La diva del mafioso

Capítulo: 10

Liam

Ella se queda perdida en mis ojos sin decir nada, quizás cree que mis palabras son mentiras, pero es lo que haré cuando sepa el nombre de quien le hizo daño, algo así no debe quedar como si nada, todos deben entenderlo, mis hombres, ella y todos los demás, me alejo un poco de ella viendo que no habla y permanezco mirando sus ojos deseando saber lo que piensa, es claro que tiene sueño y que está cansada, se bebió casi una botella de vino y a saber cuantas pastillas tomó, aunque la pregunta que me hago es, ¿por qué necesita pastillas para dormir?

—Jhon —murmura y mi ceño se frunce

—¿Así se llama el maldito? —ella niega frenética y la veo buscar algo por la habitación

—No, Ian dejó salir a Jhon, mi perro, por Dios lo había olvidado —busca unas zapatillas —debe de estar perdido

—Ian —murmuro el nombre sabiendo que antes lo he visto, ella me mira deteniendo sus movimientos —¿Ian Jhonson? —sus ojos muestran miedo —le mataré —abro la puerta, pero Rachel toma mi brazo rápido

—No le hagas daño —la miro estupefacto

—Intentó abusar de ti y lo defiendes? Merece morir, en mi mundo así se paga

—William por favor —ella se coloca en la puerta impidiéndome salir —no le mates

—Te quiso hacer daño

—Es como un hermano

—Pues él no piensa igual —mascullo mirando sus ojos —voy a matarlo —sus manos van a mi pecho

—No, no —ruega sin mirarme —entiéndelo

—Lo único que entiendo es que te pegó y que si su padre no hubiera llegado te habría violado —tomo su mentón y hago que me mire —¿qué hubieras hecho si eso hubiese pasado Rachel? —sus ojos se llenan de lágrimas y siento que hay algo que me pierdo

—Carlo me adoptó en su familia, me dio amor, es como mi padre —una lágrima sale de sus ojos —por favor William, no quiero que por mi culpa pierda a su hijo

—Él entenderá

—Ian tiene dos hijos

—No son mis hijos —farfullo y paso por su lado quitándola de mi camino

—¡Haré lo que quieras! —no me detengo y sigo caminando —¡William! —su voz me detiene cuando iba a salir por la puerta —si le matas te odiaré el resto de mi vida —abro la puerta —juro por Dios que no volverás a verme, me da igual la empresa y el desfile, me da igual tener que darte todo mi dinero, pero no seguiré tus juegos —aprieto el pomo de la puerta —por favor, sé cómo eres, sé que quieres matarlo y yo también quiero, pero solo te pido que no lo hagas por Carlo —tenso mi mandíbula.

—¿Y si lo intenta nuevamente? —la miro

—No lo hará —sonrío viéndola, ahora solo parece alguien inocente —William, por favor —suspiro sin saber bien qué hacer.

—No voy a matarlo —veo como respira tranquila —y tú no saldrás de este lugar

—Jhon

—Me encargaré, envía una foto de tu perro a mi teléfono —salgo del apartamento maldiciendo, mis hombres me siguen, pero dos se quedan cerca de la puerta de su apartamento, ese hombre no va a volver a acercarse a ella, espero paciente el ascensor y cuando llega saludo a Laura sonriendo, la mujer nos saluda con algo de miedo y subo al ascensor, parece una mujer buena, ¿por qué su esposo entonces la engaña? En fin, no me interesa, me alegra saber que Rachel no estará sola.

Me detengo cuando llego a mi auto y miro a Samir.

—Usa hombres para que busquen a Ian Jhonson —él asiente —le quiero donde ya sabes antes de que salga el sol

—Dijiste que no le matarías, ¿le mentiste? —sonrío

—No, claro que no, dije que no le mataría pero una persona puede aguantar bastante dolor sin morir —él sonríe —me divertiré esta noche

—Bien

—Samir —él vuelve a mirarme —también quiero hombres por toda la ciudad buscando a Jhon —su ceño se frunce y miro mi teléfono cuando suena, sonrío mirando al perro —te enviaré la foto, también le quiero esta noche —Samir asiente confundido, pero subo a mi auto.

Conduzco por la ciudad a poca velocidad mirando hacia todos lados, ¿quién lo diría? Un mafioso peligroso y todos sus hombres de noche buscando un perro solo porque una mujer estaba preocupada por este, respiro hondo sabiendo que ahora estoy siendo patético ¿pero qué le negaría? Miro mi reloj dando un bostezo, ya es casi media noche y detengo mi auto al ver algo en un parque a lo lejos, bajo rápido de mi auto y corro hacia los árboles viendo al perro de color blanco y negro que merodea con hambre y está bastante sucio.

—¿Jhon? —sonrío cuando voltea hacia mí —Jhon ven a mí —doy un paso hacia él, pero el cachorro solo sale corriendo, maldigo —¡Jhon! —sin importarme nada corro detrás del perro aun sintiendo dolor en mi pierna, pero no me detengo —Jhon joder detente —pido a un cachorro que simplemente no deja de correr y yo ahora parezco un loco cojeando detrás de él, caigo al suelo luego de tropezar y bufo al ver que me he llenado la ropa de barro, segundos después miro al perro que está lamiendo una de mis manos y solo me echo a reír porque es eso o matarle.

★★★

Rachel

Laura prepara algo en la cocina mientras la observo sentada en una silla, yo no dejo de mirar mi reloj deseando saber algo sobre Liam, espero que cumpla con no matar a Ian, su diva, está loco, sonrío pensando en su forma de llamarme y como decía que mataría a quien me hiciera daño, quizás eso debería darme miedo, pero es todo lo contrario, miro el techo de la cocina buscando con la mirada cámaras, pero no logro ver nada, luego suspiro y mis ojos chocan con los de Laura que me mira interesada, una parte de mí quiere quitar esas cámaras, pero la otra se siente segura sabiendo que Liam sabrá todo lo que suceda en casa.

—Rachel —Laura suspira —lo siento, yo

—No, basta —niego rápido —no tienes culpa de nada, ¿por qué te disculpas? —me pongo de pie cuando sus ojos se llenan de lágrimas

—Debimos darnos cuenta antes de lo que pasaba Rachel, tú

—No es culpa de ustedes —tomo sus manos —Laura

—Te acogimos para cuidar de ti, pero mira lo que ha sucedido, solo pienso en que si Carlo no hubiera llegado tú —ella se calla y sus lágrimas salen



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En el texto hay: mafia, amor, jefe-empleada

Editado: 20.11.2024

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