POV: LEONARDO
Me levanto con sumo cuidado de la cama, asegurándome de no despertarla, ya con los pies en el suelo me inclino y beso cuello levemente antes de caminar hacia el baño y darme una ducha.
Luego me alisto con un traje negro, aseguro tener mi rosario y billetera, volteo a verla tendida en la cama dormida, vuelvo a acercarme a la cama y beso su mejilla.
—Debería parar esto, por mi bien, por el tuyo, pero prefiero romperme el corazón que ser un cobarde —apoyo ambas manos sobre la cama observándola, tomo un respiro hondo y me alejo de la cama para marcharme.
Bajo las escaleras, recién está amaneciendo y casi no se ve nada, salgo de la casa y subo a mi camioneta, dos de mis hombres me acompañan al aeropuerto. Le pedí a Franco que no despegara sus ojos de nada, pero en especial de Carina, aunque no quiera, mi ausencia se sabrá y no quiere que nadie aproveche y me de algún golpe por la espalda, mucho menos que se atrevan a tocar a Carina porque en serio que enciendo éste país.
"No puedo creer que esté hablando así"
Inmediatamente que abordo el avión empiezo a revisar mi celular, Franco me envió unas imágenes que le envió Ax de posibles hombres que han estado tras Brenda, pero ¿Por qué? ¿En qué se habrá metido? Ella no es problemática, razón por la que inmediatamente que supe esto decidí ir.
Al llegar a Italia le llamo a Ax para que venga a recogerme, ni siquiera le avisé a mis padres y para que no s molesten inmediatamente que acabe con esto antes de regresar los visitaré, mi madre no estará nada feliz si se entera de que estuve en el país y que no la visité.
Ax toma unos veinte minutos para llegar, me saluda alegremente y me abre la puerta de la limusina.
—¿Qué está pasando Ax? —pregunto, pasando mi mano por mi cabello.
—Inmediatamente que usted se marchó empezaron a perseguir a la señorita hasta el punto de no querer salir de casa —me explica mientras maneja.
—¿Cómo qué inmediatamente? Eso es mucho tiempo. ¿Por qué no em enteré de nada? —exclamo molesto.
—Es que la señorita nunca dijo nada señor, estuvo buscándolo como loca para hablar con usted, no quería comentárselo a nadie más, no hasta que la secuestraron y tuvo que hablar conmigo.
Cierro los ojos con fuerza suspirando profundo, tengo que calmarme, por más furioso que esté el bienestar de ella está primero.
—No puedo creer esto, necesito direcciones, identidades, y organizaciones, debo terminar esto mínimo en tres días —exijo, desabotonando mi saco.
—Ya tengo algo de información, no es mucho pero servirá.
En media hora llegamos a la casa de Brenda, su casa sigue casi igual, muchas flores decorando la entrada, siempre tan creativa y queriendo darle vida a lo de su alrededor.
Bajo de la limusina y camino hasta la entrada, Ax se queda en el auto, toco el timbre y escucho un grito de parte de ella, siento sus pasos acercarse pero no abre.
—¿Quién es? —pregunta. —. Le advierto que si no me dice quien es no abriré —amenaza.
Suspiro, tan intenso es la situación que ha tomado esa medida.
—Soy yo, Leonardo —contesto.
—¿Leo...? —abre la puerta de golpe y me mira atónita.
—Él mismo —alzo las manos.
Tapa sus labios mirándome emocionada, doy un paso adentrándome a la casa y la abrazo con fuerza.
—Sorpresa.
Me empuja separando nuestros cuerpos.
—¿Qué hiciste? —reclama molesta. —.
—¿Qué sucedió Brenda? —pregunto cerrando la puerta detrás de mí.
—No lo sé, simplemente de la nada unos tipos me estaban preguntando por ti y desde ahí empezaron a seguirme y a controlarme, ¿por qué te fuiste y a dónde? —farfulla ella nerviosa. —. Te están buscando muchas personas y no me creen que no sé nada.
—¿No te han dicho el por qué? —pregunto pensativo.
—¿Qué me iban a decir? —dice sarcástica.
Empiezo a pasear por la casa acariciando el rosario en mis dedos, puede que vuelvan aquí, por lo que fingiré que quitamos a los hombres que están cuidando la casa y me quedaré con ella, si eso no resulta, los buscaré y uno por uno los mataré.
—No te preocupes —me detengo frente a la ventana. —. Acabaré con esto, no puede ser complicado.
—¿Qué hiciste? —pregunta.
—¿Qué pregunta es esa? —bufo. —. No hice nada, ¿Qué podría hacer?
—Por favor —dice sarcástica. —. Te conozco Leo
—Me quedaré contigo a ver, tengo que volver lo antes posible a Rusia —aclaro moviendo la cortina de la ventana.
—Ja, como si hubiese alguien esperándote —dice en burla, y si supiera que si la hay.
—Quiero que salgas, no muy lejos ¿vale? —suelto la cortina y regreso mi mirada hacia ella.
—Estás loco, no voy a salir, no sin Ax —declara haciendo ademán con las manos.
¿Entonces ahora confías en Ax más que en mí? —me cruzo de brazos.
—Te están buscando a ti —exclama señalándome.
Doy varios pasos hasta estar frente a ella, tomo sus manos haciendo que me mire a los ojos.
—Estoy aquí, ya no hay nada que temer ¿ok? —asiente levemente no tan convencida. —. Vamos Brenda, sabes que nunca dejaría que te pase nada.
—Lo sé —asiente.
—Saldrás a comprar algo, me disfrazaré para seguirte y ver quien te sigue, quiero hacerlo personalmente.
—¿Estás seguro? —pregunta mirándome confundida. —. Recién llegaste —comenta señalándome.
Meneo la cabeza.
—Sí, e iré justo al punto, acabar con esto —declaro.
—Tan pronto termines... ¿te irás? —pregunta, dándome una mirada de tristeza.
Tomo sus manos y fijo mis ojos en los de ella.
—Vine aquí por esto, porque me preocupas, pero no es que no estuviera ocupado y en realidad debo regresar lo antes posible —le explico.
Esboza una pequeña sonrisa de labios sellados asintiendo.
—Está bien, hagamoslo —dice más animada.
Ella va a cambiarse y yo me quedo en la sala, a provecho y saco mi celular para llamar a Carina mientras me siento en el sofá, pero allí todavía es muy temprano por lo que dudo de si hacerlo o no. Espero que esté bien y que en mi ausencia no vayan a pasar cosas porque lo malo siempre pasa en el peor momento.
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Editado: 28.05.2024