Su rostro intentaba estar neutro, pero se podía apreciar la sorpresa en sus ojos.
En realidad yo también me encontraba de la misma manera, me asombraba el echo de haber podido luchar contra ella como si toda la vida lo hubiera echo.
Perdí el control sobre mi misma y deje que la ira me dominara, mi cuerpo se movía de un lado a otro, como si fuera una experta en lucha.
-Estuviste asombrosa- sonrió levemente, levanto su vista hacía el cielo para luego bajarla hacía mi dirección- debemos entrar ya se hizo tarde- comentó.
Fije mi vista en el cielo, y era cierto. Este se encontraba levemente oscuro, la tarde estaba cayendo, dejando paso la noche.
Asentí rápidamente siguiéndola hacía dentro de la casa.
Estaba cansada, suponía que pasaría la noche aquí, no habíamos tenido tiempo para hablar de ello.
Nos dirigimos hacía una habitación diferente, en esta se encontraba una habitación sencilla, una cama matrimonial, un gran armario y un gran cuadro frente a la cama.
Unos centímetros al lado del armario se encontraba una puerta marrón que suponía que dentro de esta se encontraba el baño.
-Dentro del armario se encuentran prendas de ropa, puedes elegir la que quieras- hablo recostaba sobre el marco de la puerta- en aquella puerta se encuentra el baño, luego de darte una ducha te espero en el salón-comentó para luego darse vuelta y cerrar la puerta tras ella.
Mis pasos se dirigieron hacía el armario, y al abrir sus puertas me asombre al encontrar decenas de diferente tipos de ropa.
Mis ojos recorrían asombrados cada rincón de este, no me decidía que ropa usar.
Pero una rápidamente me llamo la atención, consistía en un short de cuero de color negro y una camisa del mismo color, pero de seda, decidí dejarme con mis zapatos altos, al tener todo listo me dirigí hacia el baño.
Este no era muy diferente al anterior, todo era sencillo y tranquilo, exceptuando que en este se encontraba una gran tina lo cual me encanto.
No espere ni un segundo más, rápidamente me quite la ropa y me dirigí hasta la tina para preparar el baño.
El agua fría lleno rápidamente a esta dejándola por la mitad, acerque mi mano al interior de esta y al tocar el agua esta cambio de temperatura dejando así el agua tibia
Todavía no lograba acostumbrarme, no entendía como podía cambiar la temperatura del agua con tan solo tocarla.
Al entrar dentro de esta mi cuerpo se relajo notablemente, levemente eche mi cabeza hacía atrás permitiéndome hundir mi cuerpo bajo el agua.
Pensaba que aguantaría unos segundos quizás más, pero me sorprendí al verme respirar bajo esta, el agua no me afectaba en nada, podía oír, ver, incluso respirar sin ningún problema.
Falta tan solo un mes princesa
Escuche una voz apenas audible dentro de mi, aquello me desconcertó haciendo que saliera rápidamente del agua, mi respiración se había alterado, y mis sentidos se habían puesto alerta.
¿Un mes para que?
¿Acaso hablara de la Luna Roja?
Si fuera así, ¿como aprendería a controlarme en tan poco tiempo?
Necesitaba conversar con Mercy lo antes posible.
Me termine de secar y rápidamente me coloque la ropa, para luego salir en busca de respuestas.
Me encontraba en la sala pero no había rastro de Mercy en esta.
Necesitaba encontrarla y hablarle, que me explicase mis dudas, la curiosidad me estaba matando y solo ella podría ayudarme.
-¿Me buscabas querida?- preguntó, haciendo que rápidamente me girara hacía ella.
Sabía que no hacía falta que hablara, mi mirada lo decía todo.
Soltó un suspiro mientras se dirigía hacía un gran sillón.
-Siéntate por favor- pidió y así lo hice.
-Falta muy poco tiempo para que la Luna Roja por primera vez en siglos regrese- explicó- esta anunciara que tu estas viva, cientos y miles de criaturas incluso demonios y hadas estarán en tu búsqueda. Es por eso que te traje hasta aquí, para ayudarte a controlar tus elementos, a dejarlos despertar, ya viene siendo hora que dejes despertar tu poder en ti, tu sangre es de guerrera es por eso que sabes luchar sin siquiera haberlo practicado, esta dentro de ti, tu poder te ayuda a pelear increíblemente bien- suspiro- recuerda siempre creer en ti y así lograras todo lo que te propongas, nunca dejes de creer en ti, porque eso podría perjudicarte y no querrás que eso ocurra- espeto.
-Falta un mes- hablé luego de unos segundos en silencio.
Me miraba sorprendida.
-¿Como sabes eso?- preguntó asombrada.
-Lo escuche dentro de mi, siempre siento que alguien me habla en mis pensamientos, avisándome incluso advirtiéndome de muchas cosas- le expliqué.
-¿Quien te habla?- preguntó curiosa.
-No lose, simplemente sucede sin que pueda evitarlo, es una voz dulce pero a la vez ronca- traté de explicarle.
-Interesante- susurró pensativa- ¿hace cuanto tiempo llevas escuchándola?- me miro seria.
-suspire- No lose, creo que desde que mis elementos comenzaron a despertar, desde la primera vez que te conocí en aquella biblioteca- fruncí levemente el ceño.