La Elegida (en Edición)

Capitulo 59

POV. Gea.

Cuándo dos personas mantienen un vínculo poderoso, fuerte, su sangre se entrelaza formando una barrera qué las atrapa, su sangre comienza a ser mucho más fuerte, llamándose mutuamente.

El brillo en sus ojos al observarse, aquella sonrisa qué ilumina sus rostros al estar juntas, el sonido de su corazón acelerado al notar su cercanía, el pequeño cosquilleo en sus manos al acariciarse, su pecho se ensancha al notar aquél extraño calor en éste, su vínculo crecía aumentando sus emociones, comenzaban a sentirse, queriendose sin poder evitarlo, aquéllo era tan único, tan maravilloso, la sangre es tan poderosa que no importa donde estés, ésta te encontrará, te llamará.

Mis ojos observaban maravillados a aquéllas dos mujeres qué se encontraban a tan solo unos metros de mí, sus ojos brillaban ante su adoración, sus manos hablaban entre sí, sintiéndose, sus cuerpos comenzaban a emanar una pequeña luz brillante, su vínculo comenzaba a poseer fuerza, aumentando sus emociones, atrapandolas.

El destino es incierto, cada decisión, cada acción realizada, a través de ésta vamos formandolo, tantas sorpresa nos deparará, tantas emociones en un camino sin fin, tristeza, alegría, lucha, decepción, tantos sentimientos mezclándose en nuestro interior, haciéndonos sentir emociones nunca antes encontradas, llevándonos a la deriva ante desiciones inconclusas.

Alice sería un ángel para todas aquéllas personas qué se encontraban a la deriva de la tristeza, el cariño inmenso qué su corazón desprendía cambiaría el destino de muchas personas, traería esperanza al mundo.

Su comienzo recién comenzaba, el camino le repararía muchas sorpresas, debería de ser fuerte ante todas las consecuencias qué tendrían sus acciones, aprendería a luchar contra sus enemigos, entendería el verdadero significado del amor.

***
POV. Alice Camberleck.

Un leve crujido a mis espaldas alertó mis sentidos, ocasionando que girase abruptamente encontrandome frente aquélla mujer qué había aparecido en mi visión.

Mi respiración se paralizó rápidamente ante la sorpresa, mi pulso se encontraba acelerado, podía sentir una increíble energía fluyendo por cada extremidad de mi cuerpo.

Nuestras miradas se conectaron por un breve instante, sorprendidas al encontrarnos, intrigadas ante la confusión qué emanaban nuestros cuerpos.

Te sorprenderías de lo qué podría prepararte el destino...

-¿Quién eres?- pregunté consternada.

Su rostro adoptaba pequeñas tonalidades oscuras a causa de la oscuridad qué impregraba aquél lugar, sus ojos eran grises con pequeños colores azulados en éste, brillando como dos perlas bajo la espléndida luz de la Luna.

Su cabello era de un rojo impresionante, tentador, sus facciones finas, duras, sutilmente parecidas a las mías, había algo en aquélla mujer qué llamaba mi atención, su mirada sería daría escalofríos a quién tuviera el mismísimo valor de observarla, un sumo interés comenzaba a crecer en mis entrañas.

-Margareth Camberleck- alzó su mano, la observe extrañada.- Un placer conocerla princesa- estreche nuestras manos en modo de saludo, sintiendo un calor arrasador en mi interior, quemando mis emociones, la observé impactada, no comprendía lo que sucedía.

Pequeñas visiones comenzaban a ser presentes atacando sin piedad mis recuerdos.

Mi respiración quemaba, podía sentir cómo mis entrañas se removian en mi interior a causa de aquél dolor qué se exparcia sin piedad por cada poro de mi cuerpo, atacandome.

-El placer es mío- respondí con la voz levemente ronca, rompiendo rápidamente el contacto entré ambas.

-Alice Camberleck- murmuró sonriendo, paralizando mi cuerpo.- Por fin nos reencontramos, querida- la observé asombrada.

¿Cómo era posible aquéllo?

-¿Qué?- murmure aturdida.

-No podría olvidarme de mi verdadera nieta- su voz se tornó ronca.- Eres tan parecida a tu madre- susurró analizando mi rostro, mi respiración se encontraba paralizada, no comprendía lo que sucedía.

-¿Cómo sabes mi nombre?- pregunté comenzando a reencomponerme.

-Mantenemos un vínculo realmente poderoso, Alice. Pasaron siglos antes de tu llegada, podía observarte a través de mis visiones, todo éste tiempo te he observado, se todo de ti, se qué has ocultado tu verdadera identidad ante todos, se qué todo cambiará a partir de éste momento, lo puedo predecir y se qué tú también lo harás, no temas.- suspiró sonriendo, la observé atónita, nuevamente podía sentir como si pecho se hinchaba ante la emoción, sonreí sin poder evitarlo.

-¿Porque tú si puedes recordarme?- pregunté curiosa ante la respuesta.

-Hay cosas que no sabes, Alice- respondió- Y me encargaré de qué las sepas. En mis visiones predecia el nacimiento de una niña cuya alma sería tan poderosa, cuyo vínculo sería unido junto al de otra bruja, formando una barrera entre ambas, protegiendose, amandose. Cuándo tu naciste lo sentí, sentí extrañas sensaciones en mí interior, podía sentir como mi corazón latía desenfrenadamente al sentirte, escucharte inclusive verte a través de mis visiones, podía sentir lo poderosa qué eres, podía sentirlo como sí estuvieras a un lado de mi. Al nacer tu me salvaste, rompiste aquélla condena de mi muerte, hiciste que volviera a vivir, compartimos un fuerte vínculo, éste siempre estará encadenado a ambas, nos sentiremos, incluso nos cuidaremos a pesar de la distancia.- finalizó.




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