El ascenso había quedado atrás. Ahora el camino bordeaba una región de mesetas altas, cubiertas por una neblina espesa y silenciosa que no se movía con el viento. No era bruma común. Era un velo inmóvil, como si el tiempo mismo se hubiera detenido allí, tejido con los ecos de historias que aún no habían sido contadas.
Avanzaban en fila, lentos, envueltos en esa especie de olvido blando que obligaba a hablar poco y mirar hacia dentro. Vania iba alerta, con los sentidos tensos. Lichty, en cambio, comenzaba a notar algo distinto en Kael: caminaba con los hombros encorvados, la mirada perdida, como si aquella niebla no solo envolviera el paisaje, sino también su espíritu.
Esa noche acamparon bajo un árbol seco, cuyas ramas retorcidas parecían escribir palabras invisibles en el aire. No encendieron fuego. Solo se cubrieron con mantas, buscando calor humano en medio del silencio.
—Este lugar… —murmuró Kael, rompiendo la quietud— me recuerda el olor de las primeras veces que tuve miedo.
Lichty lo miró. No dijo nada. Pero su silencio fue una invitación.
Kael tragó saliva. Sus ojos no miraban a nadie, solo al pasado.
—No recuerdo el nombre de mi madre. Nadie lo decía. Murió cuando yo era muy pequeño, no supe de que solo fue tema olvidado. A veces creo que me cantaba… la oigo en sueños. Pero no tengo certeza de su rostro. Solo de su ausencia.
Vania bajó la mirada. Apretó el puño en su regazo.
—M Mi padre… —continuó Kael, con la voz quebrada—, bebía como si quisiera ahogarse por dentro, como si el vino pudiera borrar algo que ni yo entendía. Le tenía miedo. A veces salía y me dejaba solo en aquella casita de adobe y tejas de palma, perdida entre los matorrales. Lo peor no era la soledad… era cuando regresaba.
Hacía rechinar la puerta con un golpe, y yo ya sabía lo que venía. Me encontraba donde fuera —debajo de la mesa, detrás del jergón— y me gritaba que yo no debía haber nacido. Que era una sombra, un error. Y entonces comenzaba a golpearme. Con lo que tuviera a mano. Con los puños. Con las palabras. Me dejaba tendido en el suelo, sin aliento, mientras él se iba tambaleando a su cuarto, a seguir bebiendo y maldiciendo hasta que el sueño lo vencía.
El silencio se volvió más denso.
—A veces dormía con el cuerpo lleno de moretones. Me obligaba a repetir su nombre en voz alta mientras me arrastraba por el piso, como si hacerlo me hiciera digno de llevar su sangre.
—¿Cómo se llamaba? —preguntó Lichty, con cuidado.
Kael dudó. Cerró los ojos.
—Ya no lo sé. Lo olvidé a propósito. Me di un nuevo nombre cuando pude. El mío. Kael.
Un silencio largo siguió. El viento no se atrevía a soplar.
—Un día… debía tener entre ocho o nueve años… me encontró un anciano afuera del pozo seco, donde solía esconderme para llorar. Me miró… y no me preguntó nada. Solo dijo: “Ese no es el lugar donde debe crecer un corazón.”
Respiró hondo. La voz le temblaba, pero no se detenía.
—Me llevó a su cabaña, a otra aldea lejos de donde estaba mi padre. Me enseñó a leer, a pensar, a pelear… pero también a nombrar. A poner nombre a lo que uno es, y a lo que quiere ser. Él fue mi padre verdadero, aunque nunca me pidió que lo llamara así.
Vania lo miró con ojos húmedos. Lichty también.
—¿Qué pasó con él? —preguntó ella, apenas un susurro.
—Murió el invierno pasado. Por eso yo deambulaba cuando las encontré. No tenía rumbo. Solo vacío.
Lichty se acercó despacio y puso su mano sobre la suya. Kael no la miró, pero no la soltó.
—Gracias por confiar en nosotras —susurró ella.
—Ustedes son las primeras personas a quienes me he atrevido a contar mi historia sin miedo —respondió él—. Y por eso, Lichty y Vania, daría mi vida por protegerlas.
No hubo respuesta. No hacía falta. El silencio, esta vez, era un abrazo.
Al amanecer, la niebla comenzó a disiparse. Las primeras luces revelaron un sendero más claro, bordeado por piedras antiguas cubiertas de líquenes.
Y cuando Kael dio su primer paso sobre él, algo en su rostro cambió. Como si al contar su historia, hubiera recuperado no solo su fuerza… sino también su verdadero nombre.
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Como ven este capitulo, se me hizo muy emotivo. espero les guste como a mi.
Les agradeceria sus comentarios y apoyarme y compartir mi novela si les gusta.