Cap. 43 Viejos hábitos
Levzheir-Riùrik. Septiembre, 2006
Lucien y Aleksèi habían colocado a Dylan sobre un sillón mientras Haliq vigilaba la evolución.
- ¿No sería mejor llevarlo al Haigala? – preguntó Derek
- No te lo agradecerá si despierta y se ve en un lugar diferente al que recordará haber estado – contestó Lucien
Aunque a Iziaslav le pareció que demoraba muchísimo en despertar, había aguardado con extraña paciencia, pero cuando finalmente Dylan abrió los ojos, tuvieron que sujetarlo para que no saltase del sillón.
- ¡Señor! – exclamó, pero mientras Haliq colocaba una mano en su hombro, Iziaslav había apartado al veldeky, aunque no pudo decir nada – Iyul solo…
- Cálmate, Rybik – lo detuvo él – o ese inconveniente problema tuyo va a fastidiarte de nuevo
- Pero señor…
- He dicho que te calmes – repitió juntando las cejas
Como Lucien sabía que Dylan podía ser muy terco, se introdujo sin consideración en su cerebro ordenándole guardar el solicitado silencio. Después de eso, Iziaslav volvió a la mesa donde estaban los demás aguardando, pues él no había suspendido la junta. Sin embargo, algunos lo que suspendieron fueron las respiraciones al verlo caminar hacia Iyul, pero él solo colocó las manos sobre los hombros de su hijo.
- Aunque no sé qué han hecho, ni sé a qué leyes te referías antes, me esforcé en prepararte para asumir el mando si yo faltaba, así que confío en ti, syn. Sin embargo, aunque tú seas el Sozdatel’ ahora, te quedará difícil impedirme que vaya a buscar a esos zrensetlers y los haga pedazos – dijo y luego agregó algo en lo que nadie había pensado – ¿No se dan cuenta que pueden ser ellos quienes tengan a Lucía?
Aquello produjo un shock general, porque, primero, teniendo en cuenta la forma en la habían desaparecido, y segundo, que de aquel grupo habían tenido noticias mucho después, en ningún momento habían pensado en aquella posibilidad.
- Como dije, no puedes impedirme ir por mi nieta – insistió, aunque Iyul no había dicho nada ocupado como estaba, procesando lo que acababa de escuchar
- Y no quiero hacerlo, pero al menos escucharás a Yves antes de hacer cualquier cosa
Iziaslav compuso expresión de fastidio, pues si alguien conocía bien a Yves, era él.
- Sigo siendo tu padre, Iyul, y por malo que haya sido, no creo merecer que me hagas escuchar a ese kicyk elevi
El pequeño miserable sonrió con poco disimulo mientras que unos estaban aliviados y otros muy confundidos.
- Es necesario, porque es quien más sabe de esto – dijo Iyul
- Bien, pero si me fastidia voy a dejarlo sin lengua – dijo él y se giró – Camina, Ynli, pero ya sabes, no me fastidies o echarás de menos tu estúpida lengua – agregó poniéndose en marcha, pero si bien Yves se apresuró a obedecer, Iziaslav se detuvo y miró hacia la mesa – ¿Y ustedes qué? ¡Caminen, con un demonio!
Darko, Milorad, Janos y Kireg, se apresuraron a ir tras ellos. Una vez que habían abandonado la sala, Dylan intentó ponerse de pie de nuevo.
- Ey, ey – lo detuvo Lucien – al único lugar al que irás es a la habitación de tu Dvorets
- Pero…
- Espera, Lucien – lo detuvo Istvan – creo que no solo él, sino algunos otros, merecen una explicación
- Seguro, suponiendo que alguien sepa por qué ymharyk se está comportando tan raro – dijo Michel
- Es raro para ustedes – dijo Istvan
- Y ciertamente tú no deberías encontrarlo raro – le dijo Lucien a Dylan – porque me pasé años diciéndote cómo era
- Ese es el problema, Lucien – dijo Anatoly – Era – puntualizó – ninguno de ellos lo conoció en la época en la que se comportaba como sabemos lo hacía y es lógico que estén como mínimo asombrados
- Pues es muy necio que lo estén, porque todos han escuchado hasta el cansancio nuestra historia
- El necio eres tú, Lucien, porque información no es conocimiento y eso lo dices tú mismo – intervino Derek
- Y en verdad quería quitarle la cabeza a los ZD – acotó Iliar
Lucien pareció que iba a decir algo, pero guardó silencio, así que Derek continuó.
- Pero supongamos que como sabemos eso, no deberíamos sentirnos especialmente sorprendidos, sin embargo, hay otra cosa que no sé si alguien más noto, pero yo sí
- ¿Qué cosa? – preguntó Iyul
- Apartando esa actitud autoritaria…no sé, pero… – sin embargo, no parecía dispuesto a concluir
- ¡Padre! – exclamó Michel
Aquello obedecía a que si bien Michel era un Saint-Claire, Derek lo era de forma más directa y nadie, él y su gemelo incluido, podía ingresar inopinadamente a su mente si Derek no lo permitía, así que al entrometido aquel le fastidiaba mucho aquella desagradable costumbre de Derek de comenzar a decir algo y no completar la idea.
- Se veía…diferente y era casi como ver a… Michel
- ¿Qué? – preguntó éste
- Yo te entiendo – intervino Alexander que había estado muy silencioso
- ¿Ah sí? – preguntó de nuevo Michel, aunque nadie le prestó atención