Habían pasado poco más de una semana desde que había ido con Layla a casa de Cameron, le irritaba haber reído tanto, la verdad era que no toleraba a Cameron y mucho menos a Noa, para Cristal no era justo que la ex bailarina tuviera todo lo que a ella le faltaba y además de toda la fama que había ganado Noa como cantante mientras ella se marchitaba cada día más en el Caleidoscopio.
Escuchó suaves golpes en la puerta de su camerino y suspiró con fastidio habían interrumpido su elaborado maquillaje.
—Rose el más lindo de mis colores —dijo Fabrizio tomando asiento en en el diván de cuero negro—, supe que tú y Layla fueron a visitar a Violet, dime cariño ¿No viste a nadie más? —cuestionaba Fabio con inocencia.
Cristal miraba a su jefe a través del espejo de su vanity, la bailarina sabía a donde pretendía llegar Fabrizio con esa pregunta —Fabio cariño no lo sé mi memoria no es muy clara, pero hay algo que quizás me ayude a recordar mejor acerca de lo que ví en casa de Cameron.
Fabrizio mostró sus perfectos y blancos dientes en una sonrisa lasciva, avanzaba lentamente hasta posicionarse tras la silla donde estaba Cristal, el hombre se inclinó hasta llegar al oído de la bailarina tomando sus hombros y susurró en su oído:
—¿Un aumento te haría recordar? —dió un pequeño mordisco en su oreja erizando la piel de la hermosa bailarina—. ¿No quieres que arregle algunas cosas con la ingrata de Noa?, pensé que no te agradaba cariño no le haré nada malo...
—No me importa si matas a esa zorra —espetó Cristal intentando no perder la compostura por las caricias de Fabio—, la vida de Noa me importa poco y nada, hasta creo que también debes acabar con el mocoso bastardo que tiene por hijo.
Se incorporó soltando a Cristal no sabía que Noa era madre, nunca escuchó alguna noticia —asi que tiene un hijo. —Un plan pasaba por su mente y si todo salía como lo tenía en mente mataría dos pájaros de un tiro haría sufrir a Noa y obtendría mucho por hacer solo un poco.
—Linda me gustaría ofrecerte un trato.
Cristal se puso de pie tenía una idea del tipo de trato que Fabrizio le propondría y obviamente ella le ayudaría; estaba cansada de ver a Noa siempre salirse con la suya, mientras ella seguía estacada en ese mismo lugar.
—¿Y bien Cris qué me dices me ayudas o no? —volvió Fabrizio a pedir la colaboración de la bailarina.
—Esta bien yo encantantada te ayudaré a hundir a Noa, tú solo dime lo que debo hacer y yo encantada me encargaré de hacerlo.
Se acercó a la bailarina de manera seductora tomándole de sus estrechas caderas, tomó su boca en un beso pasional firmando así el trato que ambos acababan de pactar para ocasionarle daño a Noa y de pasada también a Cameron por intentar pasarse de lista al irse con Azul; él sentia algo por la bailarina pero si no era para él, prefería verla incluso muerta, aunque intentase disimular estaba furioso y eu deseo ahora era matarla con sus propias manos.
•••
El ensayo había terminado aunque ya no tenía viajes tenía unos cuantos conciertos en la ciudad apenas terminó corrió a su camerino donde la esperaban Cameron, Kody y Nick este último tenía un par de años fuera de la ciudad, tenía aproximadamente ese tiempo viviendo en Londres junto a una chica que conoció en una de las presentaciones de Noa y en cuanto la chica lo vio quedó prendada de él.
—¡Carajo Nick! —gritaba Noa lanzandose a los brazos del castaño ex chofer—. ¿Por qué no me dijiste que vendrías? Te habría esperado en el aeropuerto...
—No preciosa —dijo Nicholas alejándose un poco de la pelinegra para apreciarla mejor—, Trina tenía asuntos en Nueva York y yo vine para acompañarla, además seguramente si ibas al aeropuerto este estaría a reventar de periodistas, fotógrafos y por último y no menos importante tus fans.
—Tú no te quedas atrás querido amigo, desde que te presentaste en la semana de la moda hace un año desfilando la ropa de tu ahora novia eres uno de los modelos más cotizados actualmente.
Lo dicho por Noa tiñó las mejillas de Nicholas, su amiga tenia razón, desde que conoció a Trina su novia, su vida había dado un giro demasiado drástico, tenía cuatro años que había dejado su trabajo como chófer pasó por algunos empleos hasta que un día en uno de los conciertos de Noa él conoció Trina Vermont una joven diseñadora británica que se estaba haciendo conocida en el mundo de la alta costura; luego de un año de relación la chica terminó convenciendole de mudarse a Inglaterra y no contenta con ello involucró a Nick lentamente al mundo de las pasarelas.
—De nada sirve negarlo estás que te caes de bueno Nick —halagó la pelinegra dando un amistoso codazo en las costillas del castaño—, mira ahí vienen mi bebé y Cameron.
Noa se inclinó para recibir a Ian que venia corriendo al ver que su madre le esperaba con los brazos abiertos, con el niño en sus brazos Noa de incorporó girando al pequeño sobre sus talones —¡Mami te ha extrañado todo el día! —dijo llenando al pequeño de sonoros besos en sus mejillas sonrojadas.
—Ya estoy grande mamita no soy un bebé —se quejaba el chiquillo apenado al ver a Nick su tío favorito junto a su madre—. ¡Tío Nick!
Nicholas tomó a Ian que poco le faltó para saltar de los brazos de su madre, Nicholas alzaba al niño de claros mechones de cabello —¡Estás enorme campeón! —tenia más de medio año sin ver a su sobrino postizo.
—Oh pero miren a quien tenemos aquí —dijo Cameron uniendose al entrañable grupo de tres—, Nicky cariño que bueno verte, ya quiero ver a Trina hablamos hace poco y dijo que tenia unos modelos de infarto. —La pelirroja besó la mejilla de su amigo a manera de saludo.
—¿Por qué tardaste tanto Cameron? —cuestionaba Noa quien ya tenía más de media hora llamando a su amiga para hacer un plan de reencuentro ya que Nick estaría un tiempo en la ciudad.
—Fui a llevar a mi pequeño sobrino a mcdonald's ya que le ví cara de fastidio y faltaba mucho para finalizar el ensayo, pero cuando llegué Takeru estaba en tu camerino y charlamos un rato, por cierto está esperándote —dijo la pelirroja dando el mensaje que tenía para Noa—, ve Nini y si quiere también tu marido se nos puede unir a la celebración.
Editado: 17.03.2024