La Dinastía (libro 7. Aykeris)

Cap. 49 Recuento

 

Itlar se había hecho cargo de impartir las órdenes que siguieron al caos que acababan de vivir, pues en primera instancia nada podía hacer por Lucien y eso había quedado demostrado, y apartando lo anterior, Istvan estaba demasiado preocupado como para que encima tuviese que cargar con la responsabilidad del orden y la seguridad. Lo primero que hizo fue pensar en la seguridad de la familia real, porque en una situación como aquella, cualquiera podía ponerse creativo y prefirió evitar sorpresas. De modo que luego de hacer traer a los veldekys para una primera evaluación de los heridos, ordenó el inmediato traslado de todos a Ilir.

 

Aleksèi, a quien no habían tenido que buscar pues estaba casi en la primera línea de espectadores, había golpeado a dos havariks de los que, lógicamente estaban impidiendo que nadie se acercase al lugar de los hechos, y se había abalanzado hacia Lucía. Aunque él no era un Levjaner, era hijo de uno, de manera que tanto por su profesión como por las enseñanzas de su padre, sabía cómo estabilizar su energía, pero nunca le había costado tanto hacerlo, pues al ver a su niña bañada en sangre y con una palidez mortecina, tuvo que lidiar con dos sentimientos diferentes; uno era la ira y el otro el dolor, pero se sobrepuso a ambos para ocuparse de Lucía.

  • Danmi nidly, serirví haner lavyl [1] - le dijo haciendo acopio de valor
  • Dum… ilier [2] - contestó ella – Alex…
  • Aquí estoy, pero no hables – le dijo él
  • Una vez me dijiste que justicia no era lo mismo que venganza
  • Sé lo que dije y lo mantengo, pero esto es diferente, porque fue un crimen en ejecución y él no iba a detenerse

Aunque Lucía parecía querer decir algo más, ya Aleksèi la estaba levantando y a continuación partieron.

 

Milorad, aunque no podía hablar pues el dykari de Massarik le había atravesado la garganta, hacía desesperados esfuerzos por tranquilizar a Jovanka y a Istziar, pero finalmente quien tuvo que hacerse cargo fue Iván, porque sus aykeris parecían tan mal como su madre y su hermana, aunque en el caso de Istval lo que estaba en realidad era furioso. Istvan apartó a su madre y a su hermana para hacerle sitio a Haliq, y un momento después el veldeky dijo que ya podían trasladarlo.

 

Quien primero había llegado hasta Dylan había sido Henry seguido de Tommy.

  • A un lado, Richmond – le dijo Yvaylo
  • Tranquilo Yvaylo, Henry es amigo del Rybik – dijo Iziaslav

Sin embargo, Yvaylo se limitó a mirar mal a Henry, porque él no había olvidado que aquel sujeto era uno de los que si bien habían protegido a Dylan, también era uno por cuya causa habían demorado más en encontrarlo y de ahí su escasa simpatía por él, sentimiento que por cierto, compartía con Lucien. Después que Haris hizo la evaluación primaria, dijo que ya podían trasladarlo y se volvió hacia Iziaslav.

  • Su corazón de nuevo – dijo con escasez de detalles como era su costumbre
  • Stuart – llamó Iziaslav a Tommy – encárgate de escoltar a Lord Richmond a Illir
  • No es…
  • Sí, sí lo es – interrumpió Iziaslav a Henry – no te pido que seamos amigos, pero lo eres de mi hijo y eso es lo importante

Como Henry tenía claros los beneficios de la discreción, no discutió más y fue con Tommy.

Tanto Iziaslav como Iyul, habían estado pendientes de las tres situaciones, de modo que después que todos fueron trasladados, ellos se reunieron con Itlar.

  • ¿Dónde está Lucien? – preguntó Iziaslav
  • A unos cuántos kilómetros de aquí, sarì
  • ¿Solo? – preguntó Iyul
  • No, Irakli y Axier están con él
  • Llévame con él – dijo Iziaslav
  • Haryk, déjame a mí
  • No, tú no eres padre sino hermano, syn - le dijo recordando lo que le dijese Milorad un tiempo atrás – Vamos – agregó mirando a Itlar
  • Ak, sarì – contestó él y partieron

 

Aunque Iván quería ir con los Korsacov, primero tuvo que, con ayuda de Liever, Henri y algunos otros miembros del Arkel con alguna habilidad con las mentes, dedicarse a tranquilizar quienes estaban muy alterados  antes de despacharlos a sus lugares de origen, y, aunque consideró la posibilidad de modificar sus memorias para que olvidasen lo que habían visto, como no había recibido esa orden y habría sido más bien inútil, pues habría tenido que proceder del mismo modo con todos, cumplió con lo inmediato y luego partió hacia la casa de sus amigos.

 

Pierre Chifflet había tenido que sacar a Guy a rastras y en estado de shock, y aunque no era que a él le gustasen más que a su amante, aquellos sanguinarios espectáculos, era menos propenso a los ataques de nervios que sufría Guy, y era además quien habitualmente se encargaba de despachar a cualquiera que lo molestase en demasía. Muchos años habían pasado desde que ellos participasen en batalla, pero Guy era un caballero bien nacido y no un salvaje devliano, razón por la cual si bien había matado a muchos hombres, no con aquel nivel de salvaje ensañamiento. Y en el caso de Pierre, no tenía un linaje tan puro como Guy, pero tampoco él pertenecía a aquella raza de guerreros. Y por si no fuese suficiente el salvajismo demostrado, estaba el otro asunto de más difícil comprensión y que hasta la fecha, habían creído se trataba solo de exageradas historias que hacían parte del folclor de aquella gente, pero que esa noche había quedado claro que no eran fantasía.




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