La Dinastía (libro 9. Verk Svetl's)

Cap. 58 Entendiendo

 

Riùrik. Diciembre, 2006

 

Istvan y Misha se habían hecho cargo de Yves, pero ambos determinaron que necesitaba atención médica, de modo que Istvan ordenó a los levramzyks que los acompañaban, que lo trasladasen al Haigala, mientras que los demás se iban al palacio. Como era natural, Mia estaba muy confundida, pero siendo que Iziaslav no solo estaba igualmente confundido, sino pensando insensateces, la dejó en la habitación con una guardia doble y haciendo a Kireg responsable por la misma. Como ellos sabían que se iba a ir derecho a buscar a Lucien, se aplicaron mucho para detenerlo.

 

Entre tanto, Yves había sido atendido por Aleksèi y por Haliq, pero cuando recuperó el conocimiento, lo hizo con una alteración que los veldekys no entendieron, pues mientras lo atendían y como era lo usual, habían evaluado su círculo energético, pues suponían que si había estado en alguna clase de enfrentamiento, éstos solían alterarse y dificultar el progreso de sanación. Sin embargo, su energía estaba en perfecta calma, y Aleksèi recordó que a aquel individuo nada parecía alterarlo nunca, y eso incluía el estar a punto de morir, de manera que se dedicaron a reparar el considerable daño que le había ocasionado Iyul. Así que cuando Yves recuperó el conocimiento en aquel estado de alteración, los veldekys se extrañaron mucho.

  • Yves, tranquilízate – le dijo Aleksèi – cualquier cosa que haya sucedido, ya pasó y estás…
  • ¡No! – exclamó él – ¡Tengo que hablar con Iziaslav!
  • Bien, pero no puede ser en éste momento…

Haliq era un primigenio que por definición y por lo anterior, era tan peligroso como cualquiera de éstos, y, aunque se había visto en la necesidad de participar una que otra vez en batalla, su principal objetivo en la vida era salvar las de otros, de modo que cuando Yves lo miró y percibió la ira en el chico, de forma automática dio un paso atrás, pues también sabía que aquel niño era peor que cualquier ZD, pues éstos y por furiosos que estuviesen, nunca lo habían atacado, pero Yves no era tan considerado si alguien se interponía en su camino.

El caso de Aleksèi era diferente, porque sabía lo mismo que Haliq, pero, también era hijo de un levjaner y había crecido al lado de incordios como Istval y Lucien, pero como Yves no era Lucien, actuó en consecuencia, así que Yves se vio repentinamente inmovilizado por unas gruesas lianas.

  • Haliq, déjanos solos por favor – dijo Aleksèi en perfecta calma y el veldeky abandonó la sala – Ahora, tú vas a decirme qué demonios te sucede

Yves no era estúpido, conocía a Aleksèi y sabía que él tampoco lo era, así que intentar cualquier cosa en su contra no lo habría llevado por buen camino, y en cualquier caso, no quería hacerle daño, pero como también sabía que cualquier cosa que involucrase a Lucien, era de máxima importancia para el veldeky, comenzó a hacerle un rápido resumen de lo sucedido.

  • ¿Pero le hizo algún daño a esa niña?
  • No, porque es cierto que fue a eso, pero al verla reconoció a alguien en ella
  • ¿A quién?
  • No tengo idea, pero te aseguro que no va a hacerle nada
  • ¿Y cuál es tu prisa entonces por volver?
  • ¿Acaso no me escuchaste? No quiero ver a Lucien, sino a Iziaslav, porque él no entenderá lo que está sucediendo y…
  • Pensará lo que no es – concluyó Aleksèi en tono alarmado
  • Exacto
  • Pero Istval estaba allí y…
  • ¡Y nadie notó una maldita cosa!

Aunque Aleksèi dudaba que fuera así, porque Istval e Irakli tenían la misma habilidad que Yves, se avino a colaborar, pero no lo liberó hasta asegurarse que por lo menos podría mantenerse en pie sin que se hiciese ningún daño, pues había despertado antes de que ellos concluyesen.

 

Aunque Iyul pudiese estar apenado por la forma en la que atacó a Yves, él era un príncipe, había nacido siéndolo y no estaba en su sistema disculparse con nadie que no fuese su propia sangre, algo por lo que siempre reñía a Dylan después de evitar que lo hiciese, de modo que había ido tras su padre, porque como cabría haber supuesto, estaba tan confundido con la actitud de Lucien, como lo estaban todos. Aunque llegó casi al mismo tiempo, nadie allí podría aclararle de forma inmediata lo que estaba sucediendo.

 

Istval y Janos que eran los que habían ido tras Lucien, y si bien el primero sabía que Lucien había cambiado de opinión con relación a matar a Mia, lo que no tenía clara era la razón, mientras que Janos solo estaba muy  preocupado por aquel comportamiento de Lucien, de manera que al llegar al Dvorets de Lucien, lugar que por cierto llevaba años sin visitar, Istval no guardó silencio.

  • ¿Lucien? – como él no contestó, Janos se alteró mucho y se acercó con cautela
  • Kicyk, mírame – le dijo, y cierto alivio lo embargó cuando Lucien lo hizo – ¿Estás bien?
  • No

Istval y Janos se miraron, pero antes de cualquier cosa, Istval tuvo que tranquilizar a Janos, pues escuchar a Lucien decir que no estaba bien, era insólito, y las cosas empeoraron mucho cuando lo vieron esconder el rostro entre sus manos y comenzar a llorar. Istval hizo a un lado su preocupación y se aplicó a normalizar los centros nerviosos de Lucien antes de intentar ninguna otra cosa, y una vez conseguido esto, dobló una rodilla frente a él y colocó una mano sobre su hombro.

  • Lucien escúchame
  • No soy sordo – aunque aquello se parecía más a su comportamiento habitual, estaba ausente el tono arrogante y normalmente molesto
  • ¿Lucien, qué sucedió allá?
  • Nada, porque no pude hacer lo que iba a hacer
  • Eso lo sé ¿Pero por qué? – insistió
  • Porque no puedo hacerle daño a él




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