Yaroslavl, 1790
Desde que Giorgio había conocido a Lucía, había hecho todo cuanto le había sido posible por acercarse a ella, y como Lucía siempre lo trató con amabilidad, aquel desdichado estaba en la creencia de que tenía una oportunidad y que si no lograba avanzar más de prisa, era por causa de Lucien, de modo que había dedicado incontables horas a planear cómo deshacerse de él. Giorgio estaba definitivamente loco y nadie dudaba de ello, pero loco no era lo mismo que estúpido, de modo que sabía que primero tenía que anular a Lucien, pero que debía hacerlo con extremo cuidado, porque si alguien conocía la peligrosidad de aquel individuo, era él. Cualquier otro habría podido pensar que estaba siendo necio, porque aquella niña tenía no solo un padre, sino más parientes y no dulces ángeles precisamente, pero Giorgio había notado que ella parecía ser el centro del universo para todos ellos y que los manejaba a su antojo con excepción de Lucien. Esto Giorgio al principio no lo entendía bien, pues siendo que él podía asistir a las Evesbriel, había notado lo mal que se llevaban tío y sobrina, y sin embargo, la cólera de Lucien era apocalíptica cuando él se acercaba a Lucía, pero sería su hermano Gianfranco quien le daría la respuesta a eso.
Como a Giorgio lo traía sin cuidado si Lucien quería u odiaba a Lucía, y lo único que quería era quitarlo de en medio, seguiría buscando la manera de hacerlo. Todos sus intentos fracasaron ruidosamente, y lo único bueno era que Lucien no había sabido que era él quien estaba tras ellos, así que Giorgio se pasaba la vida de un humor asesino y lo pagaban inocentes criaturas que nada tenían que ver.
Giorgio también averiguó, a través de sus espías, que había un loco peligroso persiguiendo a Lucien, y como no se trataba de él, entonces quiso saber quién era y de ser posible ponerse en contacto con él, pero cuando le dijeron el nombre del individuo en cuestión y que éste era el padre de Radek, Giorgio pensó que allí había algo muy mal y casi mata a quien le llevó la información. Luego con algo más de calma, pensó que no por ser el padre de Radek, tenía que profesar sus mismos afectos y tal vez Lucien le había hecho algo horroroso al susodicho, y aunque se preguntó por qué lo perseguía después de tanto tiempo, hizo eso a un lado y continuó en su empeño por encontrarlo, pero también fracasó en eso.
Giorgio también había considerado la posibilidad de secuestrar a Lucía, pues en su cabeza, una vez que la sacase de su entorno, sus parientes nada podrían hacer y las cosas marcharían bien entre ellos. El pequeñísimo fallo de su plan era que sabía tan bien como todo el mundo, que la guardia personal de Lucía eran los individuos más peligrosos de su mundo, y esto lo llevó a odiar más que nunca a Istval y compañía.
Con las cosas así, Giorgio se estaba volviendo cada vez más inmanejable y tanto Gianfranco como Avitzedek, y hasta el habitualmente inexpresivo Aviram, estaban convencidos que en cualquier momento los levjaners o el temible Lucien, iban a despojar a Giorgio de su cabeza.
Cuando Giorgio se enteró que Lucía había muerto, en principio no lo creyó y de hecho después de salir del abismo en el que había caído al enterarse, se convenció de que Dylan, tal vez por órdenes de Lucien, había hecho encerrar a su hija para mantenerla alejada de él. Sin embargo, la prolongada ausencia de Dylan y la evidente tristeza de los otros príncipes, casi lo convencieron del asunto, pero esto trajo consigo un problema mayor, porque Giorgio comenzó a planear su venganza, aunque si sus parientes lo hubiesen sabido, se habrían preguntado qué pensaba vengar, pues ciertamente no le habían hecho nada.
No obstante, los planes de Giorgio demorarían mucho en cristalizarse, porque en principio, sabía que tenía que planearlo bien, pero cuando finalmente tomó la decisión de ponerlos en ejecución, lo hizo porque estaba convencido que Lucien también había muerto, porque llevaba muchos años desaparecido y no se lo había vuelto a ver en ninguna de las cortes. Cuando comentó aquel detalle, Gianfranco le recordó que ya en otras oportunidades Lucien había desaparecido por mucho tiempo, pero como en esta ocasión era el período más largo por el que lo había hecho, Giorgio se trasladó a los habituales lugares donde podía hallarse Lucien, desde Yaroslavl hasta Cerdeña, pero no había rastro de él y esto fue lo que lo hizo decidirse.
Dylan había abandonado definitivamente Illir, pues no soportaba estar allí sin su hija y solo iba eventualmente a ver a Sophie. Derek también lo había hecho y había trasladado a su mujer y a sus hijos al Dvorets que poseía en Yaroslavl, y aunque había intentado que Dylan fuese a vivir con ellos, en realidad él no pasaba mucho tiempo en ninguna parte en un intento por no pensar, y enmascaraba su dolor trabajando como un poseso, algo que sin duda había redundado en favor del pueblo.
Aureliè se había trasladado a Korszemel, pues aunque ella misma estaba destrozada por la muerte de Milorad a quien quería muchísimo, no solo porque había sido al primer devrig que había conocido y se había portado con mucha dulzura con ella, sino porque quería estar con Jovanka que estaba en el mismo estatus que Milorad para Aureliè.
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Editado: 16.03.2022