La Dinastía (libro 9. Verk Svetl's)

Cap. 34 En casa

 

Como ni Derek ni Istziar habían logrado convencer a Jovanka de ir a vivir con ellos, ni siquiera cuando nació Sofía, Derek tomo la arbitraria decisión de ordenar la construcción de un Dvorets casi al lado del suyo, y una vez que estuvo listo, trasladó a Jovanka a él de la forma más inconsulta. Istziar no había estado de acuerdo con aquello, al igual que Istvan y Dylan, y los hermanos Korsacov estaban preocupados por su madre, ya que sostenían que si bien nadie le decía que no a un príncipe, Jovanka llevaba años haciéndolo, pero al verse llevada a aquel lugar contra su voluntad, las cosas podían complicarse, porque no le importaría que Derek fuese un príncipe para intentar sacarle el corazón. No obstante, era cierto que se había estado peleando con Derek durante más de un año e incluso había intentado agredirlo, con lo que casi le causó un paro cardíaco a Istvan, pero después de toda esa odisea que incluía una guardia permanente que no la dejaba volver a Korszemel, Jovanka terminaría por claudicar.

Cuando les había llegado el aviso a Armand y a los otros veldekys, Aureliè estaba con él, de modo que después que Armand se marchó, ella se fue derecha hacia el Dvorets en el que ahora vivían y que estaba en Lykke, lugar donde estaban también las viviendas de los otros príncipes. Y como Istziar había llegado un poco antes, se miraron con sorpresa al ver que Aureliè venía de mal humor.

  • ¿Kaisyn? – dijo Jovanka esperando que su angelito no le hubiese hecho nada especialmente horroroso
  • Algo sucede y nos están haciendo a un lado – dijo la chica
  • A ver ¿Por qué piensas que sucede algo? – preguntó Istziar
  • Porque Istvan citó a Armand a Levzheir
  • Eso no tiene nada de…
  • No lo tendría si, primero, hubiese dicho el motivo; y segundo, que no hubiesen citado a los otros veldekys
  • Nidly, es posible que tengan algún caso especialmente problemático…
  • ¿En Levzheir?
  • Bueno, ahí está el Laki ¿no?
  • Y tienen excelentes Lijeniks
  • Bueno…
  • Sé que algo sucede – porfió

Como ambas la conocían bien, dejaron de intentar persuadirla de lo contrario, pero las cosas se pusieron inmanejables cuando llegó un levramzyk con la orden de Istvan de llevarlas a Korszemel.

  • Sizviteliani – dijo uno de los levramzyk inclinándose ante Istziar – ¿La sizviteliani Sofía está en casa?
  • ¡Ja! Sí claro – dijo ella

El levramzyk disimuló lo mejor que pudo la sonrisa, pues todos sabían que Sofía, si bien era la versión femenina de Milorad en el aspecto físico, era sin duda hija de su padre, y como decía Henri, era exactamente igual a Derek en todos los aspectos posibles, algo que podía confirmar Dylan también, que recordaba bien cómo había sido aquel incordio de niño y como en realidad seguía siendo. De modo que Sofía era inquieta, irreverente, curiosa en grado superlativo, y en suma, simplemente inmanejable en opinión de su desventurada madre. Incluso antes de que la asistencia de mujeres a las universidades se volviese lo normal, ella había querido asistir, y como nadie le podía decir que no a Sofía, como no lo hacían con Derek, con la posible excepción de Istziar y Jovanka, algo que Sofía había aprendido muy pronto, entonces no se complicaba la vida cuando quería algo y se iba derecha a pedírselo a su descocado padre, y si por cualquier motivo Derek no estaba disponible, entonces acudía a su abuelo, pues Dylan no tenía ninguna posibilidad de negarle nada. Alexander también habría sido una opción bastante segura, pero si Derek pasaba mucho tiempo ocupado, a Alex lo veía mucho menos. El asunto fue que Sofía hizo varias carreras seguidas, pero casi les causó un colapso a varios miembros de la familia cuando dijo que quería ingresar al Laki. Si bien ya se estaban aceptando chicas, Sofía era una princesa, de modo que se requería el permiso de Iyul para ello. Istvan sabía que aquello era un puro formulismo por lo ya explicado anteriormente, pero esa noche y cuando había ido a hablar con Iyul, como lo había hecho siempre con Iziaslav, llegó Derek hecho un basilisco, pues como cabía esperar, a él le parecía de lo más lógico y normal el deseo de su hija, como le había parecido todo siempre con relación a Sofía, así esto fuese que la dulce criatura quisiese quitarle la cabeza. Como Iyul sabía lo mismo que todo el mundo, y, aunque hubiese tenido la necia idea de oponerse, en principio, Sofía le recordaba a Lucía; y segundo, habría podido decirle que no a Derek y él habría obedecido, pues el único que no lo hacía era Lucien, pero también sabía que luego le amargaría la existencia de todas las formas posibles hasta hacerlo cambiar de opinión, así que decidió ahorrarse todo el drama y dar la autorización.

Sofía había ingresado y lo había hecho bien, pero sabía que no había ninguna posibilidad de que la dejasen como miembro activo, así que cuando terminó con eso, le dijo a Derek que quería aprender a pilotar un avión, y no solo lo hizo, sino que en la actualidad poseía un jet propio que lógicamente piloteaba ella misma.

Por todo lo antes expuesto, preguntar si aquella inquieta personita estaba en su casa, era estúpido y en realidad, innecesario, pues sin duda Andro Czersk, que era el jefe de la guardia de Sofía, ya se estaría encargando de trasladarla.

Cuando Istvan llegó a Korszemel, Istziar se sintió nerviosa, pues ella siempre experimentaba mucha aprensión debido a que sabía que Derek y Alexander seguían tras los nelegas y en ocasiones habían terminado muy lastimados. Después que Istvan las saludó, y, aunque notó la ausencia de Sofía, como ya Andro le había avisado que llegarían con cierto retraso, pues la señorita estaba sobrevolando el Lago Baikal, procedió a dar la noticia.

  • Ayhyr, kandlys –  comenzó ignorando la mirada de Aureliè que odiaba aquel término gracias a Istval – Tengo una maravillosa noticia que darles – y luego de un brevísimo resumen de cómo habían recibido la fotografía de Janos, finalizó – Pero no se trababa solo de Janos, sino de haryk también




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