El día no fue para nada como Noa pensó, ir al museo y estar con Luna fue divertido, la pequeña a cada momento le proporcionaba datos que ni ella sabía. Pensó que la niña era una wikipedia andante.
—¿Te gustó la excursión Luna? —preguntó la niñera ayudando a la pequeña castaña a ponerse el pijama.
Luna asintio emocionada, luego de ponerse el pijama corrió a su cama, para acto seguido tomar un dinosaurio de felpa de color púrpura con motas azules —¡Si quiero ir de nuevo! —dijo ella emocionada jugando con su nuevo peluche favorito.
—¿A dónde quieres ir de nuevo? —habló Alexander adentrándose a la habitación de su hija.
—¡Papi! —gritó Luna levantándose dando saltitos en la cama, para acto seguido brincar a los brazos de su progenitor—, Noa y yo fuimos a ver dinosaurios, quiero ir otra vez al museo. —pidió la pequeña castaña emocionada.
Miró a la niña con cara pensativa —no lo sé ¿Te portaste bien hoy? —habló el rubio regalandole una sonrisa a su pequeña.
—Si me porté bien.
—¿Segura? —empero él con voz de interrogación—. ¿No me estás mintiendo? —cuestionó él alzando a la niña en brazos.
La niña negó con un movimiento agitando la cabeza moviendo sus largos cabellos.
—¿Segura, segura? —cuestionó él alzando más a la niña para hacerla reír, escucharla reír era su mejor momento después de un largo día de trabajo.
—¡No papi! —dijo la niña riendo por los juegos de su padre.
—¿Como se portó mi princesa Noa? —preguntó el rubio posando su vista en la niñera que hasta ahora se mantuvo en silencio mirando la tierna escena.
—Claro señor se portó muy bien, es una buena niña y muy inteligente. —Respondió Noa con timidez, quien en silencio observaba la tierna escena de padre e hija.
—Entonces mi pequeña Luna se portó excelente. —Dijo él tomando asiento en la cama de la niña, para acto seguido poner a la chiquilla en sus piernas.
—Si señor. —Confirmó Noa sonriendo al rubio, evitar reír con esa escena era imposible.
—Papá me lees está noche por favor. —Pidió la niña a su padre.
—Esta bien pequeña, está noche te leeré un cuento. —acarició la castaña cabellera de su hija.
—Buenas noches Lunita, buenas noches para usted también señor Von Parker. —Se despidió Noa sabiendo que su presencia en ese lugar estaba demás, no era necesaria la niña estaba teniendo un momento con su padre.
—Buenas noches Noa —dijo el rubio poniendo atención en la morena.
Luego de despedirse, Noa se retiró de la habitación de Luna, la presencia de su jefe la ponía nerviosa y cada vez era más complicado actuar con normalidad frente a él.
•••
Apenas llegó a su habitación se tiró en la cama, abrazó una almohada a su pecho «Noa sabes que esto no está bien ¿Entonces porque sigues? Debes hacer esos sentimientos a un lado y tirarlos al cesto de la basura», se auto reprendió la morena pues su mente y corazón mantenían un conflicto, donde últimamente los sentimientos salieron victoriosos.
Se incorporó al sentir su celular vibrar en en el bolsillo de su pantalón.
“Hola Azul me contenta que te gustara el ramo de rosas ¿Estoy disculpado?"
Vió el texto en la barra de notificaciones, no estaba convencida de responder a ese texto además ¿Qué iba a decirle a ese hombre? —Noa no debiste enviar ese texto ahora el japonés no dejará de molestar —puso el celular a un lado hundió su cabeza en la almohada ahogando un grito, tomó una bocanada de aire debía pensar en como salir de ese pequeño problema donde se metió solita—, muy bien Noa solo sigue ignorandolo y...
Guardó silencio al escuchar el móvil vibrar de nuevo.
“Quiero volver a verte ya quiero que sea fin de semana para ir al Caleidoscopio, me gustaría hablar contigo prometo que no pasará nada que no quieras".
Parpadeó unas cuantas veces incrédula ante lo que ese texto decía. «Definitivamente no responderas ese texo» pensó apagando el teléfono para luego dejarlo en el buró, llegó a la conclusión que lo mejor era no responder a Takeru.
•••
Hizo el teléfono a un lado al no obtener respuesta, ya han pasado dos días desde que le escribió a Azul; pero la bailarina no respondió sus mensajes ya estaba un poco impaciente, la bailarina no dió señales de vida siquiera y nunca ninguna mujer antes lo puso en esta situación. Azul era la que lo ignoraba y en el fondo eso hirió su ego.
—Takeru lamento la tardanza, también lamento no estar cuando viniste a verme —habló Alexander tomando asiento en la cabecera de la larga y amplia mesa sacando a su socio de sus cavilaciones—, ese día tenía mucho trabajo atrasado y debía revisar todo con detenimiento...
—Esta bien Alexander —interrumpió Takeru al rubio—, escucha ya la primera parte del proyecto está lista para ejecutarse, no se si el grupo Parker se está tomando esto con la importancia que amerita, pero el grupo Shinomoto y en especial Nova se está tomando esto muy enserio. —Replicó Takeru con soberbia.
—También tomamos la sociedad de los Shinomoto con seriedad, más de la que crees —refutó Alexander molesto con la actitud de su socio, aún así pasó por la actitud altanera de Takeru—, si dudas de ello te invito a ir personalmente a la fábrica ya hemos empezado la producción de los primeros portátiles, si quieres en mi oficina tengo un prototipo de...
—Esta bien Alexander te creo —respondió Takeru mosqueado en su intento fallido por intimidar a Alexander—, por cierto ¿Dónde está Frans? Tu primo también estaría trabajando en el proyecto.
—Por ahora Francisco no estará disponible...
—Lamento la tardanza —el castaño nombrado hizo aparición sorprendiendo a Alexander notoriamente—, primo, Takeru aquí tengo el estimado que el grupo Parker producirá en diciembre.
—¿Nova aún no ha aprobado esto? —cuestionó el pelinegro entre confundido y molesto con el castaño recién llegado.
—De hecho si —respondió Francisco haciendo que Takeru abriera sus ojos en toda su expresión—, Hanako Shinomoto la vicepresidente del grupo Shinomoto estuvo de acuerdo en todo me preguntó si ya estaban actas para salir al mercado, yo dije que si cosa que es cierta para febrero todo estará listo para salir a la venta.
Editado: 17.03.2024