La Doble Vida De Noa

Cizaña.

Estaba nervioso porque Noa le estaba llamando, era la segunda llamada el castaño suspiró contesto  y acto seguido saludó a Noa:

—Hola Nini ¿Cómo la están pasando...?

—Nick, ¿por qué no respondes? —preguntaba  ignorando el saludo de Nicholas.

—Bueno estaba tomando una ducha...

—¿Y dónde dejaste a Ian? —arguyó la morena por su pequeño.

—Durmiendo —se adelantó el castaño a responder—. Como está dormido aproveche para darme un baño. Por cierto ¿Cómo le estás pasando?

—Pues bien —dijo ella más tranquila—,  Nick tengo mucho que contarte cuando llegue a casa.

—Esta bien hablamos cuando vuelvas a casa. —La llamada finalizó, Nicholas miró al pasajero a su lado, parecía estar más tranquilo al menos ya no preguntaba por Cameron.

—¿Es tuyo?

—¿Ah? —inquirió Nick sin saber a que se refería Francisco.

—Hablo del bebé ¿Es tu hijo? —dijo Frans encogiéndose de hombros.

—Ah era eso no, no es mío es mi... Sobrino. —Respondió Nicholas con naturalidad, de cierta manera decía la verdad quería a Noa como a una hermana y por consiguiente Ian era como su sobrino para él.

—Ya veo —Frans se dió un poco la vuelta para ver al pequeño en su asiento de bebé—, es un bebé muy bonito, estoy tan ebrio que veo al pequeño muy parecido a Luna mi pequeña sobrina  cuando tenía su edad.

Francisco reía y Nick palideció ante lo dicho por el castaño, lo bueno era que ya habían llegado a la mansión.

—Bien ya llegamos señor Von Parker. —Dijo el chófer apagando el auto.

—Eres un buen chófer Nick ¿Cierto? —decía Francisco refiriéndose al nombre del chófer.

—Si señor ese es mi nombre. —Secundaba Nicholas lo dicho por el ebrio Francisco.

—Bueno Nick mi primo Alex debería pagarte más, eres un buen chófer. —Decía Frans con voz aletargada arrastrando las palabras y repitiendolas seguido.

—le ayudo a bajar —Nicholas bajó del auto para ayudar a Francisco a bajar, al castaño Nick se encontró con Alexander, el rubio bajo los escalones para ayudarlo a llevar a un inestable Francisco—; lo encontré en la calle señor Von Parker y pensé de inmediato en traerlo aquí.

—Gracias Nicholas estaba buscándolo, no es bueno que tome, está tomando medicamentos...

—No seas aguafiestas Alex solo eran unos tragos —objetaba Frans  señalando a Alexander con su temblorosa mano—, sabes el chófer tiene un bebé en el auto, primo debes verlo es igualito a Lunita cuando era bebé, de verdad debes verlo. —insistió el ebrio.

—Frans ya deja de decir incoherencias Liliana estaba preocupada por ti llevo horas buscándote; sabes que no puedes tomar así.

—Solo fueron unos tragos —refutó el castaño—, además no son incoherencias Alex míralo es igualito a Lunita míralo y me das la razón. —Replicaba Francisco con frustración.

—Si, si lo que digas —dijo Alexander llevando a Frans escaleras arriba junto al chófer—, gracias Nicholas yo puedo seguir solo de aquí es tarde usted debe estar cansado.

—¿Está seguro señor? No tengo problema en llevar a su primo...

—No tranquilo ve a casa, yo puedo llevar a este irresponsable a la habitación. —Dijo Alexander afianzando el brazo de su primo a su hombro.

—Esta bien señor Alexander tenga Buenas noches.

Nicholas volvió al auto segundos después el chófer se marchó. Alexander suspiró de alivio al ver a su primo llegar a casa, Frans insistía en decir que el sobrino del chófer era igual a su hija cuando era pequeña, llevó a su primo a una habitación de huspedes no quería que Liliana lo viera en esa condición.

•••

El desayuno iba tranquilo Francisco y Liliana no se cruzaban miradas ni por error, el silencio fue roto por el tronar de los tacones de Neta.

—Buenos días familia —saludaba la rubia sentandose  junto a los demás—, traen unas caras horribles Liliana querida cargas unas ojeras que francamente te hacen ver al menos unos diez años mayor, aunque asumo tu mal semblante se debe a Frans, anoche ví que el pobre Alex llevaba a tu esposo un poquito tomado podría decirse. —Comentó la rubia con fingida inocencia.

—No sabía eso Neta pero gracias por informarme, ya veo que las palabras se las lleva el viento —sabia que su matrimonio con Frans no  tenía arreglo, pero cuando Francisco le contó que la bailarina de la que está enamorado lo rechazó su esperanza volvió—. ¿Qué podría hacer yo? Mi esposo sabe que tomar no le hace bien aún está tomando medicamentos y eso no ayudará a que sus recuerdos vuelvan.

—Dejen ya de hablar como si yo no estuviera aquí —espeto Francisco molesto—, no me siento bien encerrado aquí solo quería un respiro...

—¿Y encontraste respiro en la bailarina nocturna? —cuestionó Liliana con veneno en sus palabras.

—Liliana ya basta —refutó molesto el castaño—, no fui a ver a nadie mujer te dije que no la vería.

—Si tú quieres que yo te crea al menos se más discreto Francisco Von Parker.

Liliana se marchó del comedor en su silla de ruedas, seguida de Francisco, Neta había removido heridas en ese matrimonio a la rubia se le dibujó una sonrisa ladeada en su rostro.

—Ya no tengo apetito. —Alexander se levantó con intención de irse pero solo dió unos cuantos pasos antes de que Neta lo detuviera.

—Alex quería hablar contigo respecto a lo sucedido esa noche...

—Neta te pediré que olvides aquello estaba fuera de mi, tú insistes en algo que no puede ser yo solo te veo como la hermana de Leonora esa noche no debió pasar. Sabes que lo mejor es que vuelvas a Alemania...

—¡Sabes que yo siento algo por ti Alexander! —exclamó la rubia poniéndose de pie—, tú solo estás resentido por la manera en la que te quité la venda de los ojos con esa bailarina...

—Si no quieres irte de mi casa está bien  solo no menciones a esa mujer y mucho menos esa noche en donde nada pasó.

Alexander se marchó dejando a la rubia con la palabra  en la boca, no tenia tiempo para perderlo con esa mujer ya estaba cansado quería que se fuera pero ella simplemente no lo hacía y por respeto a Leonora no la echaba, ademas cometió el error de pasar una noche con Neta, noche en la  que no tiene claro sus recuerdos y prefería olvidarlo.




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