La Dinastía (libro 9. Verk Svetl's)

Cap. 39 Peligro

 

París, Francia-Luxemburgo. Septiembre, 2006

Los viajeros llegaron a la embajada y acordaron que no debían entrar todos, así que irían Kyv y Bobby acompañando a Iziaslav, mientras que Mina y Mia esperarían en un café cercano, pero antes de que se marcharan, Mia le hizo una tímida seña a Iziaslav.

  • Quizá no volvamos a vernos, pero espero que estás personas te puedan ayudar con tu identidad, y deseo que llegues bien a tu país y con los tuyos

Los chicos lógicamente habían entendido las señas, pero Iziaslav, aparte de prestar atención al pensamiento, había percibido tanto la honestidad como la calidez de aquella personita, de modo que tomó su mano y se la llevó a los labios, pero sintió algo muy extraño cuando rozó su piel, más no prestó atención a ello.

  • Créame, señorita Mia, ha sido un honor y un gran placer conocerla, pero a diferencia de usted, yo espero volver a verla algún día y agradecer de manera apropiada su amabilidad

Si la pobre Mia enrojecía y casi se volvía invisible cuando él la miraba o se dirigía a ella, en aquel momento estuvo a punto de perder el sentido, algo que fue claro para Iziaslav que automáticamente estiró los brazos y la sujetó.

  • ¿Se siente mal?
  • Descuida, solo es tonta – dijo Bobby en tono molesto, pues estaba viendo a las tres chicas mirar del mismo modo a aquel sujeto
  • Señor Johnson, esa no me parece una forma adecuada de expresarse con relación a una dama
  • En cualquier caso, lo que sea que tenga es tu culpa. Así que déjala en paz, camina  y salgamos de esto

A Iziaslav no le gustó de manera especial ni el tono, ni la orden, ni que lo hiciese responsable por lo que le había ocurrido a Mia, pero decidió no discutir.

  • Prometo hacerle saber dónde podrá localizarme si me necesita, una vez que yo mismo sepa a dónde debo ir

Después de eso sí se marcharon y un momento después estaban entrando a la sede de la embajada. Un individuo con fuerte acento, les preguntó qué deseaban y fue Kyv quien se encargó de informarlo. Los hicieron esperar un momento y luego los hicieron pasar. Una señorita los condujo hasta el elevador y ahí se presentó el primer problema, pues Iziaslav no encontraba un buen motivo para meterse a aquella caja que tenía el amenazador aspecto de estar diseñada para encerrar a alguien.

  • ¿Qué sucede contigo? – le preguntó Kyv, y en esta ocasión quien lo sacó del lío fue Bobby
  • Quizá sea claustrofóbico

Finalmente terminarían utilizando las escaleras, y cuando llegaron a la planta correspondiente, Iziaslav se detuvo con brusquedad.

  • ¿Y ahora qué? – preguntó Kyv, pero como él no contestó, insistió – ¿Lucien?
  • Ay, no – dijo Bobby que como siempre, estaba pensando que se sentía mal por el golpe
  • ¿No sienten algo como…?
  • ¿Algo como qué?
  • No lo sé
  • Eso no ayuda mucho
  • Es como… – pero solo se llevó la mano al cuello
  • Lucien, nos están esperando y no creo que…
  • Es algo extraño. Una sensación como de… peligro

Los chicos se miraron con la misma expresión, pero siendo que no tenían una explicación y quien podía darla no parecía saber cómo, Kyv sujetó su brazo y comenzaron a avanzar.

  • Buenas tardes – saludó una chica – Tomen asiento por favor, el señor Kurbski los recibirá en un momento
  • Gracias – dijo Bobby

Pero no terminaban de sentarse cuando la puerta se abrió dando paso a un individuo un poco mayor que Bobby, en compañía de uno que aparentaba unos cincuenta años. El mayor estaba extendiendo su mano, pero el más joven había clavado los ojos en Iziaslav y fue evidente para él, que tenía una expresión cercana al horror, y, además, captó con absoluta claridad el pensamiento.

  • Non è possibile [1]

No obstante, aquello había durado solo unos segundos, después de los cuales, el joven había desaparecido a toda velocidad.

  • ¡Oiga! – intentó detenerlo Iziaslav
  • Lucien – dijo Kyv con apremio
  • Ese hombre me conoce y…
  • ¿De quién estás hablando?
  • Del que acaba de salir
  • Lucien, no ha salido nadie

Iziaslav se sintió muy confundido, pues estaba bastante seguro de lo que había visto y no entendía cómo era que Kyv le estaba diciendo que no había salido nadie. Un momento después entraban al despacho, y si bien Iziaslav estaba escuchando lo que hablaban, él participó poco en la conversación, pues seguía pensando en el individuo que acababa de ver.

  • ¿No recuerda absolutamente nada? – preguntó el funcionario
  • No – dijo él
  • En esas condiciones esto puede tardar unos días y…
  • ¿Días? – preguntó Bobby – No podemos…
  • No se preocupe, ya ustedes hicieron bastante y agradezco el servicio que han prestado a un ciudadano ruso, pero de ahora en adelante nosotros nos haremos cargo
  • ¿Y cuál sería el procedimiento en este caso? – preguntó Kyv
  • Lo primero y siendo que no porta una identificación, será tomar una impresión de sus huellas y una fotografía para contrastarlas con las bases de datos. Una vez que tengamos una identificación positiva y la última ubicación de su lugar de residencia, intentaremos averiguar si tiene familia para contactarla.
  • ¿Y qué sucede si no la tiene?
  • Kyv – la detuvo Bobby




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