Con la mirada busque a mis dos amigos, intentando encontrarlos en algún lugar.
Y efectivamente logre divisarlos junto a sus casilleros conversando animadamente.
Me dirigí hacia ellos a paso apresurado, mientras en mi rostro habitaba una gran sonrisa, no sabía el porque pero me sentía realmente bien.
Al escuchar pasos giraron a verme y sus rostros no tardaron en tornarse confusos, quizás por mi sonrisa o mis pasos apresurados en su dirección.
-Chicos- hable animadamente- ¿vamos a la cafetería así nos reunimos con el resto?- pregunte observándolos con una sonrisa.
Me miraron aún confundidos para luego asentir, sabían que no debían de preocuparse, pues mi estado de animo suele ser muy cambiante, en un segundo podría pasar de estar feliz a tener una mirada tan fría como el hielo.
En el recorrido hacia la cafetería nadie dijo nada, lo que encontré demasiado extraño ya que nunca dejábamos de hablar estando juntos, pero dentro de mi lo agradecí, lo cual me dejo más extraña si fuera posible.
Al llegar a nuestro destino comenzamos a caminar hacia nuestra mesa, y enseguida logre divisar nuestro almuerzo, lo cual hizo que una sonriera automáticamente.
Siempre nos cuidábamos el uno al otro, lo cual me hacia muy feliz.
Nos sentábamos mientras nos saludábamos con nuestro típico saludo, que constaba nada más que de una sonrisa. Una sonrisa donde expresaba nuestro cariño.
-Chicos- les llamé intentando atrapar su atención- ¿como les fue en la clase? pregunte interesada, mientras comía de mi ensalada
-Pues fue realmente aburrido- comentó Eliza, tratando de disimular su desagrado, reí divertida- oye, no te rías- me miro intentando sonar molesta, lo cual no le salio. Alce mis brazos en signo de paz mientras reía.
Mire a los demás en busca de sus respuestas.
-Pues a mi me a encantado la clase- respondió una sonriente Kim. Todos sabíamos que a ella se le daba bastante bien la Biología, podría jurar que es la materia que más le gusta.
Le sonreí, mientras tomaba de mi jugo.
-Pues fue interesante- esta ves hablo Ethan, su mirada expresaba que no había prestado atención en ningún momento.
Mire a mis últimos dos amigos, queriendo saber como les fue.
-Pues estaba siendo aburrida, hasta que comenzaste a discutir con la profesora- admitió divertida Rose, mientras Logan afirmaba con su cabeza.
Reí fuertemente, mientras me tocaba la nuca, eso siempre solía hacerlo cuando no sabía que decir.
Las miradas curiosas de los demás se hicieron presentes, y no debíamos preguntar nada ya que por sus miradas lo adivinábamos.
-Llego una profesora nueva a la clase, la típica profesora que se cree superior y nos mira como si fuéramos insectos- La voz de Logan se hizo presente- y ya saben como es nuestra querida Alice- me miro riendo- no logro quedarse callada y logro intimidar a la profesora- finalizo terminando su comida.
Todos nos quedamos en silencio, para luego comenzar a reírnos sin parar.
Me encantaba pasar tiempo así juntos, me olvidaba de todo, y solamente eramos nosotros.
El timbre sonó avisando la siguiente clase.
Suspire levantándome de mi asiento.
Esta ves nos tocaba a todos juntos en Historia, deseaba que pasara rápido el tiempo y que por fin llegara la hora más esperada de todos, para poder irme a casa y descansar.
***
Cinco horas pasaron, hasta que por fin sonó el timbre avisando la hora de finalizada las clases, no cabe aclarar que absolutamente todos salimos de manera rápida hacía la puerta.
Me reuní con mis amigos en la puerta, ya que siempre solíamos irnos juntos a casa, vivíamos relativamente cerca de cada uno.
Estaba oscureciendo y una leve briza fría se encontraba en el aire, nos encontrábamos caminando hacía nuestro destino, nadie había traído vehículos, generalmente solíamos venir en nuestros coches pero hoy sorpresivamente todos decidimos venir a pie.
Nos encontrábamos riendo y recordando viejos tiempo, hasta que de pronto tuve unas incontrolables ganas de gritar.
Lo cual me sorprendió, mi pecho ardía y mi garganta picaba, inconscientemente mis puños se apretaron, mi pecho subía y bajaba rápidamente.
Susurros se hicieron presente a mi alrededor, solamente yo podía escucharlos.
Falta poco
Vete
Corre
Se aproximan
Sálvanos
Escúchanos
Sangre
Muertes
Princesa
Los susurros se escuchaban cada vez más fuertes, mis oídos dolían.
Mis manos rápidamente rodearon mi cabeza, intentando alejar aquellas voces de mi alrededor, pero era en vano.
Mis amigos al verme realizar tal acción me miraron preocupados.
-¿Estas bien?- preguntaron preocupados, intentando acercarse a mi.
Los susurros eran cada vez más fuertes, temía que mis oídos se hicieran daño, no entendía absolutamente nada.
Mientras las ganas de gritar se incrementaban.
-¡Basta!- grité, grité con todas mis fuerzas.
Pude sentir que el suelo bajo mis pies temblaba, absolutamente todo tembló.