La Duquesa

XXVIII

Fue un duro golpe para mi orientación el hecho de que nos encontráramos tan cerca de casa de los London, y por ende de mi casa. Con ayuda de los criados llevamos a Toni a su habitación, mientras un sirviente corría a por el médico.

Las criadas entraron con la intención de limpiarlo, pero tenía tanto miedo de que alguien le hiciera más daño, que prohibí que entrarán en la habitación. Dos horas después llegó el médico, el cual fue recibido por una larga retahíla de improperios. Cómo se atrevía a tardar tanto, ¡Toni era el archiduque! Estaba tan fuera de mí que Fran tuvo que sacarme de la habitación contra mi voluntad.

-Sira, si no te relajas no vas a poder entrar. El medico está aquí para ayudar a Toni- dijo apoyando sus manos sobre mis hombres.

-¡Todo esto es culpa tuya!- dije golpeándolo con fuerza- Nada de esto habría pasado si tu no existieras- las lágrimas surcaban mi rostro y la ira me cegaba- Ten muy claro – dije amenazante- que como algo le ocurra a él te mataré... ¿me has oído? ¡Te mataré!- Fran me sujeto las muñecas para impedir que continuara pegándole.

-¡Sira, puedes decir lo que quieras, pero no estarías viva si no fuera por mí!- gritó, después tomó aire y bajó el tono de voz.- Sira... estoy seguro de que todo va a salir bien, Toni es fuerte.

Yo me rendí, estaba agotada, jamás había sentido dolor por miedo a perder a alguien y me sentía sola. Mi cuerpo fue perdiendo las fuerzas hasta que me quedé sentada en el suelo. ¿Qué debía hacer yo?

Fran se sentó frente a mí, pero no volvió a tocarme, y yo se lo agradecí. Juntos esperamos a que el doctor nos diera alguna noticia, pero desde que habíamos abandonado la habitación nadie había salido de ella.

Sin saber cómo ni cuándo, las fuerzas me abandonaron por completo y me quedé dormida apoyada contra la pared hasta que alguien me despertó.

-Sira...Sira despierta, el doctor acaba de salir y quiere hablar contigo.-Yo abrí los ojos lentamente, los parpados me pesaban muchísimo y no era capaz de ponerme en pie. Fran debió percibir algo extraño en mí, puesto que se alejó de mi lado y pronto volvió con el doctor.

Desperté horas después en mi habitación, y sentado en una silla junto a mi cama estaba Fran, aquello era muy indecoroso, pero agradecí el detalle. Necesitaba que alguien me informara de todo.

-¿Cómo está Toni?- dije destapándome y saliendo de la cama.

-Sira el medico ha dicho que debes descansar... tú también has sufrido mucho, por lo visto el golpe que te dieron en la cabeza pudo haberte matado. Además el doctor dice que cree que estas.... Bueno, ya sabes- dijo mirando incomodo hacia la ventana.

-¿Qué estoy qué?- dije sin comprender lo que él quería decirme.

-¿De verdad vas a hacer que yo te lo diga?- yo levante las cejas... que era aquello tan obvio que lo ponía tan incómodo- El doctor dice que podrías estar embarazada- Dijo disminuyendo el volumen de su voz. Yo no pude evitar reírme. Si no recordaba mal las explicaciones que Marta me había dado, no podía estar en cinta solo por haber dormido junto a Toni. -¿No sé qué es eso tan gracioso de lo que te ríes? Sira, vuelve a la cama- Yo me puse la bata y me dirigí a la puerta.- Sira ... si no lo haces por ti, por lo menos descansa por tu hijo.

-No hay ningún hijo- dije divertida dirigiéndome al cuarto de Toni.

-Eso no lo sabes- Contestó Fran cortándome el paso.

-Lo tengo más que claro Fran. Es imposible que lo esté- Me colé por debajo de sus brazos y abrí la puerta de la habitación. El aire estaba muy condensado y apenas se veía nada. Una doncella le estaba cambiando los paños de la cabeza a Toni. Yo me detuve frente a la cama, Toni lucia realmente mal. Tenía un brazo vendado, así como las costillas y la cabeza, además de tener la cara hinchada y magullada por los golpes.

-El doctor dijo que hay que esperar.- comentó Fran a mi espalda- A sufrido mucho y su cuerpo debe recuperarse...

-Creo que deberías irte a casa- le corte- Tú también deberías descansar.

-Prefiero quedarme, si no te importa- contestó.

-Porfavor..- dije sin apartar mi vista de Toni- No tengo fuerzas para estar junto a ti en estos momentos.

Oí como unos pasos se alejaban y me acerque a la cama. Una vez la criada se hubo marchado me tumbe junto a Toni. Y lo contemplé. Realmente era el mejor hombre que había conocido en mi vida, y había estado a punto de perderlo. Yo era realmente una persona egoísta y despreciable. Si no nos hubieran raptado quizás no me habría dado cuenta de lo mucho que lo necesito y eso me repugnaba. Moví la cabeza intentando alejar todos aquellos pensamientos, ahora nada de eso importaba, debía centrar todos mis pensamientos y esfuerzos en ayudar a Toni, tenía que recuperarse, fuera como fuera, debía hacerlo. 




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