La Elegida (en Edición)

Capiulo 93

POV. Alice Camberleck.

-¿Porque se supone que debemos de esperar aquí?- frunci el ceño observando con curiosidad la extraña habitación.

-Tendremos que esperar a que ellos lleguen, Alice- respondió suspirando a causa de mi inquisidora mirada.

-Esperemos que lo que tengan que decirme en verdad valga la pena- hable resignada.

-¡Créeme que valdrá todos los tesoros de los dioses!- alzó la voz una mujer a mis espaldas, sobresaltadome.

-¿Margareth?- pregunte sorprendida.

¿Como había llegado sin siquiera cruzar la puerta?

-Además de ti, querida, también tengo mis trucos- respondió sonriendo con gracia.

-¿Y los demás?- se unió la voz de Mercy, con preocupación.

-En minutos llegaran- respondió- Ha ocurrido un pequeño atracado en el camino pero se solucionará.

-¿Qué sucedió?- su rostro comenzaba a tensarse.

Ambas se miraron en silencio, causando un aura tensa a nuestro alrededor.

- No podremos decile a Alice lo que está ocurriendo, Margareth.

-¡Debemos hacerlo! Es el momento y no podremos posponerlo por más tiempo.

-..Tengo miedo de lo que pueda ocurrir.

-Ella lo entenderá, pero tendremos que contarle la verdad.

-Esta bien..

-¿De qué hablan?- mi voz las interrumpió causando sorpresa en sus rostros- ¿Qué me están ocultando?

-Tu..- Margareth trago saliva con nerviosismo- Es imposible que lograrás escuchar nuestra conversación.

-Puedo hacer todo lo que me proponga- le mire con seriedad- Ahora díganme que está ocurriendo.

- No me corresponde decirtelo sola, los demás llegarán en pocos minutos- musito tranquilidad.

-Pero...- fui interrumpida por el ruido de la puerta abriéndose con brusquedad.

-¡Aquí estamos, chicas!- contestó con alegría la voz de un hombre.

-¡Quítate del medio, Stefan!- se quejó la voz de una mujer detrás del nombrado.

-Oh disculpen, me había olvidado de sus presencias- se burló entrando de manera rápida al interior de la habitación.

-Tu debes de ser Alice- habló nuevamente la mujer, besando mi mejilla con adoración.

-¡Miren a quien tenemos aquí!- un hombre con ojos verdosos se dirigió hacia mi alzandome en un abrazo.

Mis ojos se abrieron ante la sorpresa, tensando mi cuerpo involuntariamente.

-¡Máximo!- gritó con enfado la misma mujer- Baja a la chica, la estas asustando.

-Disculpame- se disculpó con vergüenza el hombre cuyo nombre desconocía.

¿Ellos eran mis abuelos..?

Carraspe antes de hablar- Supongo que ustedes son mis abuelos- anuncié observando como asentían en silencio.

-Y en carne propia, querida- habló a mi lado aquella mujer ya mencionada- Encantada de conocerte, mi nombre es

-Encantada de conocerlos- sonreí levemente- Creo que no hace falta presentarme.

-¡En lo absoluto!- respondió Margareth- Pero primero tendrás que quitar ese hechizo de ti y demostrar tu verdadera apariencia, pequeña.

-Yo.. - trague saliva. ¿Lo haría realmente?

-No temas, jamás seremos el enemigo- el hombre cuyo nombre era Stefan me observó con ternura.

Asenti luego de unos breves segundos.

Si quería que todo acabara debería mostrar mi verdadera naturaleza..

-Por dios- jadeo Margareth a mi lado- Eres igual a ella..

-Eres hermosa, Alice- me apagaron Máximo y Stefan al mismo tiempo, ruborizando mis mejillas a causa de sus halagos.

-¿Cómo..?- pregunto en un murmullo la mujer que aún desconocía su nombre.

-Esa siempre será mi pregunta favorita..- respondi queriendo saber su identidad.

-Verónica- contestó, aún asombrada- Mi nombre es Verónica.

-Encantada de conocerlos- sonreí extraña ante sus miradas.

-Debemos de hablar de algo importante, princesa- murmuró la voz de Stefan interrumpiendo el momento y captando la atención de los presentes.

-¿De qué quieren hablar?- musite.

-Tu, tus padres..

-¿Que..?- le mire asombrada.

-Tus padres.. -carraspeo- Las personas las cuales te han cuidado, han muerto. Pero tu no los recuerdas, solamente lo que tu indirectamente has querido guardar.

-¿Qué.. quieren decir?- trague saliva.

-Tus recuerdos se borraban a medida que los años transcurrían, Alice- Maximo comentó ante mi estado.

- Cada año que pasaba olvidabas todo el dolor, olvidabas todo lo que ocurría- prosiguió Stefan en un suspiro.

-Hace cien años naciste, tus padres asignados han muerto hace bastante tiempo. Pero tu aún recuerdas momentos vividos con ellos, cuando eras pequeña- Margareth poso su mano sobre mi hombro, intentando tranquilizar mis emociones.

-Es imposible- murmure retrocediendo algunos pasos- ¿¡Cómo es posible, cómo!?- grite sintiendo mi apariencia cambiar.

-Aun no sabemos cómo es posible que haya ocurrido, cariño- susurro  Verónica llegando a mi lado, su mirada transmitía una extraña turbacion.

-¿Quiénes eran aquellas personas parecidas a ellos?- pregunte con confusión.




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