La Dinastía (libro 7. Aykeris)

Cap. 34 Celebración

 

El tradicional recorrido había finalizado de forma inesperada. Alex y Derek casi tuvieron que sacar a Dylan en brazos, pues la tensión casi lo había hecho colapsar. Janos finalmente había registrado el dolor en su brazo, de manera que se apartó de Iyul y abandonó el lugar para buscar a Alekséi. Lucía había abandonado la escena sola, aunque por el camino hicieron acto de presencia Irakli y Louis, pero mientras el primero guardó prudente silencio, Louis era otro asunto y quería saber de forma inmediata qué le sucedía y quién se había rifado ser despojado de su estúpida cabeza. Sin embargo, contrario a sus costumbres, Lucía guardaría obstinado silencio, y como ya sabía que después del recorrido debía cambiarse para asistir a los actos, caminó derecha hacia las dependencias reales.

 

Una vez que Dylan hubo recuperado la estabilidad, quería volver, pero sus hijos se lo impidieron.

  • Creo que es mejor dejarlos un momento solos, papá – dijo Derek
  • Pero…
  • Padre – intervino Alexander – aunque tú también eres su hijo, no viviste lo que ellos vivieron, de modo que como dice Derek, es mejor dejar que ellos, que fueron los protagonistas de esa parte de la historia, tengan ocasión de desahogar su pena y comenzar a sanar las heridas como dijo Lucía
  • Luciano no es de la clase que vaya a olvidar o a…
  • Papá, Lucien no será un niño para siempre y en realidad dejó de serlo hace mucho, así que deja de comportarte del mismo modo que según entendí, le hizo tanto daño en el pasado
  • ¿De qué hablas, Derek Phillipe?
  • De la sobreprotección – dijo Alexander dándole una explicación a lo que había dicho su hermano, pero que su padre parecía no entender – Una cosa es amor y otra muy diferente es intentar vivir por él, padre. Como dijo Derek, tío Lucien es un hombre, y como tal, tiene derecho a vivir, a cometer errores, a enmendarlos si es posible, o a aprender de ellos. Ustedes no pueden pasarse la vida protegiéndolo, porque eso no es amor. Tal vez no de forma inmediata, pero si lo dejan en paz, es posible que de ahora en adelante comience a crecer realmente, a perdonar y a darse permiso para ser feliz.

Como de costumbre, Dylan se sintió apaleado por su hijo, aunque luego tendría que reconocer lo acertado de su discurso.

Cuando estuvieron listos para dirigirse al lugar de reunión, pasaron por la habitación de Lucía, pero ella ya había salido en compañía de Istval y su séquito personal, algo que les informó Istvan, de modo que se encaminaron hacia los jardines. En cuanto localizó a su hija, Dylan se encaminó hacia ella, pero fue detenido por Alex.

  • Ella no hizo nada mal, papá
  • Lo sé, solo quiero… – pero se detuvo y Alex elevó una ceja
  • Solo quieres decirle que no debió decir todo lo que dijo y estarías en un error, porque por empezar, es cierto que podemos amar mucho y sentir el dolor atroz de la pérdida, pero a lo que no tenemos derecho es a quitarle a ninguna energía el suyo a avanzar.

Aunque Yvaylo se había apresurado a proteger aquella corta charla, en cuanto Alex se alejó, Dylan lo miró con consternación.

  • ¿Son ideas mías, o él parece el padre y yo el hijo?

El Levjaner se limitó a sonreír pues aquello era algo que todos habían notado desde hacía mucho tiempo, pero a diferencia de Dylan, los Levjaner manejaban teorías diferentes, ya que ellos estaban convencidos de que lo que sucedía con Alexander, era que se trataba de una energía con un grado mayor de evolución y, por tanto, con más sabiduría.

Aunque Derek había hecho un maravilloso trabajo estabilizando a Dylan, éste comenzó a alterarse de nuevo al no ver ni a Iziaslav ni a sus hermanos, de manera que intentó ubicar a Istvan.

  • Yvaylo
  • Dime
  • ¿Dónde está Istvan?
  • No lo sé, pero si quieres hablar con él…
  • Lo que quiero es saber… – pero se detuvo mirando hacia la puerta

Iziaslav venía en compañía de Iyul, pero como Lucien no venía con ellos, todas las alarmas se encendieron en el aprensivo cerebro de Dylan. Iziaslav se detuvo un momento a decir algo a Sergei y continuó hacia ellos.

  • ¿Dónde están los aykeris, Rybik?
  • Hace un momento…
  • ¿Extrañándome, Ymharyk? – escucharon a Lucía
  • Seguro, no puede vivir sin nosotros – dijo Derek
  • Te estábamos esperando para comer
  • No deberías preocuparte por mí en ese aspecto, sino por tu padre, nidly, nunca hemos logrado que lo haga como es debido – dijo mientras se encaminaban hacia las mesas
  • Eres un mentiroso, Derek – le dijo Lucía a su hermano, aunque no lo dejó decir nada – Me dijiste que asistían muchas personas y yo no veo tantas
  • No te mintió, es solo que en esta ocasión solo están aquellos que saben de su existencia, pero mañana verás a muchos más – le aclaró Iziaslav

Dylan que no había estado prestando verdadera atención, se fijó en ese momento que su hija tenía razón, porque había poquísimas personas en aquella oportunidad y los que sí estaban, eran todos los miembros del Arkel, algo más bien extraño pues ellos nunca participaban de las Evesbriel. Pero hizo eso a un lado y sujetó el brazo de Iyul para apartarlo del grupo.

  • ¿Dónde está Luciano?
  • En su habitación
  • No quiere…
  • No, no se trata de eso, pero haryk encontró más juicioso que descansase un poco
  • ¿Disculpa?




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