Luna pasó todo el camino hablando de lo increíble que había sido volver a ver a Noa; para él fue una sensación extraña volver a verla, para nada era la misma mujer de hace casi seis años atrás, por otro lado estaba su hijo en todo este tiempo se topó con un par de artículos acerca del crecimiento en la fama de Noa, otras notas más personales hablaba de su vida de pareja junto a Shinomoto para los medios ellos eran como el principe encantador y la cenicienta. En todos esos artículos nunca se mencionaba la maternidad de la cantante «tienes que dejar de pensar en eso Alexander» se reprochaba mentalmente era absurdo seguir pensando en una mujer que solo le utilizó.
Al llegar a casa la primera en bajar del auto fue Luna, Alexander siguió ahí, segundos después volvió a poner en marcha el motor del auto, necesitaba hablar con alguien. Alguien que no le juzgara y sabía que estaba yendo en contra de su orgullo pero simplemente no podía dejar este asunto a medias, al menos esperaba que Frans su primo y mejor amigo pudiera responder alguna de sus incógnitas.
En menos de veinte minutos llegó al departamento del castaño, sin más dilación entró al elevador que le llevo al décimo piso, tocó el timbre minutos después fue recibido por un despeinado Francisco que le recibía con un aspecto desaliñado y con una bata de dormir negra.
—¿Debo preguntar? —cuestionó el castaño cubriendo su boca soltando un bostezo—, no es frecuente que me visites Alex ¿Pasó algo?
El rubio negó como respuesta —¿Puedo pasar? —Francisco se hizo a un lado dándole paso a Alexander—, quiero hacerte unas preguntas Frans, quiero que me digas por favor todo aquello que sepas.
El castaño parpadeó varias veces tratando de procesar aquello, estaba nervioso pues temía haber hecho algo mal en su trabajo desde aquel accidente no fue más nunca el mismo y sentia que solo estaba en su puesto por la lastimas de Alexander.
—¿De que quieres hablar? —preguntaba Francisco cerrando la puerta del departamento.
Para Alexander no era fácil hablar de ella, prometió no volver a nombrarla y ahí estaba de nuevo queriendo indagar más en las atrayentes telarañas en las que esa bailarina le envolvió —sobre Noa. —Soltó el alemán como si las palabras no quisieran salir de su garganta.
Francisco arqueó una ceja ante lo dicho por Alexander, su primo prohibió el nombre de esa mujer en su vida y ahora de la nada llega a su departamento y la ex bailarina es el tema de conversación.
—¿Qué quieres saber? —cuestionó Frans tomando asiento en el sofá de cuero negro —, hermano creí que la azulita estaba fuera de tu vida, desde que se casó con Shinomoto comprobaste lo dicho por Neta, Alex ¿A dónde quieres llegar con todo esto? —decía el castaño con voz de recién despertado, creía el tema de la doble vida de Noa estaba cerrado y olvidado.
Para Francisco tampoco era muy placentero hablar del tema, cuando descubrió que Cameron y Noa eran amigas muchas cosas tenían sentido, fue a buscarla al bar con esperanza de verla y solo encontro la noticia de que ya ni Azul ni Violet eran parte del show.
—¿Qué quieres saber Alex? — volvió a preguntar, no sabía que podría responder a su primo, para él también fue una sorpresa. Saber que la niñera de su sobrina era Azul la famosa bailarina del Caleidoscopio y aún más que ella y Cameron fueran tan cercanas, recordaba que en un par de ocasiones se lo había dicho a Alex, pero su primo solo rió ante sus comparaciones y ahí estaba Alexander tragándose sus palabras.
—Es que han pasado cosas, cosas que me dan a entender que no debi creer en lo que Neta dijo.
—¿Cosas como cuáles? —le había sorprendido mucho la relación que su primo y la niñera tenían, cuando Alexander le contó lo ocurrido sospechaba de la veracidad de Neta, esa mujer no le agradaba a diferencia de Leonora la fallecida esposa de su primo la tubia mostraba las costuras de sus malas intenciones y él no se creía la historia de la dulce tía y cuñada que la mujer quería hacer ver a la familia Von Parker.
—Hoy debía reunirme con Takeru y llevé a Luna conmigo —era extraño hablar de ella no quería admitir que Noa aún le removía y saber que había hecho su vida junto a otro le hacía hervir la sangre—, Luna estaba feliz de verla. —Se limitó a decir el rubio.
Francisco rodó los ojos estaba adaptado a la frialdad de su casi hermano, él no había venido solo a eso, ya conocía de sobra a Alexander era tan cerrado como una caja fuerte y mostrar sus sentimientos no era algo que me l rubio hiciera.
—Ya es tarde Alex ¿Lo sabés no? —no quería ser rudo pero según Betany su primo fue muy severo con la niñera—, está casada y posiblemente resentida nunca le diste oportunidad de dar su versión de la historia, solo creíste lo que Neta dijo sin investigar si lo que decía era cierto, o no.
—Neta llevó al dueño del club Caleidoscopio para mí eso y su silencio fue suficiente, ella nunca me dijo la verdad, Frans ocultar cosas también es mentir y Noa me vio la cara de imbécil por meses, yo si tenia sentimientos por ella.
—Alexander seamos realistas si la chica te hubiera confesado que era una bailarina nocturna ¿Tú le hubieras dado una oportunidad? —sabia la respuesta y esa era un rotundo no, aún así quería oírlo de boca de Alexander.
—Eso ahora no importa Frans...
—Te equivocas Alex, si importa —refutó el castaño enderezando su postura en el sofá usando un tono de voz más despierto—, te conozco y se lo estricto que eres, cuando viste los documentos con mi firma comprometiendome y haciéndome ver cómo un ladrón tú solo me acusaste sin darme opinión de defenderme...
—Frans es diferente...
—No y déjame terminar —espetó Frans alzando la voz—, juzgaste a la niñera solo porque no te dijo la otra mitad de lo que era y yo hasta cierto punto la entiendo, yo habría hecho lo mismo si mi jefe el alemán gruñón se entera que la niñera de su hija es una bailarina nocturna —dijo Frans con un dejo de ironía—, no la estoy justificando hermano, pero de cierta forma la entiendo Noa aprendió a conocerte y vió que eres demasiado correcto e inflexible y Luna es tu princesa lo más importante en tu vida y lo que veas que veas que puede lastimarla hace sacar lo peor de ti y Noa lo comprobó cuando la despediste en aquella crisis que tubo la niña.
Editado: 17.03.2024