Arrojaba unos cuantos malvaviscos al humeante chocolate era algo que hacían Cameron y ella cuando estaban saturadas, tristes, decaídas y su ritual de sanación era una buena conversación y una taza de rico chocolate con malvaviscos. Puso la taza en la mesa de centro para su nueva invitada a la cual acababa de traer a casa.
—Luna, tu padre debe estar preocupado por ti —dijo Noa luego de tomar un poco de su bebida—. Además es más de media noche señorita y aún no me cuentas ¿Qué hacías en ese horrible lugar?, ese no es sitio para una niña como tú.
—¿Estás enojada? —arguyó la adolescente en un hilo de voz—, no debí escribir mejor me voy...
—Hey. Hey no señorita aguarda aquí —Noa tomó a la muchacha de su brazo impidiendo su escape—. ¿Por qué crees que estoy enojada?, solo estoy preguntando apenas ví tu mensaje no pensé dos veces en ir por tí ¿Qué hacías en esa fiesta nena?
Noa había recibido un dm al ver el nombre de usuario no pensó dos veces en responder pidiendo el número para llamarle a la chica que resultó estar en una fiesta en una fraternidad. No entendía como una niña dulce e inocente como Luna terminó metida en un lugar así aceptaba que lo mejor que podía hacer era llamar a Alexander, pero la voz atemorizada entre el llanto de Luna le hizo reaccionar por instinto y fue en busca de la adolescente pese a los pronósticos.
—Fui con Genna y Joey —musitó la niña cabizbaja tomando su taza de chocolate—, yo no quería ir pero Joey dijo que si iba a esa fiesta cuando entrara a la preparatoria me dejarían de molestar y decir cosas pero tenía miedo...
—¿Te lastimaron? ¿Te hicieron algo? —su furia aumentaba cada vez más, si alguien lastimaba a la chica ella no se contendría, cuando llegó a ese lugar todos la miraban estupefactos pero no se detuvo hasta encontrar a Luna.
El llanto se apoderó de la adolescente, las lágrimas comenzaron a inundar sus ojos celestes —un chico comenzó a perseguirme y me encerré en el baño y ahí estuve hasta que te escribí y te pedí que vinieras por mi, no llamé a papá porque sabía que estaría furioso por ir a ese sitio sin su permiso.
Agradecía al cielo que llegó a tiempo por Luna y esto no pasó de ser un susto para ella —Luna no debes hacer cosas que tú sabes que no están bien solo para agradarle a los demás, tú no necesitas encajar eres una chica única y así estás bien nena.
—Gracias —dijo dando un trago a su taza de chocolate—, te extrañaba mucho Noa, eras más que mi niñera te veía como una amiga e incluso como una madre, hasta llegué a pensar que tú y papá en un futuro se casarían.
Lo dicho por la jovencita hizo a Noa atragantarse con el chocolate.
—¿Qué hace aquí tan tarde señorita Von Parker? —inquirió Takeru bajando las escaleras, ya entendía la razón de la salida nocturna de su esposa tan repentina.
—Señor Shinomoto —saludaba Luna poniéndose de pie ante el socio de su padre—, no era mi intención estar aquí tan tarde yo le pedí a Noa que fuera por mi...
—No digas más yo le explico tú solo toma tu bebida pequeña —la morena se levantó y dió unos pasos hasta llegar con su esposo—, traje a la niña conmigo porque me llamó asustada de una fiesta llena de universitarios ebrios y drogados. —Susurraba Noa a Takeru a manera de reproche.
—¿Y porqué esa chica te llamó a tí y no a su padre Noa?, ¿acaso volviste a ser niñera? —refutaba Takeru cruzandose de brazos.
—¿Te molesta? Takeru solo es una niña a la que aprecio mucho, no podía simplemente dejarla ahí.
—No tenías que hacer eso —objetó Takeru con desesperación por el tono bajo de su voz, Noa no quería alzar su voz con la niña a unos pasos de distancia—, solo debías llamar al padre y que este fuera por su hija, a fin de cuentas es su responsabilidad no tuya.
—Takeru en ese momento no pensé en nada de eso maldición... —Espetó exasperada ante la antipatía de su esposo—, quiero a esa niña como a una hija y en ese momento nada me importó, solo quería protegerla de todos esos chicos Luna corría peligro.
Esa era la gota que el vaso había derramado para Takeru —el único hijo que debería preocuparte es Ian y él está en su habitación durmiendo tranquilamente recuerda esto. —Sin más que decir Takeru se marchó escaleras arriba dejando a Noa al pie de esta desconcertada con la actitud de su marido.
Volvió con Luna, tomó asiento frente a la castaña y se tomó de su taza de chocolate, Noa sabía que Takeru solo reaccionaba así por celos él era un buen hombre a pesar de su temperamento.
—Creo que ya fue suficiente, lo mejor es que me vaya a casa.
Lo dicho por la adolescente sacó a Noa de sus pensamientos de manera abrupta —yo te llevaré a casa señorita y no hay peros que valgan la pena que digas para convencerme de lo contrario. Por ahora te llevaré a una habitación de huéspedes para que descanses ya es tarde y deberías estar dormida en este momento.
—Esta bien, está bien. —Luna reía ante la expresión de Noa aquel tono de reproche con tono de comedia era típico de Noa.
•••
Al llegar a la mansión dos autos policiales llamaron su atención, la pelinegra fue tomada de la mano por Luna tal reacción le mostró el miedo que la adolescente tenía por las posibles consecuencias de su escape la noche anterior.
Betany esperaba en el portal de la mansión llevó sus manos al rostro cubriendo su boca sorprendida y agradecida porque la jovencita regresara sana y salva a casa.
—Hola Bet —dijo Noa con timidez sintió pena al ver el rostro afligido del ama de llaves, no era su intención que esto pasara, pensó en traer a Luna anoche pero sabía que Alexander estaría algo histérico y aunque ella estaría igual o peor de preocupada se apiadó de la adolescente y decidió traerla en la mañana a su hogar.
—¿Dónde estuviste toda la noche Luna Von Parker? —cuestionó una voz masculina de manera tétrica y poco amable.
—Papá puedo explicarte...
—No estoy pidiendo explicaciones Luna, eres demasiado inteligente y sabes cual es la respuesta que estoy pidiendote señorita.
Editado: 17.03.2024