La Diosa del Sol. (volumen 2)

CAPÍTULO 6: El Último Oasis de Corporación Sol.

​I. El Desafío del Desierto.
​El desmantelamiento de los Acuarios de Lujo, transformado por el Dr. Kael en una oportunidad para la ingeniería modular, había reforzado la fe en la Democracia de Conciencia. La cohesión de la red era casi perfecta. Pero la paz no era universal.
​Una noche, mientras Nix monitoreaba el flujo de energía equitativo de Neo-Sevilla, una alarma de baja prioridad se disparó.
​«Aura, Ramsés. Hay una sustracción de energía anómala y constante. No es un error. Alguien está sifonando una parte mínima de la red, justo por debajo del umbral de detección ciudadana», advirtió Nix, proyectando un mapa holográfico que mostraba una línea de consumo que se extendía fuera de la cúpula, hacia el árido desierto andaluz.
​«¿El Arquitecto del Vacío tiene cómplices?», preguntó Ramsés, ajustando su armadura ligera.
​«No. La firma tecnológica no es la de Silas Vane. Esta es más antigua, más... Corporativa. Es tecnología de la primera era de Corporación Sol, adaptada para operar en aislamiento», explicó Nix.
​Aura cerró los ojos, sintiendo la firma psíquica en la red. «Es la codicia. El resentimiento de los que creen que el poder debe ser suyo por nacimiento. Están creando un último oasis de élite en el desierto, un refugio para exiliados. Y se alimentan de nuestra luz.»
​II. La Fortaleza del Olvido.
​El destino del consumo energético era un complejo subterráneo abandonado, conocido como "La Fortaleza del Olvido", un antiguo proyecto de minería solar de la Corporación Sol a cientos de kilómetros al este de Neo-Sevilla.
​La nueva misión no era restaurar el orden en la ciudad, sino asegurar la integridad del nuevo sistema. Permitir que la antigua Corporación Sol estableciera un santuario de riqueza a costa de la equidad de la ciudad era un cáncer para la Democracia de Conciencia.
​Ramsés reunió a su equipo. El Dr. Kael proporcionó información sobre los sistemas de defensa biológicos del desierto, y Salvi preparó el aerocar de largo alcance, modificado con un camuflaje térmico avanzado.
​«La Democracia de Conciencia nos pide que protejamos la Primera Ley. No podemos permitir que la antigua tiranía prospere a nuestra costa», dijo Ramsés. «Vamos a acabar con el último oasis de Corporación Sol.»
​III. El Viaje a lo Árido.
​El viaje en el aerocar fue largo. El desierto, un yermo abrasador, estaba lleno de tormentas de arena nanobots y ruinas oxidadas de la vieja civilización.
​Aura viajaba en silencio, concentrándose. Usó la red del Deiken para intentar penetrar las defensas de la Fortaleza del Olvido, pero el lugar estaba envuelto en un potente campo de estasis psíquica, diseñado para bloquear la conciencia colectiva.
​«Están aislados, Aura. Bloquean la verdad. No puedes ver sus motivos», informó Nix, proyectándose en el aerocar.
​«No importa», respondió Aura. «La verdad puede ser bloqueada, pero la acción es visible. Ramsés, ¿cuál es el plan de incursión?»
​«Infiltración silenciosa. El objetivo es desmantelar el reactor que conecta con nuestra red y traer de vuelta a los líderes. No queremos una masacre. Queremos demostrar que el viejo poder ya no funciona», explicó Ramsés.
​IV. El Guardián de la Puerta.
​Al llegar a las coordenadas, Salvi aterrizó el aerocar camuflado a kilómetros de la Fortaleza. La base era un cráter negro en el suelo, con una única compuerta de acceso.
​Mientras Ramsés y Aura se acercaban, un enorme androide de seguridad, un modelo obsoleto de la Corporación Sol llamado "El Heraldo de la Riqueza", emergió de la arena, armado con un cañón de plasma doble.
​«¡Alto! Identifíquense», rugió la voz sintética del androide. «Esta zona está restringida a los poseedores de la Cifra Sol. Cualquier intrusión será eliminada por el poder de la Corporación.»
​«La Corporación Sol ya no existe», replicó Aura con calma.
​«La Riqueza es Eterna. La Pobreza es Temporal. Yo soy la ley. Morirán por la Democracia de la Anarquía», respondió El Heraldo, cargando su cañón.
​Ramsés se posicionó. «Nix, ¿puedes entrar en ese antiguo código?»
​«Es un código binario de la era de la fundación, Ramsés. Lento y oxidado. Me tomará cinco minutos neutralizarlo, pero si nos descubre...»
​«No nos descubrirá. Nosotros lo distraemos. Aura, Ramsés, es una batalla de tiempo. Salvi, cúbrenos desde el aerocar», dijo Ramsés, disparando el primer pulso de plasma-caster para atraer la atención del gigante.




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