El monstruo del pantano había terminado de quitarle toda la ropa a Mickey Forrester. Levantó su cadáver desnudo al lago, donde se encontraba Nilon. Parado en la orilla, muy cerca de las dos piedras que vaticinaron el destino de La Elegida, el monstruo del pantano golpeó el suelo tres veces.
La cabeza de Nilon salió del agua verde. Era una cabeza muy enfadada.
— ¿Qué diablos quieres? — preguntó molesta y alzando la voz.
Eso solo causó que el monstruo del pantano soltara el cadáver y se pusieran las manos en la cara en señal de tristeza. Nilon pudo escucharlo llorar, eso bastó para conmoverla. Apoyó los codos encima de la orilla y con una voz más maternal le dijo:
— Lo siento tanto. Pensé que eran esos idiotas de antes. Como me desesperan esos desgraciados, sobre todo a la pequeña. Como quisiera tenerla en mis manos para… — Nilon tomó una rama y la partió a la mitad para sustentar mejor su punto.
El monstruo solo se limitó a asentir. Esto hizo que Nilon sonriera, complacida. Nilon suspiró:
— Estoy frustrada porque yo me quedé sin comida, mientras que tú te quedaste sin nada que hacer.
El número de caballeros, mercenarios, asesinos, ladrones y cazadores de tesoros que habían escuchado la leyenda de La serpiente de fuego era decente, no tanto si los comparamos con otras leyendas y otros tesoros más valiosos. Varios habían entrado a los pantanos de Lliona pero ninguno había salido con vida. De eso se encargaba el monstruo del pantano. Una vez quedara confirmado que no eran los elegidos el monstruo los mataba a base de hachazos y arrojaba los cadáveres al lago para que Nilon pudiera hacerse un banquete.
Pero La elegida, por fin, había hecho acto de aparición.
— Sigo sin entender como esa buena para nada pudo haber sido elegida para… cualquier cosa. Pero es la decisión de los dioses, y lo último que quiero hacer es cuestionarlos.
El monstruo del pantano levantó el cuerpo de Mickey Forrester y se lo mostró a Nilon. Al principio ella se quedó sorprendida al ver el cadáver desnudo. La sorpresa solo duró unos segundos. Nilon sonrió complacida.
— ¿Y de dónde sacaste este bello espécimen?
El monstruo del pantano le contó la verdad. Nilon escuchó la historia con sumo interés.
— Parece que la gente de Milligan busca desesperadamente a esos sujetos. Esto solo dificultará más su travesía — Nilon levantó los hombros —. Tampoco es que me importe mucho. Anda, arroja ese bello cuerpo a mí.
El monstruo del pantano soltó el cadáver de Mickey Forrester y le dio una patada para arrojarlo al lago. Este se hundió de inmediato. Nilon se hundió con él.
— Eres un amor, ¿Lo sabias? Descuida te guardaré un pedazo.
Nilon alcanzó el cadáver en el fondo del lago. Todo el lago era el hogar de Nilon y ella lo compartía con los demás animales. En el fondo del lago había una cama y un ropero enorme en anchura. Nilon arrancó el brazo del cuerpo con suma facilidad, y cuando estaba a punto de darle la primera mordida una esfera de cristal, que estaba encima del ropero, comenzó a brillar y a brillar.
— ¿Y ahora qué?
Tomó la esfera de cristal y le dio un leve golpe activándola. En ella se podía ver al aventurero Johan Strean, de vestimenta humilde y rasgada, dentro de la cueva de Azaragath. Frente al aventurero rubio se encontraba una estatua humanoide de ojos muy separados, boca enorme y unos colmillos doblados. Del centro de la boca salía un resplandor amarillento que le hablaba a un cansado Johan:
— Has conseguido resolver el acertijo imposible. Eres digno de recibir nuestro tesoro.
Nilon gruñó furiosa.
— Se llama “El acertijo imposible” por una razón. Se supone que tiene que ser imposible de resolver. Deberían esforzarse más la próxima vez.
Nilon dejó el brazo y fue hasta el armario, de un golpe en la puerta consiguió abrirlo. Dentro había un escudo dorado, un cofre, una corona puntiaguda y muchas “serpientes de fuego” como para contarlas. Nilon tomó una de las variadas joyas que tenían, una especie de frijol dorado. Cuenta la leyenda que quien vaya a la cueva de Azaragath y resuelva “El acertijo imposible” tendrá acceso al “Riñón de Azaragath” que le concederá el poder de manejar de controlar las piedras a voluntad.
— Veremos que sale de aquí: ¿Un héroe? ¿Un villano? ¿Quién sabe? — se preguntó Nilon con apatía. No es algo que le importe. Ese no es su trabajo. Su trabajo es entregar tesoros y armas a incautos y que ellos vean como continúan con la historia.
Nilon nadó unos metros hasta llegar a un montón de rocas apiladas. Debajo de ellas había un portal blanquecino, ella entró por el mismo desapareciendo de Los Pantanos de Lliona para aparecer en las cuevas de Azaragath, dentro de la estatua, que se abrirá de forma espectacular para el deleite del cansado aventurero.
Mientras viajaba Nilon recordó con malicia al caballero Alvin Jock, como este pasó las tres pruebas del Valor y su recompensa, en lugar de El Cáliz del poder, fue un cocodrilo hambriento. Hablando de cocodrilos varios de estos se están haciendo un festín con el cuerpo de Mickey Forrester mientras Nilon viaja de país en país en solo unos minutos.