La elegida

Secretos Oscuros: Entre el Engaño y la Traición

POV: CARINA

No sacaba de mi cabeza mi última pelea con Leonardo, pero trataba de darle poca importancia aunque no podía sacarlo de mi mente.

Camino en dirección a la entrada del bar, dispuesta a entrar levanto la mirada en busca de mi cita pero mi cara palidece al ver a Lennin frente a mí saliendo con una chica tomada de la mano. No me inmuto, no puedo moverme porque estoy en shock que no logro asimilar lo que estoy viendo.

Trago con dificultad, la chica que lo acompaña dice algo y recuerdo que estoy en el medio, me aparto torpemente titubeando, cierro los ojos y me doy la vuelta para alejarme de momento pero él me retiene del brazo haciendo que voltee a verlo, y ni así me creo que es él.

—Carina cálmate —me pide.

Llevo una mano a mi pecho respirando hondo y contando en mi mente para que no me dé un ataque. Se supone que él estaba muerto, le dispararon frente a mí, él no puede estar vivo.

—Soy yo —dice llevando su palma a mi mejilla.

—Eso no es cierto, tu estás muerto —niego con la cabeza una y otra vez.

—No, pareció así por como se dieron las cosas—trata de explicar.

—¡Por cómo se dieron las cosas! —grito en reproche. —. ¡Fue frente a mí que te disparó! —golpeo su pecho con ambas manos. —. ¿Qué diablos me dices ahora? ¿Sabes cuánto me culpe? Ni siquiera pensaste en decirme.

—Tus padres no sabían nada de lo nuestro, me pagó para que me alejara, si tus padres se enteraban iba a ser una vergüenza para ti, no deberías ni saber que estoy vivo, si no me mató fue por ti Carina y él no debe saber que nos vimos —farfulla pero yo estoy tan en shock que sus palabras me entran por un oído y salen por otro. —. Dijo que el amor que sentías por mí si era real, aunque el mío no, y que tu reputación valía más que mi vida pero que si me mataba...

Llevo ambas manos a mi cabeza pidiéndole que se calle, porque no entiendo nada y sólo me está confundiendo más y más.

—Ya, aléjate de mí Lennin —me doy la vuelta sosteniendo mi cabello con ambas manos.

—Carina lo siento...

Golpe tras golpe.

Lo ignoro y camino de regreso hacia la camioneta, Carlo no me pregunta nada y sólo conduce hacia casa. Lloro, mediante el camino no hago más que eso, recordando todas las veces que me sentí miserable, y que me recriminé por haber permitido que él lo matara, él no lo hizo, y el muy estúpido aceptó el dinero sin pensar en mí, en decirme que estaba bien y liberarme de esa culpa que llevaba en mi interior.

"Si no me mató fue por ti"

"Dijo que el amor que sentías por mí si era real, aunque el mío no"

¿Qué rayos sabe Leonardo del amor? Alguien lleno de odio, y una sed de venganza desmedida en su interior.

Abro la puerta y bajo de la camioneta sintiéndome mareada. El muy imbécil está vivo, y sigue con la misma chica que Leonardo me mostró en el vídeo aquella vez. Maldito infeliz, nunca le importé, Leonardo tenía razón, sólo trató de salvarme para limpiar su sucia conciencia. Hombres.

Entro a casa tratando de calmarme y no hacer ruido, pero mis tacones resuenan con cada pisada, desde mi lugar lo veo en la sala mirando unos documentos mientras toma alcohol, bufa lanzando el folder sobre la mesita, se para con intención de salir de ahí pero se frisa al verme.

Me mira confundido, preocupado avanza dando zancadas hacia mí, me toma de los hombros clavándome su mirada.

—¿Qué te pasó? ¿Qué sucedió? ¿Alguien te lastimó? —pregunta farfullando desesperado, toca mis mejillas mojadas. —. Dime Carina, ¿alguien te hizo daño?

Sólo logro menear la cabeza negando, otra vez estoy llorando, y frente a él, yo soy fuerte, pero esto me gana.

—¿Fue él? —pregunta, como si supiera de algo. —. ¿Fue él verdad?

—¿De qué me estás hablando? —pregunto entre cortada hipando.

—El hombre con el que... —se detiene juntando sus labios en una línea. —. Olvídalo, sólo cálmate —me pide limpiando mis mejillas. Me rodea entre sus brazos acariciando mi cabello. —. Todo está bien.

¿Por qué no lo mataste? ¿Acaso no eres tan malo como quisiste mostrarme? ¿Por qué te empeñas tanto en ser cruel o mostrar que eres cruel? ¿Quién eres Leonardo Lombardi? ¿Por qué estás aquí?

No le puedo decir que vi a Lennin, él no puede saberlo, no vaya a ser que sí lo mate ésta vez. Me despego de su cuerpo, pero no me deja alejarme.

—¿Qué sucedió? —insiste.

—Estoy bien —digo limpiando debajo de mis mejillas.

Me toma de las muñecas con fuerza y me obliga a mirarlo a los ojos.

—Dime ahora mismo por qué estás así, o averiguaré por mi cuenta y mataré a quien sea que ubique —amenaza entre dientes.

—¿Eso es lo que sabes hacer no? —arrojo hiriéndolo.

—Sí —declara orgulloso. —. Y no me importa si es el tipo con el que estás saliendo lo voy a despedazar —escupe con rabia.

—Estás loco —golpeo su pecho.

—¿Novedad?

—Ahh —gruño pegándole molesta. Me doy la vuelta y subo por las escaleras corriendo hacia la recámara.

Me siento al borde de la cama lanzando mi bolso detrás, aunque parezco disfrutar de vivir como si no me importara nada, al acostarme mis pensamientos me recriminan sobre qué estoy haciendo con mi vida, estoy siendo eso en lo que él quiso convertirme.

El timbre de mi celular me saca de mis pensamientos, empujo mi cuerpo hacia atrás subiendo completamente a la cama, tomo el bolso y saco mi celular para tomar la llamada.

—Bueno —contesto.

—Carina, pensé que me habías dado un número falso.

—No, lamento decirle que hoy no nos podremos ver, le recompensaré la cita pero en otro lugar, adiós —cuelgo rápidamente. Quiero sacarme a ese tipejo de encima, aunque es un buen hombre, pero no estoy interesada en entregarle mi corazón a nadie.

[...]

Trueno mis dedos mientras miro mi plato pensativa, el olor ha revuelto mi estómago.




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