Nuevamente el día de experimentar con las bromas había llegado.
Radimir ya había utilizado algunas como demostración, mientras Erick sólo observaba, pero ya era hora de emplearlo, por lo que el mago se acercó a su alumna y le susurro al odio: «Erick tiene manchada la playera de mostaza del lado derecho». Al hacerlo, Erick estaba muy lejos, era imposible que escuchara lo dicho, pero entonces el mago conjuró el hechizo.
— ¡Zoedia! —dijo el mago, notando Dolores el semblante extrañado de Erick, revisándose él la playera de inmediato y viendo la mancha.
— ¿A qué hora llegó eso ahí? —Preguntó el joven, asombrando a la chica, anotando su experiencia en el cuaderno.
—«¡Astilla mental!»
—«Se envía un pulso de energía psíquica que distrofia a la mente de un ser vivo, causando pequeños daños a ésta. En caso del objetivo ser muy inteligente, los daños a su mente pueden ser considerablemente reducidos».
—Cuando envíe la onda, debes concentrarte y puedes evadir el daño.
— ¿Me va a doler mucho? —Preguntó el chico, bastante espantado.
—Nada que una pastilla no pueda solucionar. No te preocupes, aminoraré el daño, y si tiene éxito, no sentirás absolutamente nada —explicó el mago, tranquilizando un poco al adolescente.
— ¡Bien, estoy listo!
— ¡Nobeite Prime’Ien! —Conjuró el adulto, sintiendo Erick cómo si le trataran de presionar la cabeza por todos lados, concentrándose en evadir el dolor, causándole una pequeña palpitación en ella, notándose las venas de su frente un tanto marcadas—. ¡Lo evitaste! ¡Excelente, muchacho! —Aseguró el mago, alegrándose mucho Erick y aplaudiendo Dolores feliz al ver que lo había conseguido—. ¡Más vino! —Expresó el mago, sirviéndole una botella flotadora más contenido en una copa que poseía adornos rectangulares por todo el cáliz—. ¡«Ilusión menor»!
—«Creas un pequeño espectro visual o sonoro que puede engañar a aquellos que no tengan una fuerte inteligencia. Se puede manifestar un objeto de un volumen aproximado de 30cm3 o un sonido que pueda ser escuchado en un área de 5m3».
— ¿Cuál es tu fruta favorita, Erick?
—Piña.
— ¡Nillekin Nobkun! —Al conjurar eso, una hermosa piña bastante fresca se manifestó en la mano libre del mago, a la vez que tomaba de su copa un sorbo de vino—. ¡Atrápala! —Ordenó el mayor, arrojando la fruta hacia el chico, espantándose aquel de momento y tratando de capturar el objeto en el aire, lográndolo a simple vista, mas la imagen de la fruta atravesó sus dedos, pues era sólo eso, una simple ilusión—. ¿No escuchaste la descripción? Fallaste esa prueba de inteligencia, y por eso creíste que efectivamente era real —explicó el anfitrión, anotando todo Dolores—. ¿Sonido más atemorizante, Doly?
—Regaño o grito de dolor… —contestó Dolores de inmediato, notando la siniestra sonrisa de su maestro.
— ¡Nikellin Nobkun! —Conjuró nuevamente Radimir, tronando sus dedos y escuchándose un horrible grito de dolor, parecido al de una mujer, mismo que apareció espontáneamente y espantó a Erick, mas Dolores ni se inmutó—. Alguien comienza a ser más y más inteligente. Pasaste la prueba de inteligencia. Cada día me haces sentir más orgulloso de que seas mi alumna —las palabras de Radimir consiguieron una bellísima sonrisa en su pupila, viendo esto Erick y sintiendo una bella calidez, emitiendo una mueca de alegría también—. ¡«Encendido y apagado»!
—«Enciende o apaga aparatos electrónicos que no requieran algún tipo de procedimiento riguroso. En caso de conocer dicho método, el conjurador debe pensar en él al momento de hacer el hechizo para que pueda cumplirse satisfactoriamente».
— ¡Saca tu móvil, asistente! —Ordenó Radimir a Erick, mismo que lo colocó fuera de su bolsillo para mostrarlo de frente al mago y a su alumna—. ¡Nenob eno Denip! —Al conjurar aquello, el móvil del chico mostró la animación de apagado, mientras que, poco después, el anfitrión volvió a conjurar el hechizo, haciendo que se encendiera nuevamente—. En caso de que la batería del objeto esté acabada, esta broma le otorgará energía suficiente para poder completar el procedimiento de encendido, manteniéndose en ese estado por un minuto —agregó Radimir, anotando aquello Dolores, impresionado Erick, viendo su teléfono.
—Cómo me encantaría poder usar ese hechizo —expresó en voz baja el muchacho, torciendo un poco los labios.
— «Prestidigitación», mi favorita…
—«La prestidigitación es una de las bromas originales, misma que dio el nombre a este tipo de hechizos. Cuenta con diferentes habilidades, como lo son:».
—«Sonidos o elementos mágicos sencillos» —interrumpió Radimir, conjurando el hechizo, mismo que ya había escuchado Dolores en el pasado, el primero que oyó hacer a su maestro. Al decir aquello, un montón de luces aparecieron, con las formas de notas musicales que bailaron alrededor del hombre, creando bellos sonidos armónicos—, «Encender o apagar velas u objetos con llamas pequeñas» —dicho esto, Radimir invocó un par de velas para colocarlas en la mesa del jardín, empezando a encenderlas y apagarlas con sólo pasar su palma abierta por delante de ellas—. «Limpiar o ensuciar un objeto pequeño, o persona» —al explicar esto, caminó hasta Erick y pasó su mano sobre la mancha de mostaza, limpiándola por completo.
— ¡Asombroso! Gracias, «gran amo y señor de toda la magia, Radimir» —expresó el joven con alegría primero, mencionando ese enorme título a la par que volteaba los ojos con muy mala gana, riendo Dolores al escuchar que ahora sí lo llamó por aquella estrafalaria dominación que su maestro le pidió mencionar al dirigirse a él de ese día en adelante hasta nuevo aviso.
—«Enfriar, calentar o saborizar algún objeto o sustancia pequeña» —al decir esto el anfitrión, volvió a conjurar el hechizo, viendo fijamente su copa, notando los alumnos cómo el recipiente de cristal comenzaba a juntar alrededor una ligera capa de hielo, para luego empañarse y emitir un ligero vapor del medio, finalmente soplándole el adulto y entregándola a Erick, pidiendo dar sólo un sorbo, haciendo esto el joven con miedo.