La Dinastía (libro 9. Verk Svetl's)

Cap. 1 Desaparecidos

 

Illir, 1760

 

La descomunal erupción del volcán afectaría a muchos de los presentes, con el consecuente saldo de heridos graves, y si no hubo más, fue por la proverbial velocidad de los devrigs, de manera que los que estaban en mejores condiciones se apresuraron a auxiliar a sus compañeros y se dieron más prisa aún en trasladarlos al Haigala.

Derek resultaría bastante lastimado, pero en su caso y en el de Alexander que llegó poco antes de que el volcán hiciera erupción, fue por su empeño en rescatar a quienes habían quedado atrapados bajo el mar de lava, entre quienes estaban los aykeris Korsacov, Irakli, Yves y Henri.

 

Yvaylo había recibido la noticia cuando esperaba a Dylan y a Henry que estaban reunidos con los hermanos Wojciech, pero tuvo que recurrir a todo su probado control para no irrumpir en el recinto, pues después de todo, ni siquiera tenía nada medianamente bueno qué decir.

 

Iyul con quien estaba era con los consejeros que se quejaban amargamente, como de costumbre, por la ausencia de Iziaslav, cuando repentinamente sintió una opresión en el pecho y dejó a los hombres que se preocuparon por sus cabezas en la creencia de que habían molestado al paciente príncipe con sus quejas.

 

El caso de Lucien fue más extraño y preocupante, porque él se peleaba con unos razverevied y de pronto pareció que comenzaba a ahogarse, afortunadamente ya quedaban pocos, pero aun así, algunos lograron alcanzarlo causándole muchas heridas, de modo que Itlar hizo la preocupación momentáneamente a un lado enfureciendo en contra de aquellos desgraciados, lo que lógicamente fueron malas noticias para ellos. En cuanto acabaron con los que quedaban, Itlar dio órdenes a un par de havariks de la guardia para que se hiciese cargo de quemarlos mientras él cargaba con Lucien y era seguido por los demás. Mientras se dirigían a Illir, Itlar había ordenado a uno de los havariks ir por Aleksèi, pero unos minutos después de haber llegado, se presentó el chico solo.

  • Lo lamento, sarì, pero todos los veldekys están en el Haigala – y precedió a darle las espeluznantes noticias.

Zinatnè, el lijenik oficial de palacio, se apresuró a atender las heridas de Lucien, pero se mostró preocupado porque no recuperaba el conocimiento, algo que extrañó poco a Itlar imaginando que posiblemente el Rybik, alguno de los aykeris o todos los anteriores pudiesen haber estado presentes en el desastre que acababan de referirle, de modo que agradeció al lijenik y cargó con Lucien hacia el Haigala.

 

Los lijeniks del Haigala no recordaban haber visto el hospital tan cogestionado nunca, pues ni siquiera cuando los miembros del Arkel tenían furiosos enfrentamientos con grupos grandes de kraviaciks, habían estado en aquellas condiciones.

Después que Itlar dejó a Lucien en una cama, se fue derecho a informarse de la situación.

  • Anatoly…
  • ¡Kicyk! – exclamó el LL – ¿Tú estás bien?
  • ¿Por qué no iba a estarlo?

Anatoly había hecho la pregunta, porque Itlar no había tenido ocasión de cambiarse y su aspecto evidenciaba el reciente enfrentamiento, pero Anatoly notó su error casi de inmediato, pues los que habían estado en la erupción presentaban otro aspecto.

  • Lo siento – se disculpó – pero es que aún no sabemos quiénes estaban presentes en el lugar de los hechos
  • ¿Dónde están haryk y…?
  • Itlar – escuchó y se giró para ver a su abuelo
  • Ymharyk… – comenzó, pero sintió que algo muy frío recorría su espalda al percibir la alteración de Kireg

En ese momento venían entrando Derek, Alex y Michel con varios de los heridos, pero apenas si se detuvieron pues tenían prisa por volver, ya que aún no habían encontrado a Yves, a Henri, a Lucía, Iván ni a Radek.

  • Sarìeris – intentaron Kireg y Anatoly
  • ¿Sker? – preguntó Derek en un tono que evidenciaba poca disposición a la paciencia – Deben atender sus heridas – completó Anatoly
  • No fastidies, hombre – dijo Derek

Aquello tampoco extrañó a Itlar, pues recordó en forma vívida la ya muy lejana ocasión en la que el muchachito aquel, y no siendo todavía un devrig, había resultado terriblemente herido y él decía estar bien.

  • En verdad no tenemos tiempo para ocuparnos de eso ahora, Anatoly – dijo Alexander con su calma habitual agregando que seguían desaparecidos los anteriormente mencionados, pero agregando una información en extremos preocupante – Tampoco hemos encontrado a Ymharyk, Janos y Milorad 

Como no agregó nada más, sino que marchó tras su hermano, Itlar quedó en estado de shock, al igual que aquellos que lo escucharon, pero a Itlar no le duró mucho al pensar en Yvaylo y fue por quien preguntó a continuación.

  • Aunque Alexander no lo mencionó, no lo hemos visto y todavía no sabemos si estaba allí o no, kicyk – le dijo Kireg

Después de eso fue a ver a su padre, pero le dolió el corazón, porque a pesar de que ellos sanaban muy de prisa, no por eso sufrían menos, y por el contrario, experimentaban cualquier dolor magnificado y las quemaduras que aún presentaba Iliar eran en verdad horrorosas; de modo que por fuerza debía estar sintiendo un dolor terrible, pues estaba consciente, aunque lo que decía no parecía muy coherente y solo una cosa parecía serlo, pues repetía una y otra vez el nombre de Iván.




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