La Elegida (en Edición)

Capitulo 78

POV. Guarida Dark Moon.

-Quiero qué llames a los antiguos amigos de Alice Camberleck- ordenó de manera inmediata el hombre desconocido, ante un grupo de chicos que le observaban con temor.

Estos astintieron antes de desaparecer de su vista, dejando ante éste un pequeño joven con actitud prepotente.

-¿Qué más necesita, jefe?- respondió a modo de pregunta, observando con cinismo al mayor.

-Necesito qué observes de lejos a la princesa- ordenó luego de unos segundos, levantándose de su asiento para luego dirigirse hacía el menor- quiero que me mantengas informado a cada momento- acarició su rostro- ¿Has entendido?- el joven asintió sonriendo.

-Claro que he entendido, Tyler- murmuró a escasos centímetros de sus labios.

-Eso era lo que quería escuchar- conectó sus labios, en un suave beso..

****

POV. Alice Camberleck.

Mi vista se encontraba ante el enorme reloj que se hallaba en un rincón del espacioso salón.

Tic toc.

Suspiros se escapaban de mis labios en modo de frustración.

Aquélla conversación ante el Rey se encontraba en mis pensamientos, incapaz de alejarse de mi.

Tic toc

Mis ojos se cerraron por un breve instante, anhelando encontrar paz en mi interior.

Unos pasos llamaron mi atención provocando que girara mi cuerpo levemente, encontrando a unos metros de mi el sonriente rostro de Alexander.

-Príncipe- saludé con alegría, éste sonrió aún más al notar el entusiasmo en mi voz.

-Mi dulce flor- respondió sentándose a un lado de mi cuerpo- ¿En que pensabas?- preguntó rodeando mi cintura con su brazo.

-Pensaba en todo- murmure recostandome sobre su hombro, confortandome.

-¿En todo?- asenti cerrando mis ojos por unos instantes- Todo es una palabra muy significativa, no he parado de pensarte ni un segundo, mi dulce agonía- mi corazón pálpito a una gran velocidad al escucharle decir aquéllo.

-Alexander- le llamé, dejando que mis emociones hablaran por mi.

Éste expresó un pequeño sonido proveniente de su garganta.

-He extrañado tus besos- admiti sintiendo como su brazo rodeo con más fuerza mi alrededor.

-También yo- admitió, un pequeño calor envolvió mi corazón ante sus palabras.

Deja que el amor te envuelva, princesa.

No es malo amar..

Tu lo mereces.

Mis pensamientos divagaban sobre cualquier rincón, llevandome ante un perverso lugar..

-Princesa- respondió una voz detrás de mi, mi cuerpo se tenso al notar de quien provenía.

Unas suaves caricias eran presentes sobre mi espalda, mi respiración se alteraba al sentir como sus manos se posaba en cada extremo de ésta, provocando que mi cuerpo temblara bajo su tacto.

Mi corazón palpitaba a gran velocidad, que temía que pudiera escucharse por toda la habitación, delatando mis nervios.

Un jadeo se escapó de mis labios al sentir por completo su cuerpo detrás de mi.

-Alexander- gemi en su oído, sintiendo como mis muslos temblaban ante la excitación de sus suaves roces.

-Quiero que seas mía, dulce flor- murmuró apretando mis glúteos de manera posesiva.

Mi centro palpitaba de manera continúa, mi estómago se comprimia al sentir el placer divagar por mi cuerpo.

-Tocame, príncipe- respondí girando mi cuerpo, llevando mis manos a la cremallera de sus pantalones.

-Sera un palcer, madame- sonrió empujando mi cuerpo contra la dura pared, de manera posesiva.

Gemi al notar su erección entre mi centro, mis uñas arañaron sin piedad sus brazos, necesitaba más de el.

-Bésame- murmure entre su cuello, dejando una leve mordida sobre éste.

Un jadeo se escapó de sus labios al escucharme, su cuerpo ejerció fuerza sobre mi, delirando mis sentidos.

-Toda la vida- respondió antes de juntar nuestros labios, en un beso apasionado. Su lengua danzaba sobre la mía, sus manos ejercian presión sobre mis muslos. El aire era escaso entre nuestros cuerpos, nuestros corazones de unían entre si provocando una dulce melodía.

-Te haré el amor, hasta que pidas piedad- murmuró al separarse de mi, antes de posar su mano sobre mi centro, ejerciendo presión en este

Sus labios se posaron rápidamente sobre los mios, ahogando mis gemidos. Mi piel pedía a gritos sus labios, implorando ser marcados.

-Marcame- alce mi voz girando su cuerpo contra la fría pared, mis ojos se encontraban rojos, tan rojos como la sangre. Mis venas sobresalían de mi piel, extaciadas ante sus roces.

Mis ojos se encontraban nublados ante la excitación, la espesa oscuridad envolvia nuestros cuerpos, desapareciendo ante esta..

-Alice- murmuró con sorpresa, una leve mueca se encontraba sobre su rostro.

Mis pensamientos se desconectaron al escucharlo pronunciar mi nombre.

-Alexander- murmure de igual forma, podía sentir el calor apoderarse de mi cuerpo. Mis mejillas ardían a causa de la vergüenza que comenzaba a sentir.

¿Por qué había imaginado aquello?

****
-

Alice- escuché mi nombre proveniente de una dulce voz.

Mi vista se poso sobre una niña que se encontraba a escasos centímetros de mi, observandome en silencio.




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