Se dió la vuelta para continuar su camino aquel chico le dió los ánimos necesarios para continuar; subió el primer escalón recordando las palabras de Cameron «Noa todo estará bien», sabía que era posible verlo en esa velada aún así estaba decidida a seguir adelante.
—Pensé que ya no vendrías.
Alzó la vista buscando al dueño de aquella voz, lucía más atractivo de lo usual con aquel sobrio esmoquin negro.
—No me lo perderia por nada, además no podría ser tan descortés contigo después de como te has portado conmigo. —Respondió Noa con una sonrisa cómplice mostrando un par de tiernos hoyuelos en sus mejillas.
—Entremos el frío aquí está muy fuerte ya. —Agregó Takeru extendiendo su brazo para que Noa lo tomara.
—Si —ella aceptó el gesto de Takeru desvió la mirada, últimamente al estar con él Noa estaba confundiendo la compañía con otro sentimiento el cual no quería ponerle nombre—, Tienes razón está haciendo frío. —Secundó Noa del brazo de Takeru.
Entraron al ascensor para dirigirse al salón donde se llevaba a cabo la celebración del aniversario, Takeru miraba a su acompañante a través del espejo ella estaba de espaldas por lo tanto no era conciente de ser observada. Sacó el celular tomó una foto Noa se dió la vuelta rió al ver a Takeru hubiera pensado que él se apenaria al saberse descubierto con las manos en la masa.
—¿Qué tal salió? —cuestionó la pelinegra acercándose al japonés.
—Muy bien —respondió en voz baja—, desde cualquier ángulo luces hermosa. —Dijo acercándose al rostro de la chica.
—Gracias —Noa quedó en silencio al estar tan cerca del rostro de Takeru, quería alejarse pero otra parte de su ser quería algo más—, Takeru yo quería decirte algo...
Sus labios fueron silenciados por el japonés en un beso desprevenido, aunque al inicio Noa quedó estática ante lo que estaba pasando segundos después reaccionó al beso, para acto seguido enredar sus brazos alrededor del cuello del pelinegro.
El beso fue subiendo de intensidad «Noa esto no está bien y lo sabes, debes parar», se reprochaba el dejarse llevar quería cerrar su corazón en este momento no había cabida para nada más, abrió sus sentimientos con Alexander y todo dejó grandes heridas que aún no podían cicatrizar.
El beso terminó Noa estaba abrumada por ese repentino beso, Takeru no quitaba la vista de la morena, avellana y chocolate mantenían un duelo de miradas, su respiración cálida chocaba como una suave caricia en sus rostros.
—Ya llegamos —dijo él volviendo a la chica a la realidad—, gracias por aceptar.
Soltó a Takeru se dió la vuelta dispuesta a salir, tomó la mano de la distraída muchacha abstraida, Noa dió una fugaz mirada al empresario.
—No quise...
—Vamos Takeru tus invitados esperan por tí, eres el anfitrión esta noche —dijo con una sonrisa afianzando el agarre—. ¿Qué esperas? Seguramente te están esperando.
No dijo nada entendió que ella no quería hablar del tema y quizás por ahora era lo mejor, salió del ascensor junto a su acompañante de aquella velada, dió un último vistazo a la chica está en efecto era hermosa su piel canela clara lucía radiante con aquel vestido naranja de profundo escote en su espalda y pecho, su lacio y sedoso cabello negro cubria la mitad de su espalda con unos bucles que le daban un toque más fresco a su atuendo.
Sintió como Noa se tensaba apenas puso un pie en el salón se acercó a su oido susurrándole algo que la hizo reir, ambos siguieron adelante robándose las miradas de los presentes.
Parpadeó un par de veces la estaba viendo atónito, que hacía ella del brazo de Shinomoto, empuñó sus manos hasta que sus nudillos se tornaron blancos por la presión «esto solo me confirma que eres una oportunista, no lo quería creer pero al verte del brazo de Shinomoto me lo confirmaste». Un mesero pasó tomó una de las copas de champagne que ofrecía a los invitados.
Neta miró extrañada a Alexander, la vista del rubio estaba fija en un punto, ella miró también aquello que mantenía a Alexander con su semblante enfurecido.
—Pues mira que la niñera no es nada tonta —dijo Neta poniendo más leños a la hoguera—, pensé que no la volvería a ver, pero me sorprende que esté aquí junto a uno de los herederos de la familia Shinomoto...
—Callate Neta, solo no la nombres esa mujer es un error que intento olvidar.
Neta iba a refutar lo dicho por Alexander, pero el rubio se marchó dejando a la mujer con la palabra en la boca nuevamente, decía querer alejarla pero ahí iba Alexander acercándose a Takeru y la resbalosa acompañante.
—Buenas noches Shinomoto —saludó Alexander—, no sabía que el club Caleidoscopio ofrecía el servicio de damas de compañía. —Comentó con veneno Alexander con la mirada fija en Noa.
—No entiendo su comentario Von Parker ¿A qué se refiere exactamente? —preguntó Takeru llenándose de paciencia, no quería hacer nada de lo que luego terminaría arrepintiendose.
—Creo que si me entiendes Shinomoto, pero en caso de que ciertamente no entiendas, hablo de tu acompañante, aunque posiblemente la dama tenga más de una ocupación bailarina, niñera y que más podría ser...
—Ya basta Alexander —susurró con sus ojos brillantes por las lágrimas que comenzaban a aglomerarse—, te pido que me respetes.
Rió ante las palabras de Noa —a parte mentirosa cínica, dime algo señorita que más escondes.
—No te menti —refutó Noa conteniendo las lágrimas—, tú no sabes nada.
Se soltó del brazo de Takeru no se quedaría para seguir siendo humillada.
—¿A dónde vas? —alexander la tomó del brazo, pero ella se safo del agarre del rubio con violencia.
Intentó ir tras ella aunque a medio camino fue detenido por Takeru, el japonés le miraba molesto. Alexander de mala gana se soltó del agarre de su socio.
—Dejala tranquila, no permitiré que la sigas humillando Alexander.
—Ya te endulzo seguramente caiste en su actuación de buena chica, pues te advierto, es una mentirosa profesional. —Dijo Alexander marchandose del salón, ya varios ojos curiosos estaban puestos en la escena lamentable que había protagonizado por culpa de aquella mentirosa.
Editado: 17.03.2024