La Doble Vida De Noa

La Función Final.

Abría sus ojos con pesadez la potente luz blanquecina lastimaba sus ojos sensibles, aún así luego de parpadear repetidas  veces volvió a cerrar sus ojos esa luz era molesta y la incomodidad en su espalda no era mejor.

—Abre los malditos ojos Alexander —musitó alguien arrastrando las palabras.

—T-Takeru... —dijo tratando de incorporarse pero un punzante dolor en su espalda le imposibilitaba esa tarea—. ¿Qué pasó...?

—Eso es lo que yo quiero saber Von Parker —espetó Takeru tomando al rubio de su bata médica—. Tú estuviste ahí y quiero que me digas ¿Quienes. Fueron. Los. Hijos. De. Perra?

—¡Suéltalo Shinomoto! —prorrumpió Francisco entrando a la estéril habitación de hospital, afortunadamente el castaño llegó a tiempo antes de que Takeru hiciera algo peor—, no deberías estar aquí Shinomoto...

—Alexander es quien no debería estar siquiera vivo, mi mujer y mi hijo están en peligro por quien sabe quién y el único que sabe  no habla...

—No ví quienes se la llevaron —estaba reviviendo lo sucedido—, quien me disparó se aseguró de no ser visto Shinomoto.

..........

Quería respuestas y las quería ahora mismo, si lo negaba cosa que seguramente haría no se quedaría con los brazos cruzados apagó el motor del auto delante de él estaba otro vehículo en cuanto ella salió de casa no lo pensó dos veces salió para interceprarla traía a su pequeño en brazos y su expresión le descolocó tomaba al niño con sus manos tenvloras no podía evitar preguntarse ¿Qué estaba ocurriendo? Pero era imperante que ella dijera la verdad y la acorralaria hasta obtener respuesta.

—¿Qué haces aquí? —susurró conteniendo las lágrimas  —habló Noa tratando de disimular su afligido tono de voz en ese momento solo pensaba en entrar al auto negro tras el rubio que acababa de llegar y así Cristal dejara a Cameron.

—Noa —no era fácil lo que acababa de descubrir pero no podía quedar con la duda—. Te haré una pregunta y quiero que seas honesta mujer, te juro que no me quedaré de brazos cruzados si mientes...

—Tú, no eres nadie para ordenarme Alexander Von Parker —miraba a todos lados Alexander no entendía esa extraña actitud de la morena—, tengo cosas que hacer y ahora no es momento, sabes que mejor dicho entre tú y yo no hay nada que decir...

—¿Ah si? —cuestionó el alemán con ironía soltando una carcajada forzada por las palabras de Noa—. Esto lo preguntaré una vez Noa, ¿ese niño que traes ahi es mi hijo? —sus manos estaban hechas puños se sentía un estúpido al no ver la respuesta.

No podía negarlo aquel pequeño en los brazos de Noa era su hijo, aunque ella lo negara el niño era una calca de su familia por eso ella escondía tanto su maternidad en los medios y nunca mostró a su hijo, ya era tarde su mentira había llegado a su fin.

—¿Qué tonterías dices? —inquiere molesta.

le ignoró siguiendo su camino. Bajo  unos cuantos escalones. No iba a dejar que siguiera mintiendo con algo así tomó a Noa del brazo impidiendo así que se marchara —Noa, no te irás de aquí hasta que me digas la maldita verdad mujer, ese niño es mi hijo. —Masculló Alexander endureciendo el agarre en el brazo de Noa.

—¡Ian es mío oíste bien, mío Alexander Von Parker! —gruñó Noa  aferrando su agarre al niño que solo lloraba asustado—, no tienes derecho a reproches tontos, Takeru es...

—Ya basta —arrastró las palabras furioso, no hacía falta su reacción agresiva le daba la respuesta que él esperaba ese pequeño aferrado a Noa era su hijo—, ya no sirve nada de lo que digas no puedes seguir ocultando la verdad...

Las palabras murieron un ardor y dolor invadieron su cuerpo específicamente en su espalda era caliente sus sentidos comenzaron a fallarle soltó a Noa, su vista comenzaba a nublarse y volverse pesada, lo siguiente fue su audición. Noa gritaba su nombre lágrimas salían de sus ojos intentó decirle algo pero antes que de su boca saliera una oración todo fue oscuridad.

..........

Takeru le miraba con sus ojos inyectados en odio, el japonés hacia puños haciendo palidecer sus nudillos por la importancia de no tener respuesta para su dar con su esposa e hijo —¿Qué hacías en mi casa Alexander? —preguntaba Takeru señalando al rubio en cama.

—Ya lo sé todo.

—¿De que demonios hablas? —no entendía nada ver a Alexander herido en la entrada de su casa y a la policía rodeando el lugar lo estaba superando el rubio semi desvanecido le contó que Noa y el niño no estaban, creyó era un secuestro pero iba un día sin saber de Ian, Noa y Cameron no había llamadas de rescate, no había nada a su mujer se la había tragado la tierra.

—Fui a ver si Noa podía segurme mintiendo.

Frunciendo el ceño se acercó a la cama donde Alexander reposaba —¿Qué carajos hablas? —estaba molesto, desesperado y por último también asustada por la vida de su esposa e hijo—. Solo quiero recuperar a mi familia Von Parker eres el único que estuviste ahí ¿Dónde están maldita sea? —espetó Takeru perdiendo un poco los estribos, su voz se había quebrado, sonaba temblorosa sus ojos estaban vidriosos conteniendo un par de lágrimas.

—Escucha Takeru, ya  Alexander te dijo que no sabe nada de las personas que se llevaron a tu hijo y a Noa. —Francisco se había mantenido en silencio mientras el japonés se desahogaba aunque consideraba que ya era suficiente; su primo no era ningún indolente sabía que si Alexander supiera algo ya hace mucho lo habría dicho.

—¡Son mi mujer y mi hijo Alexander! —gruñó Takeru exasperado al no obtener ningún tipo de información de parte de Alexander.

—Si supiera algo creeme que ya te lo habría dicho —la imagen del pequeño Ian llegó a su mente tomado en los brazos de su madre—, te juro por mi hija que no lo sé Shinomoto, te juro también que si supiera ya estaría en busca de Noa y de Ian. —Decir aquello le desmoronó, su voz era áspera y temblorosa.

—No te creo ni una maldita palabra de lo que dices, podrás engañar a todos Alexander pero no  a mi —dijo furioso señalando de manera acusadora al rubio en cama—, ¡No aceptas aún que Noa se fuera conmigo...!




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