La Diosa.... Resurgiendo de mis cenizas

5. PLAN EN MARCHA

HEIZEL VITALIS-TAYLOR

Hola amor te esperaba ansiosa, me dispuse a dejar caer la delgada bata casi transparente que cubría mi cuerpo, el que lucía tan sólo un sexy conjunto de lencería.

Stuart se desconcertó al verme esperándolo y me dijo ¿Qué haces aquí en mi habitación Heizel?, Renné no tarda en llegar y si nos descubre será por tu culpa. Que esperas cúbrete y vete a tu recámara Heizel, no quiero problemas, ya vete. Querido que pasa tanto miedo te da Renné, ya sabes que cuando se encierra en su aburrido estudio a pintar se exilia del mundo por horas hasta muy tarde y que crees hoy es uno de esos tantos días amor, así que disfruta o no deseas tenerme ni un poco cariño; en realidad quieres dejarme ir y perderte de tener todo esto a tu antojo tal y como te gusta hacerlo. No me hagas reír mi amor estás que no soportas lanzarte sobre mi para devorarme completa o lo niegas mi amor.

Stuart gruñe al ver como me fui quitando la lencería poco a poco de forma coqueta e invitándolo a acercarse a jugar un poco conmigo. --- Ahhhjjjj Heizel porque me haces esto sabes que no lo soporto.

-- De inmediato vī como me lanzo una mirada con deseo y lujuria y se abalanzó sobre mi tumbandome sobre la cama, devorándome los labios con desesperación jalando mi labió inferior dejando un sabor a hierro en mi boca enseguida me siento tan mojada, baja hacía mí cuello dando ligeros y suaves mordiscos, los cuales llevaban a mi cuerpo a disfrutar el más delicioso placer, y es que es inevitable estar juntos Stuart y yo. Desbordamos puro deseo y pasión en la cama así era casi imposible no quedar embarazada con semejante semental insaciable.

Mi primer objetivo ya lo he conseguido hacer hoy el amor con Stuart hasta saciarnos que siendo honesta eso es imposible nunca terminamos de saciarnos.

Dísfruto tanto a Stuart viendo su rostro deseoso, jadeante y gimiendo mi nombre mientras me embiste de manera ruda como me gusta. Lo rasguño en la espalda y clavo mis uñas mientras me sigue embistiendo sin descanso, ni piedad, hasta que dentro de la habitación se escucha un objeto caer al suelo provocando un fuerte ruido gracias al que nos dimos cuenta de quien nos observaba de manera incrédula. Mi amada hermana la invitada de honor que tanto ansiaba que llegará. Mi segundo objetivo lo acababa de lograr.




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