La Elegida (en Edición)

Capitulo 29

Las palabras se encontraban estancadas en mi garganta sin poder salir.

Aquélla habitación era hermosa la más grande que había visto, todo era de piedra por dentro y un que otro rastro de madera antigua perfectamente cuidada.

-Es precioso- susurre tocando suavemente aquél hermoso cuadro digno de admirar por horas.

-Este cuadro le pertenecía a mis abuelos, de ellos lo herede- comentó- este se pasa en generaciones, mis antepasados los elegidos para ayudar a salvar al mundo también lo tenían, hasta que me tocó tenerlo a mí, la mayor parte del tiempo paso mirándolo, es una réplica exacta a la luna- explicó sutilmente.

-¿Cuánto tiempo lo llevas aquí?- le pregunté.

Escuche como reía suavemente a mi lado ocasionando que mi vista girará hacía ella.

-Demasiado tiempo- comentó con un dejé de ironía.

-¿Años?- volví a pregunte, rodando los ojos.

-Siglos- me corrigió mirandome con diversión.

Mis ojos se encontraban desorbitados, la sorpresa era tan grande que no pude evitar dar un paso hacía atrás.

-¿Qué?- pregunte abrumda.

Río fuertemente para luego pasar de mi lado ignorando mi pregunta.

-Te contaré una historia- sonrió sentándose frente a una gran mesa.

En esta se encontraba dibujada diferentes tipos de mapas que no lograba comprender, a su alrededor había letras en romano. 

La caligrafía era tan perfecta, al estar frente a esta pude observar que algunas partes de los mapas brillaban y a su ves las letras se oscurecian cada ves más.

-¿Estás lista pregunto?- una vez que me había sentado.

Asenti como respuesta sin poder decir nada.

¿Que era lo que me quería contar?

-Te contaré la historia de tu naturaleza- explicó- y de porque eres tu la elegida, asique tendras que escucharme sin interrumpir- avisó seriamente.

-Te escucho- hablé firme.

-Hace siglos la diosa Gea quería tener un progenitor heredero de sus poderes, quería que este salvará al mundo, que su fuerza fuera mucho más fuerte que la de todos los dioses, que su belleza fuera la imagen más hermosa de todos y que su bondad fuera la felicidad de muchos.

Conforme pasaba el tiempo la diosa se planteaba cada ves más esa idea, quería tener un progenitor el único en miles de siglos, para que eligiera de quien nacería, ella debía de elegir los padres de su progenitor para que cuidaran de el.

Estaba tan segura de que sería un niño, pero su sorpresa fue más grande al enterarse de que sería una niña.
En ese momento ella sabia todo lo que sucedería con su llegada y lo que implicaría su fuerza y belleza ante todo ser.




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