La Dinastía (libro 9. Verk Svetl's)

Cap. 19 Cientos de años atrás

 

Véneto, Italia. Noviembre, 2004

Si bien Milorad sufrió un enorme shock cuando se enteró de la fecha, él era un levjaner, de manera que tenía muchísimos conocimientos acerca del universo, y una de las premisas en la que se sustentaban sus creencias, era que no hay nada imposible para Maikata Priroda. De modo que después de tranquilizarse, se dijo que si estaba allí, y si realmente habían transcurrido tantos años, tenía que obedecer a una decisión de Maikata Priroda, y solo esperaba poder cumplir con lo que fuese lo había llevado a aquella situación y tiempo.

Los primeros días que había pasado en compañía de Adriano y Martina, habían sido de descubrimientos, y Milorad hizo su mejor esfuerzo por no mostrarse excesivamente asombrado ante lo que le iban explicando.

Los devlianos no celebraban nuestra moderna navidad, y lo más cercano a ello sería su antigua celebración de Jul, de manera que al ver el árbol de navidad, pensó con rapidez que posiblemente su celebración había evolucionado, pues asoció el árbol al tronco de Jul, y el encendido de las luces, al encendido del mencionado tronco de Jul. El día de navidad, cuando bajó, Martina y Adriano lo sorprenderían obsequiándole dos botellas de vino, mismas que él agradeció, pero como se sintió curioso, decidió preguntar.

  • Agradezco mucho este obsequio, ¿pero por qué me lo hacen?
  • Es navidad, Milo – dijo Adriano

Como él seguía teniendo expresión de confusión, fue Martina la que le dijo que era una costumbre, y, aunque aquella no era la suya, se sintió apenado por no poder hacerles ningún obsequio.

Esa noche, y una vez que los dueños de casa se habían ido a dormir, él bajó de nuevo y se acercó a la biblioteca que había visto más temprano, y, aunque eran apenas unos pocos ejemplares los que tenían allí, y no precisamente del tipo que contuviesen en sus páginas muchos conocimientos, igual le sirvieron, pero también tuvo ocasión de asombrarse por lo rápido que podía leer, pues si bien estaba seguro de proceder de un pasado muy lejano, lo que aún no sabía era su condición. Después que había leído una buena cantidad, se tropezó con un título que llamó su atención: <<Devlianos. Mito o realidad>>

Aquel ejemplar tenía muchas más páginas que los otros, o al menos eso le pareció, de modo que fue a sentarse y comenzó a leer. Casi desde el inicio todo se le hizo extraordinariamente familiar, y antes de haber avanzado mucho, se puso de pie con expresión de asombro.

  • Soy un devliano

Se tomó un momento para asimilar la información que su cerebro estaba dándole y la que intentaba abrirse paso, y una vez conseguido esto, estuvo más convencido aún de que no podía estar equivocado, pero más allá de eso, una serie de imágenes de la vida que había sido la suya, comenzaron a tomar una forma más definida. Rostros, nombres, lugares y situaciones  entraron con fuerza en su mente, pero una en especial, lo hizo experimentar un dolor sordo en el pecho.

  • Jovanka – murmuró

El dolor obedecía a que si bien el universo lo había enviado a aquel tiempo, era improbable que volviese a ver a su mujer, y ese convencimiento fue lo que provocó aquel espantoso dolor. Le tomó algún tiempo estabilizar sus emociones y poder continuar con la lectura. No obstante, y si bien lo primero que había leído se le había hecho familiar y correcto, a medida que avanzaba, hubo cosas que le causaron risa, pero se dijo sensatamente, que quien había escrito aquello, sin duda no había vivido en ese tiempo y su información carecía de precisión, pero también se preguntó por qué estaba tan seguro que la suya sí era precisa, así como le surgió la pregunta de si no se estaría dejando influenciar por lo que estaba leyendo. Sin embargo, algo en su interior le decía que no, que no estaba equivocado.

Milorad terminó el libro, pero le quedó una sensación de enorme vacío, pues al final, quien lo había escrito se planteaba más preguntas que respuestas. Sin embargo, en la contraportada del libro leyó lo que realmente lo conduciría no solo a lo importante, sino a descubrir su verdadera naturaleza.

 

<<Como ha quedado demostrado, y si bien las investigaciones científicas parecen haber quedado estancadas por falta de evidencia arqueológica, los devlianos existieron, pero por lo anterior, nadie parece poder colocarle una fecha a su extinción. Hay mucha literatura que nos habla de una era vikinga, de la horda de oro, de la civilización griega, aqueménida, de los fenicios o los griegos, pero citando en todos los casos, fechas de inicio, auge y caída, pero con relación a los devlianos, sospechosamente no hay nada. Lo interesante, querido lector, es que sí hay, y en la próxima entrega, que lleva por título: “Guerreros de élite o raza maldita”, escribiré acerca de esos fabulosos guerreros olvidados>>

 

Milorad buscó en toda la biblioteca, pero no consiguió el mencionado título, lo que lo hizo sentirse muy frustrado. Como ya faltaba poco para el amanecer, decidió subir y esperar a que Adriano y Martina se levantasen. Cerró los ojos y las imágenes que habían aparecido anteriormente y mientras leía, comenzaron a desfilar de nuevo, pero iban adquiriendo más detalles; vio situaciones específicas como la de su boda y el nacimiento de…

  • ¡Nym rybiks! [1] – exclamó




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