Capitulo 91

POV. Gea.

La verdad renace de las cenizas.

Siempre he pensando que las cenizas esconden tantos secretos, tantas verdades repletas de fuego.

Queriendo escapar entre sus llamas, queriendo quemarse en el tiempo para desmoronarse.

Pero..¿Alguna vez has observado detalladamente las llamas del fuego, como cualquier objeto que se encuentra quemando, transformándose en cenizas?

Son esos pequeños detalles de la naturaleza que nos advierte, nos enseña y nos cuida de cada secreto que se encuentra a nuestro alrededor.

Ha pasado tanto tiempo en el cual la verdad de cada una de las situaciones que acontencian se han quemado, resguardandose entre sus cenizas..

Para luego dejar que las mentiras transformaran al mundo en un lugar de hipocresía.

Un lugar al cual las personas frecuentaba cada día de su vida, mintiendo sin cesar, viviendo una vida repleta de miseria, refugiandose en la incertidumbre de sus acciones.

Pero.. ¿Qué ocurriría cuando la verdad renaciera de sus cenizas?

El mundo daría un giro inesperado, cada mentira dicha sería un detonante perfecto para explotar todo a su paso, cada desprecio sería reemplazado por sus malas acciones.

Lo que mal siembras, mal lo cosechas.

Y eso estaba ocurriendo. Las personas se encontraban tan acostumbradas a que les mintiesen que cuando se les habla con la verdad se sienten indignadas.

Tantas verdades se estaban desenterrando que el mundo comenzaba a sucumbir entre sus mentiras.

Todo es cuestión de tiempo para salir a la luz..

-Mi querida Alice, te encuentras tan cerca del principio del fin- suspire observando su silueta en mis pensamientos.

>>Sólo recuerda que la voluntad ante todo se encuentra dentro de ti, jamás dejes de luchar- imagenes de lo que sucedería se infiltraron en mi mente, causando un inminente dolor en mi interior.

Suceda lo que suceda, jamás dejes de luchar..

*****

POV. Alisson.

- No hay nadie por estos lugares, jefa- frunci el ceño enfadada.

-Ella está aqui- mi voz sonó alterada- Se que está aquí y debemos encontrarla.

-¿Como estas tan segura?- el joven me miraba con confusión.

- Porque se que jamás dejará sólo a Alexander, ni mucho menos a esos niños caprichosos.

-¿Que tienes pensado hacer?- suspire.

- Me encargaré de ella- sonreí con arrogancia.

No podrás vencerme mientras no tengas el amor de tu lado.

-¿Qué haremos nosotros, Alisson?

-Ustedes encarguense del príncipe, déjenme a cargo de Alice..

-Entendido, jefa.

Voy a por ti querida..

******

POV. Alice Camberleck.

Voy a por ti querida.

Oí en mi interior mientras me encontraba en los brazos de Alexander.

Mi cuerpo se tenso al escuchar la voz de Alisson.

-Alice- murmuro Alex a mi lado, su voz sonaba distorsionada.

Las palabras se encontraban atoradas en mi garganta impidiendole el paso, el fuego recorría mis venas con violencia impregnadose en mi piel.

-¡Alice!- está vez su voz logró sacarme de mi transe, observando su rostro preocupado- ¡Maldición estas hirviendo!

Debes prepárate princesa, ella está cerca- murmuraron diferentes voces a mi alrededor.

-Debes irte, Alex- respondi sintiendo los latidos de mi corazón avanzar de manera brusca.

-¿Que está ocurriendo, Alice?- pregunto separándose de mi cuerpo- ¿Porque hierves de esta manera?

- No.. - un fuerte impacto interrumpió mis palabras.

Nuestras miradas se dirigieron hacia el rostro de Alisson quien se encontraba inerte frente a nuestros cuerpos.

-Pero mira a quienes encontré- río con cinismo, sus ojos reflejaban furia.

¿Acaso crees que tu enfado logrará atemorizarme?

-Pero mira quién está aqui- repetí sus palabras quedando a tan sólo unos pasos de su cuerpo- Si no es más que una pobre rata inmunda- reí sintiendo su aura oscurecer.

-Deberías tragarte tus palabras, la única rata aquí eres tú- escupió con ferocidad.

-¿Que está ocurriendo aquí, Alisson?- Alexander se tenso al escuchar nuestra conversación.

-Lo que ocurre, querido. Es que te encuentras tan acostumbrado a que te mientan que ya no logras distinguir quienes se encuentran a tu lado- volvió a reír.

-No se a donde quieres llegar con todo esto- su voz se tornó ronca.

- Tu sabes lo que quiero- respondió- ¿O puedes preguntarle a tu querida Alice?