La Dinastía (libro 9. Verk Svetl's)

Cap. 47 ¿Y ahora qué?

 

Riùrik. Septiembre-Octubre, 2006

Los días que siguieron al regreso de Iziaslav fueron caóticos. Aunque todos habían entendido, al menos de forma parcial, que si bien Iziaslav no había perdido la memoria como les había sucedido a Janos y a Milorad, en casi todos los aspectos se comportaba como el veinteañero que había sido una incontable cantidad de años atrás, una experiencia que algunos no habrían querido repetir bajo ninguna circunstancia, como eran los casos de Janos y Jovanka. En el caso de Janos, porque eso se traducía en estarlo sacando de líos cada cinco minutos, y en el de Jovanka, porque solía arrastrar a Milorad en sus locuras. Los otros dos que no estaban especialmente contentos, eran Anatoly y Aritz, pues Darko y Kireg, y, aunque no estaban en la misma situación de Iziaslav, les había costado más bien poco, adaptarse a esa nueva realidad y con un entusiasmo que los ponía enfermos. Para los príncipes no había sido tan traumático aquel cambio de actitud, y por lo menos Michel y Derek se lo pasaban en grande, mientras que Iyul y Dylan, aunque les gustaba verlo más alegre y sin aquella pesada tristeza de años anteriores, no estaban muy seguros de qué pensar, y a veces, ni de cómo actuar.

Sin embargo, aquello traía aparejada la inconsciencia que lo había caracterizado, y aunque parecía haber entendido que no podía ir por ahí haciendo disparates, ni dejándose ver, no había resultado fácil.

 

Iyul y Dylan estaban al tanto del asunto Mia, pues apenas habían dejado salir del Haigala al segundo, se había ido derecho a hablar con Iyul.

  • ¡Iyul! – había dicho Dylan apenas entró al despacho

Aunque aquella era la primera vez que Dylan entraba sin anunciarse, desde que Iyul había asumido la posición de su padre, los consejeros lo miraron con sorpresa, pero Goran se cuidó muy bien de sujetar sus pensamientos, pues no quería que Iyul lo enviase de nuevo al calabozo.

  • ¿Qué te sucede, Rybik? – preguntó Iyul con preocupación
  • Necesitamos hablar
  • Fuera todo el mundo – dijo Iyul y todos se apresuraron a obedecer – Bien ya…
  • Se trata de haryk y de Luciano
  • No me lo digas, ya se pelearon
  • No, pero me temo que en breve podrían tener algo más serio que una simple pelea

Hecho ese comentario, procedió a contarle cómo estaban las cosas, o al menos como pensaba Lucien que estaban, pues ciertamente a él no le constaba nada de aquello, pero aclaraba para Iyul, el motivo de la pelea entre sus hermanos. Iyul escuchó con la ecuanimidad que le faltaba a Lucien y con la que en cierta forma perdía Dylan cuando el malcriado príncipe estaba involucrado.

  • Ahora entiendo – dijo Iyul – fue por eso que te atacó
  • No lo hizo, solo…
  • No lo defiendas, Rybik, te recuerdo que lo he conocido toda la vida, y si fue capaz de atacar a nuestro propio padre en un acceso de ira, no es juicioso pensar que no nos mataría a cualquiera de nosotros en las mismas circunstancias
  • Por favor, Iyul, Lucien no es un asesino y solo estaba… alterado

Como Iyul no le veía objeto a discutir algo que él sabía de cierto mientras que Dylan nunca lo aceptaría, pasó a lo otro.

  • Creo que llegó el momento de conocer a esa señorita – pero Dylan pareció alterarse mucho al escucharlo – Cálmate, solo quiero conocerla
  • Pero no…
  • No. No voy a hacer nada, porque a diferencia de nuestro hermano, tengo claro que no me asiste ese derecho
  • No es que no te crea, pero…
  • ¿Pero?
  • Cuando Michel estuvo involucrado con aquella actriz, no te mostraste muy dispuesto a aceptarlo
  • ¿Lo habrías hecho tú? Y si me dices que sí, tendré que llamarte mentiroso, porque estabas sumamente angustiado y con razón, porque la damita que no lo era en lo absoluto, no podía ser más inconveniente
  • ¿Y qué sucede si esta no lo es?
  • No adelantaré juicios, primero voy a conocerla, si encuentro algo sospechoso, le pediré a Istvan el seguro y completísimo informe que debe tener, porque a estas alturas, el entrometido de Yves debe saber desde la hora de su nacimiento hasta cuál es su golosina favorita
  • ¿Y por qué habría de saber eso?
  • Vamos Rybik, tú y yo sabemos varias cosas, como por ejemplo, que nuestra DS es en realidad un sofisticado servicio secreto y tienen que saber todo lo que haya que saber de cualquiera que se acerque a nosotros, pero apartando eso, hay otras dos razones para estar seguro de lo que dije. La primera, porque como dije antes, Yves es un odioso entrometido y siempre sabe hasta lo que en teoría no tendría ni que importarle, y la segunda, porque es posible que tú y yo no supiésemos nada, pero ese individuo no solo es lo anterior, sino que estaba allí y de hecho fue quien encontró a haryk, así que no hay modo de que no haya investigado no solo a esa chica, sino a todos los que estaban con él.
  • ¿Me permitirías ir contigo cuando…?
  • No seas necio, dyrthàir, claro que puedes venir. Tú tienes tanto derecho como cualquiera de nosotros y el mismo interés
  • ¿Y qué haremos con Luciano? Porque te aseguro que él ni siquiera se molestará en intentar conocerla
  • De momento no me preocuparía tanto por él, porque Itlar, Yvaylo y todos los miembros de tu guardia y la de Lucien, lo escucharon, así que Istvan debe haber tomado las precauciones del caso
  • Y sabemos que nadie podrá detenerlo si…
  • Lo harán el tiempo suficiente como para que quienes sí podemos, lleguemos.




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