La DinastÍa (libro 8. Rhyfeldstar)

Cap. 12 Otra Evesbriel

 

Yaroslavl, 1671

 

Mientras terminaba de alistarse para salir, Iziaslav estaba haciendo un repaso de los últimos veinte años.

 

Al inicio, él había estado muy preocupado por la actividad que se proponían emprender sus hijos y sus nietos, pero quien más angustias le había proporcionado había sido Lucia por lo ya explicado, mientras que los príncipes y si bien estaban metidos hasta el cuello en los diversos problemas políticos de las zonas más conflictivas de Europa, Alex donde se había introducido con mucho éxito era en las cortes de los países escandinavos y la del Sacro Imperio, y eso lo preocupaba mucho, porque aquella era la zona de mayor influencia de individuos como Hossa y Harsady.

 

Yaroslavl comenzaba a ser conocido en occidente como un país próspero, y esta apertura era obra de Alexander y de Sergei. Inicialmente, a Iziaslav no le había hecho mucha gracia aquello, pero como ya se había hecho costumbre, Alex lo apaleó como solo él podía hacerlo y el soberano tuvo que ceder. En lo que Alex no tuvo suerte y sabía que no la tendría, era en aquello de que los soberanos no iban por ahí paseando de corte en corte, y en aquel momento Iziaslav sonrió al recordar la espinosa conversación.

  • ¿Acaso me consideras tan inepto como para no ser capaz de encubrir mí presencia, rybik?
  • Por supuesto que no, eso sería no solo estúpido, sino una imperdonable falta de respeto hacia ti, ymharyk, así que te ruego me disculpes si te di esa impresión

Como de costumbre, Iziaslav se sentía desarmado cuando lo escuchaba y veía aquella mirada, pero como en esa ocasión Lucien había estado presente y siempre que lo estaba era garantía de problemas, los hubo.

  • Pues a mí me parece una terrible idea poner a este sujeto en lugares donde hay tantas mujeres
  • No me digas que le temes a la competencia - dijo Alex en forma maligna y a Lucien le entraron ganas de patearlo, pero como era habitual también, Lucien los sorprendería
  • La competencia sería nula, porque si este infeliz está presente, los demás seremos invisibles, así que no habrá competencia. El problema es que tal vez tú no lo sepas porque eres un crío, pero si hay algo que él no sabe manejar, es su relación con esas criaturas y todas terminan por hacerlo perder la razón

Dicho aquello se levantó, se marchó y casi nadie lo notó hasta que Lucía comenzó a gritar a su abuelo para consternación de su padre y su hermano.

  • ¿Es para eso que quieres salir? ¿Para ir corriendo por ahí detrás de esas tontas mujeres?
  • Lucía - dijo Alex en tono de advertencia, pero luego agregó en uno muy diferente - Si tenemos que creer a Lucien, ni siquiera tendría que correr tras ellas

Derek, Iyul y el mismo Iziaslav, intentaron disimular muy mal su regocijo, mientras que Dylan se preguntaba qué mal había hecho él para que sus hijos intentasen asesinarlo con tantos disgustos, y si por cualquier motivo se había imaginado que Alexander sería menos problemático que Derek y Lucía, últimamente ya no estaba tan seguro.

  • Nidly - intentó Iziaslav
  • Cierra la boca
  • ¡Lucía! - exclamó Dylan poniéndose de pie, pero aquella criatura era en verdad irritante
  • Si me entero que estás comportándote de forma inapropiada, vas a lamentarlo, sarì - y del mismo modo que lo había hecho Lucien, se marchó sin que nadie tuviese ocasión de notarlo
  • Si me preguntas, creo que harías mejor quedándote en casa, haryk - dijo Iyul ganándose que Iziaslav le diese un golpe en la cabeza y se marchase también

Aquel primer año había sido catastrófico y el soberano había terminado por volver a Illir, porque al menos de forma inmediata, los rybiks no parecían estar corriendo ningún riesgo, mientras que él sí, pues Lucía se había puesto en verdad muy difícil apareciendo de forma inesperada en cualquier lugar en el que Iziaslav estuviese, amargándole la existencia hasta hacerlo salir del mismo. Y en el caso de Lucien era igual o peor, porque al malcriado príncipe no le importaba si su padre se llevaba a todas las mujeres del planeta a la cama o si les quitaba la cabeza, y en realidad estaba convencido que lo primero las conduciría inevitablemente a lo segundo, pero también lo estaba en el sentido de que antes de llegar al inevitable final, primero su necio padre haría cualquier cantidad de disparates por las criaturas en cuestión, de manera que se esforzaba en apartarlas de su camino tanto si las hallaba hermosas como si no.

 

Iziaslav abandonó los recuerdos cuando escuchó a Janos, de modo que se giró.

  • ¿Ya Alexander llegó?
  • Lo hizo hace pocos minutos, de modo que se está cambiando

Iziaslav asintió y se dispuso a esperar a que le avisasen que ya su nieto estaba listo para salir, aunque no lo haría en calma, porque Michel se presentó tan inopinadamente como de costumbre, y aunque no se suponía que estuviese allí, se quedó obsequiándolo con sus arbitrarias opiniones hasta que salieron.

 




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