La Elegida (en Edición)

Capitulo 48

POV. Alice Camberleck.

¿Qué sucedería al llegara nuestro destino?

Aquélla pregunta rondaba en mi interior durante todo el día, mis nervios aumentaban al pensar en la posibilidad de qué no pudiera conformarme. 

Temía qué nada fuera como planeabamos, sabía que debería de enfrentarme ante todos sin que estos sospecharan.

¿Cómo cambiaría mis rasgos? 

No comprendía qué debía de hacer para poder cambiar de forma física en tan poco tiempo, ¿Cómo lo haría?

Debes tranquilizarte.- susurraron diferentes voces, abrumandome.

Debía de hacerlo, pero..¿Como lograría tranquilizarme?

Una extraña sensación comenzó a invadir mis pensamientos, creando pequeñas visiones en mí.

A mi alrededor se encontraban miles de personas observando mi llegada, podía observar que a lo lejos se encontraba la gran estructura del Palacio, maravillandote ante aquélla preciosa vista.

Podía sentir leves murmullos de los habitantes de aquél lugar, los ojos de cada persona se encontraban posados en mí, queriendo atravesar mi alma.

Una extraña sensación de calidez comenzó a invadir mi cuerpo al llegar hasta donde se encontraban dos personas, estas se encontraban siendo tapadas por el cuerpo de los presentes, siendo imposible poder reconocer sus rostros.

Mí corazón comenzaba a acelerarse a medida que mis pasos comenzaban a acercarse hacía aquéllas personas.

Podía sentir como mis elementos se mezclaban entre sí queriendo salir, comenzaba a alterar mis sentidos, no comprendía qué era aquélla sensación tan cálida en mi interior.

El aire se tornaba tenso a mi alrededor, los rostros de confusión de los presentes era evidente, sabía que mi cuerpo emanaba un aura extraña, poderosa, aquello me era imposible ocultarlo, no cabía duda qué cada uno de mis demonios se encontraban junto a mi, controlando mi cuerpo.

Mis pasos cada vez se acercaban más a aquéllas extrañas personas, como si se tratase de imanes, los nervios atravesaban mi cuerpo, perdiendose en mi interior.

Una extraña sensación a mi alrededor comenzaba a hacerme sentir protegida por cada una de los presentes, como si una fuerte energía nos uniera creando un lazo realmente fuerte.

Mis pasos frentaron abruptamente al observar como los presentes se hacían a un lado dejando ver el rostro de las Reyes frente a mí.

Entonces pude sentir como algo en mi interior se quebraba para luego reconstruirse nuevamente, confundiendome, abrumandome e incluso sintiendo una sensación cálida en mi interior...

Las palabras se encontraban atoradas en mí, mis ojos no podían despegarse de sus rostros, entonces pude observar que tenía un parecido realmente notorio con Cassandra..

Realmente eramos parecidas...

-Alice- susurraron en el aire.

Cada extremidad de mi cuerpo se encontraba paralizada ante todos, intentaba que estos no comprendieran mi actitud.

-Alice- susurraron alteradamente.

Cerre mis ojos intentando detener aquél extraño calor en mi pecho..

-¡Alice!- gritaron frente a mí, alterandome.

-¿Qué sucede?- pregunté intentando normalizar mi respiración.

Mi pecho dolía, podía sentir como miles de aujas se clavaban en éste dejandome sin poder respirar. 

Observe confundida a mi alrededor, aquél sueño lo había sentido tan real que quemaba en mi piel, frente a mí se encontraba Mercy junto a Ethan observandome preocupados.

-Tuviste una visión- centre mi atención en mi guardiana- ¿Qué has visto?- preguntó intrigada, analizando mi rostro.

¿Porqué aquél sentimiento de angustia se instalaba en mi cuerpo al recordar aquélla visión?

Todo había sido tan real, el leve viento qué golpeaba dulcemente sobre mi piel, erizandola. 

Las miradas y cada uno de los murmullos qué provenían de cada una de aquéllas extrañas personas.

-Pude ver que sucedería al llegar hasta el Palacio- susurre aún recordando aquéllo.

-Debemos llegar cuánto antes- escuché a las letanías la suave voz de Mercy.

-¿Cuánto tiempo nos queda para que la Luna Roja se pose sobre el cielo?- murmure cansada, mi cuerpo comenzaba a cansarse, podía sentir mis ojos queriendo cerrarse levemente.

-Llegaremos justo antes de qué ésta se pose en el cielo- comentó- Faltan tan solo un par de horas para ello- añadió, provocando qué todo el cansancio desapareciera de mi cuerpo para qué el asombro invadiera cada parte de mí.

-¿Un par de horas?- pregunté nuevamente, temiendo haber escuchado mal.

-Si- asintió observandome por el espejo del retrovisor- Tan solo un par de horas, princesa- sonrió.

¿Qué sucedería al posarse sobre el cielo?

¿Qué me sucedería?

Aquélla segunda pregunta comenzaba a repetirse constantemente en mi mente, provocando una gran confusión en mí, sentía la necesidad de saber que me sucedería cuando llegara la hora de que la Luna se posara sobre el cielo.




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