La Duquesa

XXVII

Nos arrastraron sin ningún miramiento ni decoro por el bosque hasta que llegamos a un claro. Nos ataron en diversos árboles y se reunieron a unos cuantos metros de distancia. Mi cuerpo era sacudido por pequeños temblores. El frio de la noche, la tensión y el miedo que me provocaba aquella situación, eran demasiados factores a controlar.

-Sira...- Toni me llamó en un susurro- Sea lo que sea lo que quieran juega con la inocencia y la ignorancia, si ven que sabes más de lo que dejas ver entonces será cuando ataquen ¿entendido?- yo moví la cabeza asintiendo. ¿Cómo íbamos a salir de aquella situación?.

Pasaron unos largos minutos hasta que parte de los hombres de Víctor se adentraron en el bosque para hacer rondas de vigilancia. Víctor, Fran y dos de sus hombres se acercaron a nosotros.

-Bien querida, podemos hacer esto rápido y volver felices a nuestras vidas o ...-dijo frunciendo el ceño- puedes hacerte la valiente y nosotros nos divertiremos hasta obtener lo que queremos.- Yo no dije nada, mantenía mi mirada fija en la suya y controlaba mi respiración para no parecer alterada- ¿Dónde están los archivos con mis títulos y propiedades?

Mi cara cambió por completo, aquella pregunta me había pillado totalmente desprevenida, cómo iba a saber yo dónde guardaba él la documentación legal de sus posesiones.

-No sé de qué me hablas- contesté inmediatamente.

-No te atrevas a mentirme niña- dijo acercándose más a mí y apretando fuertemente mis mofletes con su mano derecha- He dicho que dónde están.- En aquellos momentos Víctor parecía un hombre muy poco paciente.

-De veras que no sé de qué me estás hablando- dije moviendo mi cara bruscamente para liberarme de su agarre.

-Quizás esto te refresque la memoria- Con un movimiento de cabeza dio indicaciones a sus hombre, los cuales se acercaron a Toni y atestaron un fuerte golpe contra su estómago. Si Toni no hubiera estado atado habría caído al suelo.

-Víctor porfavor...- pero él parecía no escucharme, y volvió a dar la orden de nuevo- Te digo la verdad... no sé de qué me estás hablando.- Mis palabras no tenían ningún efecto sobre él. Continuaba erguido frente a mí furioso y oscuro. Mientras aquellos hombres arremetían contra Toni una y otra vez. Las lágrimas comenzaron a brotar de mis ojos. Jamás me había sentido tan impotente, yo permanecía intacta amarrada a aquel árbol mientras Toni padecía aquel calvario.

-¡¡No vas a decirme nada!!-Gritó Víctor- Bien... mis hombres pueden seguir así toda la noche.

-Por favor... diles que paren... ¡Te digo la verdad! No tengo idea de lo que me hablas!- Víctor se acercó más a mí y me golpeo la cara.

-No te enseño tu padre que no se debe mentir- Sus ojos ardían de ira.

-Fran...- dije desesperada- Tú me conoces, dile a tu padre que no miento.- Víctor comenzó a reír.

-No crees que ya has jugado suficiente con mi hijo PUTA.- Sin pensar en lo que hacia mi boca se armó de valor.

-¿Qué yo he jugado con él?, que yo sepa él es el que jugaba con migo siguiente tus ordenes, pero lo que no se es porqué... ¿qué te he hecho? ¡¿Por qué querías tan desesperadamente que nos casáramos?!- Víctor tomó aire.

-Quizás hacerte la inocente te funcione con los jovencitos Sira, pero no te va a funcionar con migo. ¿Dónde están mis documentos? –Dijo al tiempo que sacaba su pistola de la funda.

-Ya te he dicho que no lo sé...¿por qué debería saber yo eso?

-¡Desatadlo!-Ordeno a sus hombres- Muy bien Duquesa, fin del juego o me dices dónde están los documentos o despídete de tu queridito marido.

-¡No! Víctor ... te estoy diciendo la verdad... no tengo ni idea de donde pueden estar tus documentos- Las lágrimas se derramaban por mis mejillas, aquello era demasiado, y yo no sabía por dónde salir. A aquel hombre se le había ido la cabeza- Déjalo , Toni no tiene nada que ver con esto...

-A... parece que tu mente empieza a recordar ¿Dónde están los documentos?-dijo apuntando a mi cabeza con el cañón de la pistola

-Deja que Toni se valla y te lo diré- Dije en medio de mi desesperación. Yo no tenía ni idea de lo que estaba hablando, pero si mintiendo conseguía salvarle la vida a Toni, lo haría.

-¡Padre! –Era la primera vez que Fran intervenía, por su cara pude ver que él no disfrutaba con aquello, parecía ser tan víctima de su padre como yo.- Ya te dije que ella no lo sabría. Quizás si registramos el despacho de su padre...

-¡Te crees que soy tan idiota como tú!- dijo sin bajar el arma- Ya he registrado el despacho, lo hice cada día que fui y ella no estaba en el despacho. Pero ahí no hay nada. – Víctor volvió su mira a mí- Así que Duquesa- dijo en tono burlón- me haría el honor de decirme dónde se encuentran.- Que colocara el dedo en el gatillo hizo que el valor me abandonara por completo.

-No lo se..- susurré



#664 en Otros
#130 en Novela histórica

En el texto hay: misterio, romace, epoca victoriana

Editado: 13.04.2019

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.