Tenía toda la noche dando vueltas por lo que hablamos en la tarde, se sentó en la cama abrazándose a sus rodillas, desde que supo que estaba en cinta evitaba el tema, sabía que tenía quen la cama, conciliar el sueño era una tarea imposible, se había propuesto ir temprano a la cama ya casi era media noche y aún no lograba dormir.
—Nini —susurraba Cameron acariciando los lacios cabellos de su compañera—. Amiga dime ¿Estás así por tomar una decisión.
No tenia mucho tiempo y ese bebé iba creciendo, su idea al inicio era interrumpir ese embarazo pero había estado postergandolo y ya no estaba tan convencida de ello y también comenzaba a encariñarse con ese pequeño.
—Cameron quiero tenerlo pero también tengo miedo —confesaba la pelinegra hundiendo su rostro en sus rodillas pues seguia abrazada a sus piernas—; no se si vaya a ser una buena madre, amiga tengo días sin dormir pensando en muchas cosas, hasta por mi mente se ha pasado la idea de cuando lo tenga darle en adopción pero no puedo Cameron, siempre gana mi deseo por tenerlo.
No soportaba más sus ojos picaban por las lágrimas que desde hace minutos atrás luchaban por salir, lloraba como no lo había hecho hace mucho tiempo. Cameron abrazaba a Noa también lloraba contagiada de la aflicción de Noa ella sabía que su amiga no sería capaz de interrumpir su embarazo, o darle en adopción.
La pelirroja tomó a Noa de ambos hombros, miraba decidida a su hermana del alma y dijo:
—Pues tendremos a ese bebé amiga —Cameron tenía una sonrisa ladeada y Noa una expresión de sorpresa en su rostro empapado por las lágrimas—. No me mires con esa cara, ya te dije tú y yo tendremos a ese niño pues no te dejaré sola en esto Nini.
Noa volvió abrazar a su amiga está vez se abalanzó sobre Cameron ambas mujeres cayeron de manera estrepitosa a la cama asustando a Kiara la pequeña gatita que dormía ajena al drama a su alrededor.
—Eres tan poco delicada Nini —se quejaba Cameron debajo de Noa—. ¿No piensas quitarte de encima?
—Así me quieres Camí —Respondió Noa levantándose y ayudándole en el camino a Cameron a incorporarse.
—Es que no tengo opción Nini. —Reia Cameron al ver el puchero que hacía su amiga, Cameron sabía cómo picar a la pelinegra y la adoraba era su hermana, aunque no podía negarlo bromear con ella le reiniciaba la vida.
•••
Llegó a un pequeño pueblo allí debia ver a la persona que se presumía era su primo. Tenía esperanzas en encontrar a Francisco las probabilidades de encontrarlo con vida cada vez era más estrecha.
—Usted debe ser el señor Alexander Von Parker —saludaba una mujer en italiano, eu bata blanca la delataba como una doctora—, mi nombre es Georgina Moretti.
El rubio correspondió el saludo de la doctora con un apretón de manos, la mujer puso un mechón de su lacio cabello caoba tras su oreja.
—Señor Alexander está mañana su asistente y su esposa me han hecho llegar unas fotografías y junto a las pruebas de ADN hemos confirmado que en efecto es Francisco Von Parker el hombre que encontramos...
—¿Cómo está? —cuestionaba Alexander sin poder ocultar su emoción.
—Esta bien señor Von Parker... —La doctora guardó silencio no sabía como explicarle al rubio la situación de su familiar éstos temas nunca eran fáciles de explicar a los familiares de los afectados—. Señor antes de llevarlo con su primo me gustaría explicarle algunas cosas ¿Tiene tiempo ahora?
—Doctora pero me acaba de decir Frans está bien.
—Si, está bien pero Francisco tuvo una lesión cerebral y esto le dejo conmoción cerebral, es decir un trauma...
—Al grano doctora, ¿mi primo está bien? —cuestionaba Alexander perdiendo la paciencia, tenía la sensación de que esa mujer solo daba vueltas hablaba mucho y no decía nada realmente.
—Francisco no recuerda muchas cosas tiene un cuadro de amnesia grave y...
—¿Qué tan grave? — volvió a interrumpir el rubio abriendo sus ojos a su máxima de expresión.
—Bueno tiene recuerdos aunque no recuerda el accidente y mucho menos que hacía en Italia, llamó a una chica, nos asombró mucho que recordara un número de teléfono.
Las palabras de la doctora Moretti llenaban la mente de Alexander de muchas interrogantes Francisco no tenía recuerdos de su accidente y tampoco de su estadía en Italia, aunque si recordaba un número de teléfono.
—Señor Von Parker lo mejor es que lo llevé con Francisco a usted lo recuerda y quizás verlo lo ayude a desbloquear aquello que no puede recordar, con los días ha mejorado mucho cuando llegó aquí estaba muy alterado y no lograba recordar ni su nombre.
De acuerdo con la doctora de cabellera caoba se adentraba al hospital para encontrarse con su primo esperaba que lo dicho por la médico y que al verlo Francisco recobrara sus recuerdos perdidos.
Llegó al tercer piso del hospital en la puerta reposaba el número 106 —Francisco está aquí —tomó la perilla y la giró lentamente, la primera en entrar fue Georgina para avisar al paciente que tenía visitas—. Frans ¿Cómo estás?
—Bien doc pero estaría mejor si me largo de aquí, tanto color blanco me enferma. —Espetaba el castaño con hastío en su voz.
—Bueno eso podría ser un hecho — respondía la doctora con una sonrisa en sus labios—. En otras noticias alguien vino a verte...
—¿Es Cameron? —se levantó de la cama con emoción y curiosidad por saber quien venía a verlo, para que negarlo esperaba que esa persona fuera Cameron.
La doctora volvió a la puerta —ya puedes pasar.
La mujer se hizo a un lado para que el visitante hiciera acto de presencia. Al ver al rubio entrar a la habitación Francisco abrió los ojos en su máxima expresión.
Editado: 17.03.2024