La Doncella, el Principe y su Bestia.

3. Cortejo.

El Príncipe miraba a la Doncella con ojos de amor. Ella le hacía olvidar todo el dolor y sufrimiento de su corazón.

Lo hacia sentir mejor, sentir que podría ser un hombre no un cobarde, los sentimientos por ella eran superiores a todo aquello que antes sintio dolor, sufrimiento, rencor. Todo su corazón se iba curando de poco y las profundas heridas de su infancia de fueron cerrando con paciencia  y gracia.

El Príncipe no se atrevía a hablarle, le avergonzaba acercarse a ella. Ante sus ojos era tan bella, hermosa, delicada como una flor.

De piel blanca y bien cuidada con un rico aroma a jazmín y flor de mirto.

Sus largos cabellos, negros, lacios que de vez en cuando recogía en una trenza. 

Cuerpo delgado, cinturita de abeja, un poco pequeña pero no era de importancia su metro con sesenta cm.

El chico era tan tímido y la Doncella tan centrada en sus estudios que había rechazado a dos de los mejores prospectos sin darse cuenta.

Aun día al salir del colegio estaba lloviendo y ella no llevaba sombrilla que mejor oportunidad que esta le ofreció envolverla en su abrigo y cubrirla con su sombrilla.

Para su sorpresa la chica acepto. La chica emocionada porque ella gustaba de él, pero era de mala educación que una chica tomara la iniciativa.

Los siguientes días fueron emocionantes ya que el Príncipe no sabía que esos sentimientos existian.

Un dulce, una flor, un poema, una salida al cine, asistir a misa cada domingo y poco a poco se fueron conquistando sin darse cuenta de lo que iba ocurriendo.

Para la Doncella era la primera vez que la invadian aquéllos extraños sentimientos y le gustaba la sensación y el cosquilleo de las mariposas en el estomago.

Ella estaba muy emocionada ya que era un muchacho muy guapo, de piel morena, ojos verdes, singularidad impresionante ante cualquier chica ya que no era una características comun.

Hicieron un baile en el colegio y con mucho esfuerzo y un trago de valentía la invito a ser su compañera en el baile. Cuando el bailé terminó la acompaño a casa como debia ser. 

Al despedirse beso sus labios de una forma suave y casta.

¡Solo un beso!

 

HOLA AMIGOS. 

VAMOS ENTENDIDO LA HISTORIA.

NOS VEMOS EN LA PROXIMA ENTREGA ENTREGA.

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GRACIAS 

 

 

M

 

 

 

 




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