La Doble Vida De Noa

Discrepancias.

 

Al ver el plato frente a ella hizo una mueca de asco que hizo a Cameron cruzarse de brazos reprendiendo a Noa con la mirada.

—Sabes que  no me gusta el hígado. —Espetó rodando los ojos.

—Pues de malas no lo hice para tí, lo hice para el bebé así que cómetelo. Además lo preparé de una manera en la que te va a gustar.

Miraba el platillo frente a ella no convencida de las palabras de Cameron.

—Noa ya deja de jugar con la comida y mirar con cara de asco al hígado; solo comelo porque te aseguro que frío sabrá horrible. —Dijo Cameron fastiada de la infantil actitud de la pelinegra.

—Esta bien tú ganas me comeré "el rico hígado" —dijo con ironía haciendo comillas con sus dedos—. Cambiando de tema ¿Cuando iremos por nuestro pago a la tienda?

—Nini, ella ya pagó, con eso pagué el hospital y ayudé a Nick a pagar los servicios. —Respondiá Cameron con desinterés.

—Entiendo —no era muy alentador su estado actual, sin empleo, sin dinero y embarazada nadie la contrataría así. Dió una probada al platillo que Cameron había preparado comprobando que en efecto su sabor no era tan desagradable—. Al menos ayudamos un poco a Nicholas con lo poco que trabajamos allá, Cameron te debo una disculpa.

La pelirroja miraba confundida a Noa, no entendía de que se estaba disculpando.

—¿Y de qué te disculpas?

—No te escuché Cameron —miraba el plato jugaba con los alimentos moviendolos de un lado a otro con el tenedor—, nunca te escuché realmente cuando me pediste que me alejara de Alexander yo pensé que sería diferente y...

—Y fue diferente Noa —confirmaba Cameron—. Noa ya es tarde para lamentarse no seas tonta, para mí el guapo alemán si te quería solo que Fabio y la tal Neta se metieron dónde nadie les llamaba.

—Tienes razón yo, yo... —No continuo pues el llanto llegó de la nada.

—Nini ya deja de cargar con culpas que no son tuyas, recuerda las palabras del doctor, amiga eres un saco de hormonas de embarazada y sabes que eso te hace actuar raro —Cameron quería hablar con Noa, quería convencer a su amiga de hablar con el padre del bebé, si bien le había dicho a la morena que ambas podrían ahora lo veía un poco complicado—. Nini creo que tienes que hablar con el alemán.

—¿Por qué? —cuestionaba limpiando sus lágrimas.

—Razon número 1 es el padre. —Refutaba Cameron haciendo énfasis en la palabra padre.

—¿Y...? —dijo levantandose de eu asiento—, eso no es importante Cameron, no cambiará las cosas ¿Qué crees que me dirá cuándo le diga que estoy embarazada?

—Yo que se Nini pero debes decirle y más en este momento...

—¿Qué momento? —preguntaba la muchacha cruzándose de brazos notablemente molesta.

—¡Ay por favor Noa no quieras tapar el sol con tu jodido dedo! —espetó Cameron notablemente irritada ante la enorme negación de Noa—, ese hombre merece saber que tendrá un hijo tú en tu infinita terquedad y orgullo no ves o te niegas a aceptar lo delicado de tu situación.

—¿Mi situación? —dijo la morena con sarcasmo señalándose a si misma—, pensé que ya habíamos hablado de esto y el tema había quedado en el olvido.

—En el olvido quedó nuestro empleo Nini —estaba exasperada el nivel de terquedad de su amiga la sobrepasaba—, Noa solo piensa un poco con la cabeza...

—Pues eso no pasará para Alexander Von Parker solo soy una mujer ambiciosa, que se le acercó a él por su maldito dinero. Cuando le diga que estoy embarazada dirá que solo lo hice para obtener algún beneficio, o aún peor me querrá quitar al bebé.

No quería seguir allí era obvio que ella y Cameron no llegarían a un acuerdo salió de la cocina dejando a la pelirroja con la palabra en la boca.

Cameron suspiró derrotada con Noa y su tren de hormonas de embarazada no se podía razonar en este momento.

•••

El viaje de regreso a Nueva York había sido cansado, en especial porque Liliana aún no le habían firmado el alta y tuvo que asumir la Responsabilidad de llevarla así. Hizo eso pues la esposa de su primo no tenía familia y Francisco no estaba en capacidad de asumir responsabilidad mientras estuviera con annesia.

Al llegar a la mansión fue recibido por Luna la niña al verlo corrió a los brazos de su padre, el rubio al tener cerca a la pequeña le alzó en sus brazos fue poco el tiempo que estuvo ausente pero extrañaba a su hija y no podía estar tanto tiempo distanciado de ella.

—¿Me extrañaste hermosa? —cuestionó con una sonrisa al ver a la niña asentir con una sonrisa en su pequeño rostro—. ¿Le quieres regalar un abrazo a papá?

La respuesta de Luna llegó en forma de abrazo, Alexander bajó a la chiquilla con cuidado la castaña saludaba a Francisco que llevaba a Liliana en su silla de ruedas.

—Buenas tardes me alegra esté bien joven Francisco, usted también señora Liliana —dijo Betany con sinceridad—, vamos Luna tu profesor de música espera para tu lección.

—Si —respondió la niña tomando el estuche del violín de manos del ama de llaves.

Francisco miró extrañado por lo general quien se encargaba de la niña era la niñera, no Betany.

La mujer y la pequeña subieron al auto el chófer cerró la puerta para luego subir y ponerse en marcha.

•••

La noche había llegado y en ningún momento había visto a la niñera, aquello le pareció extraño Luna adoraba a su niñera.

Caminaba sin rumbo por los amplios pasillos de la mansión al llegar al estudió de Alexander se encontró con el rubio trabajando en el ordenador.

—¿Estás ocupado?, ¿o puedo pasar?

—No, adelante pasa ya estaba por terminar solo respondía algunos correos, cuando estuve en Italia no pude estar al pendiente y como ya regresé me estoy poniendo al día.

El castaño tomó asiento frente Alexander, el rubio también se sentó para luego quitarse sus anteojos y descansar un poco la vista.

—Alex ¿Pasó algo con la niñera? —cuestionaba Francisco con ingenuidad—, pregunto porque la niña no se despegaba de la chica, y hermano aunque lo niegues hasta a ti se te iban los ojos con la esa preciosa mujer...




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