El día iba tranquilo era lunes en el poco tiempo que tenía trabajando ahí era normal, salió a su hora de almuerzo con Cameron como ya era costumbre fueron al almacén a comer.
—¿Y...?
—Y nada más pasó solo lo que te conté Cameron. —Decia Noa dando una mordida a su sandwich.
—Yo pensé que te habías comido esa fiesta con tu presencia y ese lindo vestido naranja que estaba de impacto amiga; además pensé que el alemán estuvo ahí y te vería y tú le mostrarías a ese frío iceberg europeo de lo que se perdió por imbécil. —Refutó Cameron con la boca llena de comida.
Noa reía ante las ocurrencias de la telenovela de Cameron, creía que su madre era la única dramática.
—Amiga, ¿qué haces vendiendo zapatos? Lo tuyo es ser novelista serías una muy buena.
Rodaba los ojos ante el sarcasmo de la morena —Nini habló enserio tú no le mentiste Alexander por interés, Noa ese hombre no sabe a la mujer que perdió.
—Dime algo Cameron ¿No eras tú quién me decía que no me enamorara de Alexander?, ¿no eras tú quién me alentaba a sacar un beneficio de mi jefe? —recordaba las palabras de la pelirroja tiempo atrás.
—Si, bueno te dije eso pero ahora es diferente...
—¿Y qué lo hace diferente? —cuestionaba Noa cruzándose de brazos.
—El pequeño alemán que está creciendo en tu vientre —puntualizaba Cameron señalando el aún plano abdomen de la morena—. Noa debes decirle eso sería lo indicado...
Se puso de pie dejando la lonchera en la banca donde comía su almuerzo —Cami hacer eso sería darle razones a Alexander para creer en todo el enredo de mentiras que Neta y Fabio se inventaron en mi contra.
Cameron se puso de pie para hacerle frente a Noa, su amiga era demasiado obstinada —eso no quita que el bebé que esperas sea su hijo Noa, una cosa es que estés mal y otra que le niegues a ese bebé tener un padre.
—Lo sé Cameron —Susurraba Noa decaída—, pero aún no se si lo tendré...
—¡¿Qué Noa?! —Cameron abrió sus ojos como platos ante lo dicho por su amiga—. ¿Nini no puedes estar hablando en serio?
—Cameron por favor no me juzgues. —Dijo la morena en un hilo de voz.
—Esta bien Noa es tu decisión y lo que tú decidas yo lo respetaré —no quería ser otro dedo acusador para su amiga, pero no veía a Noa en eso y conocía a mujeres que se arrepintieron de aquello cuando ya no había marcha atrás ni espacio para el arrepentimiento.
•••
Acompañaba a Liliana a dar una vuelta en las caminerias del hospital, la mujer se recuperaba demostrando su fuerza de voluntad.
—Seguramente tú también lo extrañas verdad.
—Si Alex todos esperamos y esa persona que vieron sea mi Francisco. —Comentaba Liliana esperanzada.
—Esperemos que asi sea. —Se limitó Alexander a responder de acuerdo con la castaña.
—Vamos a sentarnos allí, así me pones al tanto de algunas cosas.
—Lo que la señora Von Parker diga —decia el rubio empujando la silla de ruedas, llegó a una banca de mármol bajo un frondoso árbol que ofrecía una placentera brisa.
—Alex a ti te puedo contar esto porque se que tú eres muy unido a Francisco —la mirada almendra de Liliana se tornaba cristalina lo que iba a contar no era fácil pero quería desahogarse con alguien, no tenía mucha confianza en Alexander pero ahora lo creía la persona más oportuna para hablar—; Frans y yo nos íbamos a divorciar.
La confesión de Liliana dejó a Alexander confundido, Liliana y su primo tenían poco tiempo de matrimonio. Ella se veía muy enamorada y por eso Francisco tomó esa decisión y pedirle matrimonio a la chica.
—No entiendo tú y mi primo se quieren...
—Tú lo dijiste Alexander nos queremos, pero no es lo mismo querer a amarse y Frans simplemente no me ama y yo no quise verlo, no hasta que me llamó por el nombre de otra mujer en nuestra noche de bodas. —Liliana lloraba mientras contaba su triste y vergonzosa historia al primo de su esposo.
———
—Lo siento Lili perdóname no volverá a pasar te lo juro yo...
—Francisco no sigas por favor, no me quieras ver la cara de estúpida, ¿crees que no se que esa tal Cameron es la bailarina del club donde vas a verla a ella?
—Ella no es importante Liliana te lo juro yo...
—¡No te atrevas a seguir mintiendo maldita sea! —gritaba la novia molesta tapando su rostro con ambas manos cubriendo sus gruesas lágrimas.
—No es mentira Lili yo te quiero. —Dijo Francisco acercándose a su esposa.
Intentó tomar las manos de la mujer pero es se soltó del agarre del castaño con violencia.
—Yo no dudo de tu cariño —Lili abrió la puerta de la habitación con intención de salir—, pero amar y querer no es lo mismo y yo aprendí la lección está noche de la peor manera Frans, buenas noches. —Dicho esto Liliana salió dejando solo a Francisco.
———
—Lamento mucho lo ocurrido en tu matrimonio Liliana.
—No te preocupes Alex aquí los únicos culpables somos Francisco y yo por querer engañarnos y tener una vida llena de mentiras. —Comentaba Liliana con una sonrisa limpiando las pequeñas lágrimas que se escaparon mientras relataba a Alexander su fallido matrimonio.
—Se que saldrás adelante Liliana eres una mujer fuerte, bella y de buenos sentimientos.
La castaña tomó ambas manos del rubio frente a ella, él miraba extrañado el repentino gesto de Liliana, ella le regalaba una sonrisa que irradiaba bondad.
—Alex se que tu corazón ha estado cerrado mucho tiempo, pero en mi matrimonio te ví diferente junto a la hermosa mujer de vestido azul...
—Esa mujer y yo no...
—No me interrumpas —dijo Liliana como si riñiera a un niño pequeño—, en esta vida encontrar amor no es imposible, pero no todos tienen la oportunidad de experimentarlo a plenitud, por eso te digo si consigues a esa persona no la dejes ir.
—¿Por qué me dices esto a mi Lili? —cuestionaba el rubio extrañado por la cátedra de amor impartida por Liliana.
Editado: 17.03.2024