La Doble Cara de un Vampiro.

Capítulo 12.

Buscaba sin cesar a Damian y no lo encontraba, me sentía como en en un juego sacado de una película de terror donde los personajes eran seguidos por algo o por alguien que los quería matar, la inseguridad y miedo predominan en mi como si algo malo fuera a pasar, como suele suceder en las películas de esa categoría. La noche había caído y la luna se encontraba en su punto más alto, pasaron las horas y no encontraba a Damián y cada vez eso me ponia histerica, busco por algunos callejones, calles y unos que otros cuantos bares y billares dejando de ser percibida para que no me reconocieran, me adentre a la ciudad sin darme cuenta buscandolo

_Damián aparece por favor ¿dónde estarás? -repetía constantemente, aunque no lograra nada con eso- carajos ¿por que deje el auto en el cementerio? ahora me arrepiento de haberlo dejado ahí ¿por qué no lo pensé antes de venir? -me abrazó para poder calentarme- que estúpida fui.

Escucho un ruido en un callejón mientras caminaba por las aceras, camino hacia de donde provenía para averiguar, me escondo, contempló como dos hombres fornidos cuyos músculos como quiera se notaban a través del traje sacaron a un chico a la fuerza.

_Y no vuelvas -dijo uno de ellos antes de cerrar la puerta.

_Imbéciles no volveré a este club de nuevo, haré que lo cierren -reprochaba el desconocido mientras se paraba del suelo, algo caminaba hacia detrás de él, movilizó un poco su cuello aplicando fuerzas e incrusto unos largos y filosos dientes.

_Un vampiro -susurro para mi misma, nada puede ser más que eso.

Sin pensarlo dos veces me dirijo hacia la víctima para poder salvarlo con las pocas prácticas de entrenamiento que había dado con Damian para poder defenderme en algunas situaciones como esta, no permitiré que esta persona pase por lo que yo tuve que pasar. Contra ataque, aunque fuera un vampiro no dejaría que acabara con la vida de una persona en mi presencia, aunque muriera en el instante.

_Suéltalo mal nacido.

Grité mientras empujaba al vampiro haciendo que impactara con la pared que había detrás quedando de esa manera lejos del desconocido, me había aprovechado de que la bestia no se percató de mi presencia debido a que estaba muy concentrado en su próxima presa para realizar el movimiento.

_A…lis…-pronuncia tartamudeando quien se supone que era un desconocido, no obstante su rostro, su voz me resultaba familiar, era, no puede ser.

_Adonis -wow, me sorprende, pero sé que a él más que a mi.

_¿Estás viva? no puede ser -evoca de sus labios mientras se acerca a mí y comienza a reprocharme- se supone que deberías de estar muerta, yo fui a tu velorio -se muestra confundido, al parecer no puede creer que haya sobrevivido, lo comprendo, si estuviera en la misma posición que él sentiría lo mismo-, yo vi lo que paso con tu casa por la televisión, yo fui a tu tumba.

_Adonis…-me acerco hacia él pero da un paso hacia atrás inmediatamente cuando doy uno hacia adelante.

_Aléjate de mí -me dice mientras retrocede hacia atrás.

_Espera puedo explicarlo todo. -El vampiro se acerca Adonis, agarra sus manos y la coloca detrás de su cuerpo mientras la sujeta con una mano y con la otra dobla su cuello a la derecha. Adonis lucha para poder escapar de su agarre, no obstante la diferencia es más que notoria, él no podrá. Cuando la bestia asoma su rostro por el espacio habilitado, pasa su lengua recorriendo desde su garganta hasta la barbilla, permitiendo así que yo pudiera lograr visualizar bien su rostro gracias a la poca  iluminación que emitía uno de los pocos faroles que había, ojalá hubiese sido otro rostro distinto- Damian.

_El único e inigualable. -Se notaba diferente, un poco extraño, mi Damián jamás lastimaría a una persona- ¿Que pasó bonita? ¿Estás sorprendida? 

_Esperaba que fuera otra persona menos que eras tú.

_Espera ¿Conoces a este? -Pronuncia Adonis lleno de miedo mientras sus piernas temblaban- Esta bestia. 

_Si…-susurra cerca de su oído- ¿sabes qué es lo mejor? -sonríe con ironía Damian- ella es como yo también.

_¿Qué? -Pronunció desconcertado Adonis.

_Te puedo explicar todo lo que pasó ese día, Damián suéltalo -no puedo evitar dejar salir una pequeña lagrima la cual limpio con una de mis manos de una vez para no dejar notar mi debilidad pues esa era la persona de quien yo estaba enamorada antes de que pasara todo esto.

_Los dos tortolitos se conocen bastante bien. -Dibuja una sonrisa cínica en su rostro- Que bien, esto se ha vuelto más interesante. 

_Por favor suéltalo, déjalo ir -intento suplicarle-. El no dirá nada, será como si nunca me hubiera visto, pero no lo mates.

_Oh niña eres tan ingenua, torpe y débil. Ven y bebe conmigo. -Exclama, incita para que yo fuera.

_No lo haré, suéltalo.

_Ven, te prometo que te va a encantar. -Hace un pequeño rasguño en su cuello haciendo que brotara un poco de sangre, aunque fuera insignificante siento como la tentación intenta controlarme para hacer que me salga de control. Me acerco y mis colmillos salen, en cambio, al ver la cara de miedo de Adonis me detengo.

_Basta, ni siquiera te reconozco Damián, no eres el mismo.



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En el texto hay: vampiros, hombres lobos, paranormal

Editado: 22.04.2023

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