la distancia en el amor

capitulo 15 mi graduación

Narra Matteo

Han pasado ya dos meses y he estado muy ocupado con los exámenes y mucho entrenamiento. Por supuesto, he intentado encontrar un poco de tiempo para pasar con Ada y también con mi hermanita Nora. He notado que su cuerpo ha cambiado bastante y que tiene antojos, así que le pregunté qué estaba pasando.

Ella me comentó que no hay nada de qué preocuparse, que solo le ha llegado el periodo. Eso me ha dejado tranquilo, aunque tuve una sensación extraña.

He estado tratando de entender qué le está sucediendo a mi hermano Alonzo, ya que ha estado muy diferente y parece preocupado por algo o alguien. He intentado hablar con él, pero se cierra en sí mismo, lo cual me recuerda a nuestro padre. Por otro lado, nuestra hermanita Nora está intentando levantar el ánimo.

En este momento estoy disfrutando de un hermoso día con mi hermano Deimon y mi hermanita Nora, paseando por la feria del libro. De verdad, Nora no se cansa, a pesar de que hemos estado caminando sin parar durante varias horas. Sin embargo, finalmente la vimos bastante cansada, así que decidimos detenernos frente a un banco para descansar un poco. Aprovecho para hablar con Ada por WhatsApp mientras Nora comienza a contarle algo a Deimon.

Durante unos minutos, el móvil de Deimon suena de manera insistente y lo contesta de inmediato. Al escuchar su tono de voz, me doy cuenta de que está hablando con nuestra madre.

Mi hermanita Nora y yo, llenos de curiosidad, nos quedamos escuchando la conversación mientras chateo con Ada. Cuando Matteo termina de hablar, nos comunican que nuestra madre desea que volvamos a casa.

Así que nos levantamos del banco y nos dirigimos hacia el coche. Al llegar, nos subimos y Deimom comienza a conducir rumbo a casa. Durante unos minutos, el trayecto transcurrió sin inconvenientes y finalmente llegamos a nuestro destino. En cuanto Deimom aparca el coche, bajamos rápidamente y entramos a la casa. Al entrar, nos encontramos con una comida familiar organizada en la sala, y allí había un letrero que decía: Estamos muy orgullosos de ti.

Mis padres me dan un regalo. Al abrirlo, veo una camisa con el número del baloncesto que voy a jugar, junto a una pulsera que parece un amuleto de la suerte. Nora me mira sonriendo, y puedo adivinar quién me lo compró. Les agradezco por el regalo, y en ese momento alguien toca el timbre. Mi padre va a abrir, y veo al abuelo Juan con Jorge.

Nora, sin dudarlo, se lanza a abrazarlo con entusiasmo. Mientras nosotros observamos la conmovedora escena, percibo que ella lo quiere como si fuera un hermano. Después de ese emotivo abrazo, se separa de él y le da un beso en la mejilla al abuelo Juan. Al poco tiempo, Nora se aleja un poco más de él, y mi padre les invita a pasar a la casa. Es en ese momento que él cierra la puerta, y nos acomodamos todos en la mesa para comer. Justo en ese instante, el abuelo Juan me hace entrega de un regalo. Con emoción, lo abro y descubro que se trata de una camisa con el logo de la universidad.

Mientras mi abuelo me relata una fascinante historia sobre la madre de mi madre, recordando el momento en que le regaló esa camisa tan especial, de repente suena el timbre. Mi madre se levanta para abrir la puerta y, para nuestra sorpresa, nos encontramos con la visita de mi tío Yeray y mi tía Verónica, quienes vienen sin su hija.

Acto seguido, entran en casa y se acomodan junto a nosotros en la mesa. Con mucha amabilidad, comienzan a servir la comida que hemos preparado. Mientras tanto, el abuelo Juan continúa narrando su historia, sumido en sus recuerdos.

Por supuesto, Nora, que se encuentra a nuestro lado, está entretenida disfrutando de su comida, pero no pierde detalle de lo que dice el abuelo juan; está atenta a su relato, aunque también le interesa lo que hay en su plato. La atmósfera se llena de risas y conversación, un momento familiar que todos apreciamos.

Durante la tarde, Nora comienza a contar chistes, lo que provoca que todos nosotros empecemos a reírnos. En un momento dado, mi madre llama a Alonzo, supongo que lo hace para que venga hacia aquí. Sin embargo, al observar su expresión, me doy cuenta de que Alonzo no responde la llamada de inmediato. Mi padre, al notar la situación, intenta tranquilizar a mi madre.

Mientras mi padre suelta un suspiro, arrugando su ceño ligeramente, es evidente que el abuelo Juan comienza a conversar con él. Esto provoca que Nora termine de narrar sus chistes.

-Derek y Diana, debéis reconocer que Alonzo ya es un hombre ocupado; puede que esté concentrado en sus asuntos. Pero también debo deciros que es una copia exacta de Derek -comenta el abuelo con un tono de seriedad, aunque una chispa de humor brilla en su mirada.

Deimom y Jorge intercambian miradas intensas, como si estuvieran transmitiendo un mensaje profundo entre ellos. En ese momento, Deimom, con una expresión de complicidad, comenta:

-Eso es cierto -dice con convicción-. Alonzo es muy parecido a ti, papá. Es evidente. Matteo y yo hemos heredado tu carácter y algunas cosas de mamá, pero Alonzo ha heredado todo de ti.

Las palabras de Deimom reflejan un profundo entendimiento familiar, como si estuvieran analizando las similitudes entre ellos y el impacto de sus personalidades en la vida de Alonzo.

Durante dos horas después de haber terminado de comer, nos dirigimos al salón, donde continuamos nuestra conversación. Así fue como pasamos toda la tarde, sumergidos en diversas charlas y momentos agradables.

En ese instante, mi teléfono móvil comienza a sonar, avisándome de que he recibido un mensaje de Ada. Al abrir el mensaje, me encuentro con unas frases que dicen lo siguiente:

Tú representas el cielo, esa vastedad serena y sublime que abarca todo lo que somos y lo que sentimos. Todo lo que nos rodea, las circunstancias y los momentos que vivimos, son simplemente el clima, es decir, las variaciones y cambios que pueden alterar nuestro día a día, pero que no afectan la esencia fundamental de lo que realmente importa. Mientras el cielo permanece constante y eterno, el clima puede ser soleado, lluvioso o tempestuoso, pero siempre es pasajero. Eres un centro de paz y plenitud, y aunque el entorno pueda fluctuarse y presentarse con desafíos, tú eres el espacio amplio en el que todo toma sentido.



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En el texto hay: amor, amor adolescente, humildad 100

Editado: 16.12.2024

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