Al llegar a casa Noa fue recibida por su pequeño que corria emocionado arrojandose a su madre, Ian fue tomado con un abrazo de dinosaurio, el pequeño reía ante las cosquillas que Noa hacia al niño en su cuello soltando risas por los juegos de su madre —¡Basta mami me haces cosquillas! —exclamaba el risueño niño con sus bracitos enrollados alrededor del cuello de su madre.
Las risas se detuvieron en cuanto un fuerte impacto se escuchó, Noa tomó a Ian con fuerza, en cuanto se dió la vuelta encontró una aterradora escena. Cristal tenía sujeta a Cameron, mientras apuntaba en su cabeza con un arma —¡¿Qué demonios Cristal?! —estaba asustada por su amiga, ya Cristal había disparado una primera vez, era obvio que el arma estaba cargada—. ¿Por qué haces esto...!
—En lugar de preguntar porque hago esto, tu pregunta debería ser ¿Cuál de tantas razones fue la que me llevo para hacer esto? —corrigió Cristal con una risa sardonica—, pero tranquila Cameron no es quien me importa, solo era el medio para llegar a ti es decir el cebo...
—Deja a Cameron en paz, estás demente Cristal yo nunca te he hecho nada a ti...
—¡Ya cállate maldita mustia! —prorrumpió la colérica rubia alterandose más de lo que ya estaba—, tú arruinaste todo, me quitaste la atención de Fabrizio y no contenta con eso te volviste la favorita del Caleidoscopio...
—Nada de eso es cierto Cristal, sabes cuales fueron mis verdaderas razones para ser una bailarina en ese lugar, nunca sentí nada por Fabio solo asco y repulsión...
—¡Cállate perra mentirosa! —gritó Cristal una vez mas tomando más fuerte a Cameron haciéndole soltar un quejido de sdolor—. No mientas ¿Por qué Fabio te metía a su cama cada que te ofrecías, no eres más que una prostituta con suerte! —ya no tenía ganas de seguir ninguna orden de Fabio, queria acabar con la vida de Noa en ese mismo momento, el odio a la pelinegra era más grande que la recompensa que obtendría, no quería que Fabio hiciese suya a Noa de solo imaginarlo sus ganas de tirar del gatillo aumentaban.
—Tengo miedo mami —musitó el pequeño Ian con su rostro hundido en el hueco de su madre entré su cuello y hombro.
Quería que esto acabará aferraba a Ian a su cuerpo para protegerla, aún así estaba Cameron un movimiento en falso y esto tendría un resultado que no quería imaginar siquiera.
—Cristal no hagas esto —habló Cameron por primera vez desde que su supuesta amiga le tomó de rehén y apuntaba con un arma —, si haces lo correcto yo misma te ayudaré Cris...
—Cierra la boca Cameron y —reía histérica ante lo que decía la pelirroja—, tú no harás nada por mi, eres la perra faldera de Noa siempre lo has sido y eso no cambiará, siempre serás su puta sombra.
Temía más que por su vida tenía temor por Ian y Cameron, en mal momento había dejado ir a sus escoltas, se arrepentía de esa decisión con todo su ser. En este momento odiaba ser tan testaruda de estar con sus guardaespaldas Cristal no se habría atrevido a tanto.
—Cristal, es-to no terminará bien y lo sabes...
—No me hagas reír, llevo mucho estudiando tus movimientos y se que quitaste a tus escoltas, lo confirme cuando vine la última vez a nuestro reencuentro. —Dijo la delgada rubia hablando con burla.
—Dime algo ¿Qué quieres para terminar con esto?
—Quiero que mueras, pero lastimosamente debo entregarte a Fabio.
—No seas estúpida Cristal ¿Arruinaras tu vida por alguien que no lo merece, a Fabio solo le importa el mismo no se detendrá por ti, tú nunca le importaste...
—¡Cierra la maldita boca Cameron...! —espetó la armada rubia—, afuera espera un auto y quiero que entres ahí Noa, sin escándalos y lleva contigo a tu pequeño bastardo.
—Estas loca... No iré a ningún lado, si es dinero lo que quieres yo te daré el que quieres y más...
—No me interesa tu maldito dinero, yo solo quiero verte llorar y retorcerte de dolor así que ve al maldito auto y lleva contigo a tu bastardo, de lo contrario explotaré la cabeza de Cameron ante los ojos inocentes de tu hijo ¿Dime perra que elijes? —preguntaba la psicópata rubia con un fingido tono de inocencia.
—¡No! —exclamaba Cameron asustada por la petición demente de Cristal, estaba arrepentida de haber permitido que esa mujer entrara de nuevo en sus vidas Noa le había advertido que no era buena esa cercanía pero Cameron insistió en darle otra oportunidad a su vieja amiga—, Noa no lo hagas...
—Cierra la puta boca esto no te incumbe, una maldita interrupción más y llenare tu pelirroja cabeza de agujeros y es una lastima me encantaban tus consejos de belleza. —Decía Cristal con sarcasmo.
Estaba al borde, acorralada no sabía que hacer en uno de los pasillos logró divisar a la niñera de Ian le hacía algunas señas que Noa no lograba entender aún así decidió mantenerse callada pero atenta solo esperaba que karine ya haya pedido ayuda.
—¡Te estoy diciendo que salgas! —gritó Cristal sacando a Noa de su distracción.
—Está bien, pero no metas a Cameron en esto Cristal...
—Sal, y sube al maldito auto que espera por tí —ordenaba Cristal arrastrando las palabras, su paciencia cada vez era menos—, si no sales ya si le haré algo a esta estúpida...
—¡Noa sal de aquí con el niño no mires atrás, no te preocupes por mi lo importante es que Ian salga de aquí vete de una jodida vez! —dijo Cameron al borde de las lágrimas aterrada lo que Cristal podría hacer a Noa y al pequeño que solo lloraba asustado en brazos de su amiga.
—Vamos ya escuchaste a tu amiguita sal de aquí.
El llanto de Ian fue el impulso necesario para salir de casa, no quería dejar a Cameron pero no tenía más opción que dejarla. En efecto como Cristal había dicho un auto negro la esperaba, sus ojos se abrieron amplios en cuanto vió otro auto detenerse y ver que era Alexander quien bajaba, quedó petrificada en los últimos tres escalones de la entrada principal.
—¿Qué haces aquí? —susurró conteniendo las lágrimas un error y Cameron pagaría las consecuencias, Alexander había llegado en el peor momento—, por favor vete. —habló Noa tratando de disimular su afligido tono de voz en ese momento solo pensaba en entrar al auto negro tras el rubio que acababa de llegar y así Cristal dejara a Cameron.
Editado: 17.03.2024