Después de la boda real, y en los círculos más elevados del Clan Yaroslavich, se respiraba un ambiente de aterrada expectación; las peticiones de audiencia con el soberano habían descendido a menos de la mitad y casi ninguna era de los miembros de este clan, e incluso los Savaresce que tenían audiencias pautadas bien fuese con Sergei o con Iziaslav, intentaron cancelarlas. El asistente de Sergei se había mostrado sorprendido, mientras que el primero, y habiendo estado en la boda, encontró una rápida y acertada explicación para aquella actitud. El miedo.
No obstante, esta situación le daría mucho tiempo de ventaja a Sergei para ocuparse de otras cosas más importantes que las peticiones a veces muy necias, de sus congéneres.
Sergei había estado lidiando desde hacía cinco años con la entrada de Francia al conflicto que posteriormente se conocería como la Guerra de los treinta años, pues aunque ellos no tendrían que haberse visto especialmente afectados por esto, Phillipe seguía siendo un súbdito francés y James le reportaba acerca de los manejos políticos en los que intentaban involucrarlo, teniendo que ocuparse con prontitud, eficiencia y discreción, de aquellos que lo intentaban y que por lo general eran antiguos Lothian.
Otro asunto que los mantenía en alerta era la expansión rusa alrededor del Lago Baikal y que hacía parte de la conquista rusa de Siberia, pero como estaba difícil que se acercasen a Illir, si bien se mantenían vigilantes, eso los preocupaba poco.
Aunque los príncipes querían dar inicio a la misión que les había sido encomendada, por una parte debían esperar el regreso de Derek, y por otra, Iziaslav dijo que primero debían ocuparse de la coronación de Alexander que ya estaba muy retrasada. De manera que mientras Sergei se ocupaba de organizarlo todo, cada quien invertía su tiempo de diversas formas.
Alex asistía a las audiencias con su abuelo y en realidad quien se ocupaba de las mismas, pues tanto Iziaslav como Iyul, que había sentido mucha curiosidad por ver cómo se desenvolvía su sobrino, casi se limitaban a ser simples espectadores, pues Alex aparte de exhibir una paciencia de la que el soberano carecía, también estaba demostrando una sabiduría impropia para sus pocos años, y la mayoría de quienes hablaban con él, salían bastante satisfechos, porque no siempre conseguían lo que querían, pero invariablemente terminaban encontrando las ideas del joven príncipe incluso mejores que las suyas, de modo que en breve comenzaría a correrse la voz, y aunque Alex seguía siendo un Yaroslávich, comenzó a ser más admirado y respetado por su buen juicio que por la peligrosidad de la que al menos algunos, sabían era portador. Y en el caso de Iyul, mantenía largas conversaciones con Alex acerca de los problemas que sabía existían, y entre ambos hicieron muchos planes para el futuro, algo que sería de gran utilidad cuando Alex no estuviese.
Luciano había decidido emplear su tiempo en otro asunto, y mientras los demás pensaron que simplemente quería escapar de los preparativos para la coronación yéndose de juerga, en realidad hacía labor de investigación, porque él sabía que si prestaba la atención debida, podía averiguar cosas importantes de las conversaciones ajenas, así que se dedicó a pasearse por las diversas cortes de Europa, incluida la de la odiosa Inglaterra y efectivamente averiguó mucho más de lo que originalmente había imaginado.
Dylan por su parte, prefirió quedarse a compartir el mayor tiempo posible con sus hijos, pues sabía que una vez que comenzasen aquella cacería, era posible que pasasen mucho tiempo sin verse, algo que no le gustaba en lo más mínimo pero que había tenido que aceptar. No obstante, como Alexander pasaba mucho tiempo ocupado en asuntos de estado, y a pesar de que esto le sirvió a Dylan para educarse en los problemas de la raza a la que ahora pertenecía, conocimientos que a futuro le serían muy útiles para emprender mejoras en firme, tampoco era que tuviese mucha paciencia para la política en general. Si bien podía entender a su hijo, definitivamente no a su hija, porque aquella muchachita se las arreglaba de forma inmejorable para mortificar a todo el mundo, y pocos días después de la partida de Derek, ella decidió que la mejor manera de emplear su tiempo y con miras a lo que tendría que hacer en breve, era entrenándose como cualquier Levramzyk, algo que encontró apropiado participar a la hora de la cena.
De forma inmediata nadie pareció entender con excepción de Alex a quien se le dibujó una arruga en la frente pensando que a su hermana en verdad se le hacía imposible un mínimo de delicadeza, porque luego de decir aquello, comenzó a enumerar a lo que pensaba dedicar su atención, lo que incluía por supuesto, un entrenamiento intensivo con Iliar en combate cuerpo a cuerpo. Como cabría suponer, Dylan casi sufre otro paro, Lucien abandonó el comedor después de gritarle cualquier cantidad de insensateces a la niña, no se despidió de nadie y de hecho no lo verían en muchos días; Iyul había clavado sus verdes ojos en los de su padre con una clarísima advertencia que el soberano debió entender bien, porque no comenzó a vociferar insensateces como su otro hijo.
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Editado: 17.11.2021