La Dinastía (libro 9. Verk Svetl's)

Cap. 44 Reencuentro

 

Riùrik. Septiembre, 2006

 

Tal y como Janos había pensado, toda la familia estaba en el Dvorets de Iyul, pero apenas entraron, Iziaslav escuchó un grito.

  • ¡Ymharyk!

Como aquel calificativo en la voz de una mujer, solo lo recordaba en una que no estaba presente, se sintió perdido y extrañado, pero no tuvo ocasión para conjeturar nada, pues un segundo después, algo intentaba ahorcarlo, y por absurdo que pareciese, habría jurado que se trataba de una cabellera dorada, ya que era todo lo que alcanzaba a ver.

Los presentes y habiendo sido advertidos por Istvan, en el sentido de que la actitud de Iziaslav no era la que había sido cuando desapareció, estaban en respetuosa posición de saludo. Sin embargo, Iziaslav percibió el regocijo de algunos y eso solo lo confundió más. No obstante, reaccionó intentando liberarse de aquella cosa, pero la mencionada cosa resultó ser una chica que ahora estaba llenándolo de besos y aturdiéndolo con una charla de la que no estaba entendiendo nada. A pesar de su confusión, que había estado a punto de pasar a ser ira, finalmente pudo reconocer sin sombra de duda que aquella criatura llevaba su sangre y abrió los ojos con desmesura, pero con la misma comenzó a preguntarse cuál de sus hijos la había engendrado, y siendo que hasta el presente, el único que había tenido aquella suerte era Dylan, sus ojos se clavaron en él.

  • ¿Rybik?
  • ¡Ilè holls dumi Jhains! – exclamó Sofía – Aparte de groseramente bello, esa voz hace temblar las piernas y si no fueras mi abuelo…
  • Sofía, por favor

Como quien había dicho aquello había sido Dylan, unido al nombre por el que había llamado a la niña, convenció a Iziaslav de que su conclusión era acertada, pero aquella personita no paraba de hablar y eso confundió un tanto a Iziaslav, pues…

  • Ayhyr en verdad no fue nada justa al describirte, porque…

En este punto, Iziaslav volvió a abrir mucho los ojos, porque de acuerdo a lo que había pensado, si aquella era hija de Dylan y tenía los cabellos dorados como el sol, entonces la madre tenía que ser Eldir, así que miró a Iyul.

  • Supongo que no permitiste que se casara con esa…
  • ¡Óyeme! – exclamó Sofía sujetándole el rostro y haciendo que la mirase – Te estoy hablando y es grosero que no me mires cuando lo hago

El pobre Dylan se llevó una mano a la frente del mismo modo que lo estaba haciendo Istvan.

  • Sofía basta, déjalo respirar – dijo Dylan, pues Derek que habría sido el indicado para darle aquella orden a su hija, estaba demasiado ocupado muriendo de risa
  • Y no se lo estoy impidiendo
  • ¡Rybik! – volvió a decir Iziaslav
  • Lo siento, señor, pero…
  • Déjalo en paz, ymharyk, porque ym… ¡Dyweles! Esto va a ser confuso

Como la confusión reinaba en el cerebro de Iziaslav, y estaba resultando inmanejable para él lidiar con ella y con la emoción que estaba sintiendo al percibir la esencia de aquella chica, finalmente Derek pareció más inclinado a aclarar que a seguir riendo.

  • Ymharyk, creo que cometimos un error…
  • ¿Me estás llamando error, nekasny?- lo interrumpió Sofía
  • Por supuesto que no, dhazshliv, me estoy refiriendo a que debimos advertirle algunas cosas a ymharyk antes de… - pero Derek aterrizó, afortunadamente, sobre un sillón cuando su hija lo obsequió con una dulce caricia.
  • Tampoco me llames cosa, estúpido infeliz

Aquello terminaría de convencer a Iziaslav que aquella era hija de Dylan y hermana de Derek, y si no hubiese estado lidiando con un descomunal cúmulo de emociones, habría notado lo que se le estaba escapando.

  • Rybik
  • No señor, no es por aquí – dijo Dylan que captó el último pensamiento de Iziaslav – sino por allá – agregó señalando a Derek que después del batacazo, era que había notado que la pobre Istziar había perdido el sentido

Como eso era lo normal cuando Sofía se superaba a sí misma en su comportamiento, nadie estaba especialmente preocupado por Istziar, y de hecho cuando Derek lo notó, decidió dejarla así por un momento más, y poniéndose de pie miró a Iziaslav.

  • Ymharyk, esta bella criatura es mi hija. Y si te fijas bien, en realidad lo parece de Milorad, al menos en lo exterior, y su nombre es Sofía Miloriav

Iziaslav volvió a mirar a Sofía y finalmente entendió qué era eso que no le cuadraba, pero también fue su turno para que la emoción lo superase y perdiese el sentido.

  • Dyweles, athayr – dijo Sofía intentando quitarse a Iziaslav de encima – y después dices que yo soy poco delicada
  • Yo no digo eso
  • Basta ustedes dos – dijo Dylan
  • Lo que hay que ver – dijo Michel – Me ordenan a mí no abrir la boca, y vean lo que causan ustedes dos

Dylan, Istvan e Iyul se habían apresurado a colocar a Iziaslav en otro sillón mientras que Armand se ocupaba primero de estabilizar sus emociones, y luego, como él era un veldeky, aunque solo pensaban que la emoción había ocasionado aquel desvanecimiento, hizo un chequeó básico y elevó la cabeza.

  • ¿Por qué no lo reanimas? – preguntó Iyul
  • Debemos dejarlo descansar un momento, pues su corazón se detuvo por unos segundos
  • ¡Ay, no! – dijo Sofía mirando a Dylan, luego a Iziaslav y de nuevo a Dylan – No me dijeron que sufría de tu mismo mal, ymharyk – y se volvió hacia Derek – Y tú eres un imbécil, porque ciertamente debiste advertirme, porque si tiene el corazón en el mismo estado que el de ymharyk…
  • Y no es así – la  detuvo Istvan
  • ¿Ah no? Pero Armand acaba de decir…
  • Es algo que puede suceder sin que haya una afección cardíaca crónica, Sofía – aclaró Armand




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