“Esta historia sucede en el reinado del faraón Kefrén del antiguo Egipto. Ya estaban construidas las tres pirámides y la gran pirámide de Guiza. También estaban construyendo la esfinge de Guiza. Había gran cantidad de esclavos, posiblemente del pueblo judío, que estaban dedicados a esta obra.
Una mañana apareció entre el pueblo egipcio una mujer de vestido azul y zapatos negros, de cabellos rojos y ojos verdes. Ella estaba asustada y no hablaba. Aunque lo hiciera no la entenderían pues ella venía de Nueva York y esta ciudad aún no había sido construida, pues venía del futuro. El faraón se acercó a ella y le acarició la cabellera. La miraba con devoción.
-Ha venido del cielo, Isis, nuestra gran diosa a quien le dejo mi trono – dijo Kefrén a su pueblo. Los egipcios dieron gritos de alegría.
Enseguida tomaron a la mujer y la vistieron con ropas de colores y la maquillaron. Tamara no decía nada. Estaba asombrada. Cuando la dejaron sola, miró desde una ventana las pirámides, el desierto y la esfinge a medio terminar. Había estudiado la historia del antiguo Egipto y había soñado tantas veces con ver lo que estaba viendo, que no lo podía creer. Aquella noche soñó con los rascacielos de Nueva York y al despertar sintió que no extrañaba nada de eso. Estaba lista para gobernar a los egipcios.”
La hipótesis fantástica es: ¿Qué pasaría si una chica moderna aparece en el Antiguo Egipto?