de las entrevistas diarias, porque Iziaslav se negaba a recibir a aquella partida de estúpidos, de modo que después de casi seis meses de constante negativa, Sergei habló con Iyul haciéndole ver que todo iría en franco retroceso si descuidaban la relaciones internas con los devrigs a los que gobernaban, y fue así como Iyul tuvo que encargarse de aquello quisiese o no.

A pesar de lo mucho que le había costado a Dylan aceptar la ausencia de sus hijos y de Lucien, poco a poco fue adaptándose, no era que no le doliese la ausencia, pero como comenzó a tener sueños muy vívidos en los que tanto su hija como Alex y Derek lo hacían si no partícipe de lo que estaban haciendo, sí parecían muy interesados en hacerlo reír, comenzó a mejorar no solo su aspecto sino su ánimo, de modo que al menos Iyul estuvo muy extrañado por largo tiempo al verlo presentarse sonriente todos los días a la hora del desayuno.

Durante ese tiempo, Dylan se dedicó a estudiar con ahínco la historia de los antiguos miembros del que ahora era su pueblo, pero una de las cosas que más llamó su atención fue el misterio que rodeaba a la zona en la que habitaban, de manera que recurrió a la mejor fuente de información de la que disponía. Janos.

  • Tengo curiosidad – le dijo arrastrándolo con él y haciendo que Janos sonriese
  • Me alegra escuchar eso y pensé que la habías perdido, Rybik – le dijo pero luego arrugó el entrecejo al ver que abandonaban el palacio – ¿A dónde se supone que nos lleva tu curiosidad?
  • Aquí – dijo deteniéndose frente a unas formaciones rocosas y pasando la mano sobre la misma – ¿Qué de cierto hay en esto? – preguntó
  • Mucho – dijo Janos y Dylan abrió los ojos con desmesura, así que Janos inició su relato – Hace muchos años, en la tierra habitaban criaturas de gran tamaño, pero fueron desapareciendo con el tiempo

La historia que estaba contándole Janos, y que para Dylan era una en toda la regla, lo mantuvo embelesado durante largo rato y Janos sonrió para sus adentros recordando lo que Iziaslav decía con respecto a la imaginación del Rybik, y el monarca estaba acertado, porque Janos estaba viendo con claridad las imágenes y pensamientos que surcaban la de Dylan mientras escuchaba.

  • Entonces existió, pero ya no existe ¿es eso, no? – preguntó Dylan con cierta decepción cuando Janos finalizó
  • Bueno, hay quienes dicen que lo han visto
  • ¡Janos! – exclamó cual niño malcriado
  • Veamos Rybik, suponiendo que aún haya alguno por ahí, seguro que no tiene el tamaño de los antiguos, te lo aseguro – le dijo, pero como vio que él compuso expresión de molestia, agregó – ¿Cuál es tu interés en esto, Rybik?
  • La primera vez que estuve aquí, haryk me dijo que la belleza de este lugar desaparecería una vez que fuese descubierto por el hombre, de manera que si una criatura así existe, eso los alejaría ¿no?

Janos sonrió con condescendencia, pero pensó bien antes de hablar, porque hacía mucho tiempo que no lo veía tan entusiasmado con algo.

  • Rybik, esa es una posibilidad, pero no debes olvidar que la curiosidad no te es exclusiva, de manera que algo así atraería con más rapidez a las personas
  • Vamos hombre, a nadie le gustaría encontrarse con algo así
  • Créeme Rybik, a veces la curiosidad es más fuerte que el instinto de conservación. Sin embargo, no es muy probable que si alguno de éstos simpáticos animalitos aun estuviese paseándose por aquí, la gente quisiese vivir muy cerca. Es decir, quizá querrían echarle un vistazo pero sin acercarse mucho, aunque eso no garantiza que no hubiese más de un osado que lo intentase

Por la expresión de decepción de Dylan, Janos pensó que perdería el interés, lo que no sabía Janos en ese momento ni el mismo Dylan, era que siendo éste último tan terco y obstinado como era, encontraría una manera efectiva de llevar a cabo sus planes, y si bien con el tiempo el Lago Baikal se convertiría en una atracción turística, también sería llamado el lago de los misterios, mismos que Dylan se encargaría de fabricar en su gran mayoría y que mantendría a las multitudes alejadas del lugar,  a lo que también contribuiría lo lejano del mismo.

 

A pesar del humor criminal del soberano, no había olvidado del todo sus planes con relación a Dylan, de modo que poco antes de la primera Evesbriel que siguió a la partida de los príncipes, Eldir recibió una nada grata visita y además muy inusual, porque cuando regresó de una recepción se encontró con Iziaslav en su salón.

  • Eldir

La chica casi perdió el sentido al verlo, pero como no fue así, y aunque demoró unos segundos, enseguida se repuso y adopto la correcta posición de saludo.

  • Nym sozdatel’ – dijo haciendo una graciosa reverencia
  • Vamos a ahorrarnos las fórmula de inútil cortesía, porque entre otras cosas creo que no las mereces ya que has desobedecido una orden directa de tu soberano




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