Me encontraba en un bosque, corriendo como si tratara de escapar de algo. Sentía voces en diferentes direcciones, y todas ellas decían siempre lo mismo.
《Es la hora.》
《La luna roja muy pronto llegará.》
《Muy pronto llegará tu hora princesa.》
Corría a una velocidad impresionante.
Mis pasos avanzaban sin detenerse, buscando algo desconocido, el olor a tierra húmeda y las rocas crujiendo bajo mis pasos aceleraban mi corazón sin motivo alguno, a lo lejos mi divise un lago, en el se encontraban algunas personas vestidas de negro.
Todo sucedió nuevamente muy rápido.
El escenario cambio, ya no estaba en un bosque sino que estaba en una habitación.
En ella había una niña pequeña, de cabello rubio, de ojos grises.
Junto a ella se encontraba una mujer muy hermosa, quien se encontraba peinando su cabello con ternura, mientras le cantaba una canción.
Devuelta todo cambio.
Ya no estaba en una habitación, sino que estaba en un campo, las personas luchaban entre si sin piedad.
Todo a mí alrededor ardió en llamas, el viento golpeaba violentamente sobre mí y las voces volvieron a escucharse de forma distinta.
Sonaban distorsionadas.
《Vienen a por ti.》
《Cuídate.》
《No confíes en nadie, hasta la persona que más quieres será capaz de traicionarte.》
《Despierta, están llegando.》
Todo a mí alrededor se desvaneció, dejándome inconsciente ante tantas dudas.
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Abrí mis ojos sobresaltada, mi respiración se encontraba acelerada.
Era normal para mí tener estas pesadillas sin un fin concreto.
Pero lo que más me preocupaba es que este sueño sin duda había sido el más real de todos.
No sabia que hacer. Si tratar de olvidarle y no darle importancia o investigar el porque de mis sueños.
Minutos luego de estar un tiempo acostada tuve que levantarme para dirigirme hacia la universidad.
Entre al baño para ducharme, me sentía cansada mental y físicamente, la ducha me sirvió mucho para calmarme, aunque sea un poco.
Me vestí con unos pantalones negros rasgados, una blusa un poco escotada y mis botas negras.
El mismo maquillaje de siempre, rimen y delineador me encantaba sobresaltar el color de mis ojos.
Baje para desayunar, y como siempre en la mesa se encontraba una nota de mis padres, avisando que se fueron a trabajar.
Decidí llevarme una manzana ya que no quería llegar tarde a mi primer día de clases.
Me coloque mi bolso y agarre las llaves de mi auto. Al salir pude notar que se acercaría una tormenta, las nubes grises se esparcían sobre el cielo con lentitud.
Ingrese a mi auto preocupada observando las nubes grises asomarse sobre el cielo, oscureciendo todo a su paso. Podía sentir una leve opresión en el pecho, como si algo me advirtiera en mi interior..
Pero ¿Qué era aquello de lo que me advertía mi cuerpo?
Mientras conducía no pude evitar pensar en aquellas palabras de aquel sueño.
¿Quien viene a por mí?
¿De quien me debo cuidar?
¿Y quien sería capaz de traicionarme?
Esas y muchas preguntas más pasaban por mis pensamientos.
Nunca le he dado importancia a lo que soñaba, pensaba que quizás podrían ser pesadillas sin ningún sentido.
Pero ahora tenia mucha curiosidad, mi curiosidad aumentaba por comprender el significado de estas.
Al bajar del coche, observé a muchos jóvenes abrazando a sus amigos y otros a sus padres.
Entre todas las personas pude divisar a mis amigos, quienes se dirigían hacia mí con una sonrisa en su rostro.
-Rubia, te extrañamos- hablaron todos a la misma vez, provocando una carcajada de mi parte.
-Y yo los extrañe a ustedes- sonreí emocionada por verlos devuelta.
En verdad los había extrañado mucho, ellos eran los únicos que me conocían desde pequeña, conocen toda mi vida, como yo la de ellos.
No tengo muchos amigos, solo ellos. 5 insoportables pero buenas personas.
Kim, una pelirroja ojos verdes, que a simple vista puede parecer una joven bastante soberbia, pero si la conoces es todo lo contrario a eso.
Logan, un castaño de ojos azules, con un increíble cuerpo atlético, le encantaba la supervivencia e invitarnos a su casa en el campo, apasionado por el gimnasio.
Luego está Eliza, castaña con ojos avellana, tímida, con una personalidad tranquila, pero cuando se enojaba realmente llegaba a dar miedo.
Ethan, el chico extraño según muchas personas, ambos compartimos una conexión especial, siempre ha estado a mi lado en todo momento.
Y por ultimo, mi mejor amiga Rose, pelinegra con ojos verdes. Una chica que sin dudas siempre podía hacerme sonreír sin siquiera poder evitarlo, mejorando mis días grises con su presencia.
Mientras conversábamos, mi piel se erizo al sentir a alguien observándome de lejos.
Giré mi rostro para lograr ver el motivo de mi estremecimiento, pero no logre divisar a nadie.
Un susurró dentro de mi, me mantuvo alerta.
《Ten cuidado, ya están aquí.》
Logré escuchar antes de que una fuerte tormenta se desatara.