POV. Mercy.
-Joder.. Quiero que todo esto acabe- resople entrando a mi habitación, todo se encontraba a oscuras, en un tenue silencio.
-¿Porque tan cansada?- respondió una voz a mis espaldas prendiendo la luz, sobresaltandome.
-¡Ethan!- chille con sorpresa- ¿¡Que haces aquí, como has llegado!?- rodee su torso con desespero.
-Wow- suspiro acariciando mi cabello- Vaya forma de recibirme- río con suavidad, creando una corriente de electricidad en mi interior.
-¿Como has llegado hasta aquí?
-Cassandra, ella lo ha logrado- contestó, confundiendome.
-¿Cassandra?- musite sin creerlo- ¿Qué ha ocurrido en nuestra ausencia?
-Tendremos que hablar de ello más tarde, cariño- mi corazón se aceleró ante sus palabras- ¿Cómo se encuentra Alice?
- Ella se encuentra bien- respondi- O al menos lo intenta- suspire.
-¿Qué quieres decir-.. su voz se interrumpió observandome con pánico.
Mi respiración se detuvo por un breve instante al sentir un leve mareo que acechaba mi cuerpo.
-Quiero tenerte en mi vida, por completo.
-¿Qué ocurre?- pregunto Ethan con preocupación.
- Quiero tener a mi hija por primera vez en mi vida y para toda la eternidad.
- Ella..- tartamudee- Ella en verdad le ha a aceptado en su vida- mis ojos brillaron- ¡Ella en verdad la recuerda, Ethan!- grite con entusiasmo.
- No comprendo, cariño- respondió con dulzura, su rostro reflejaba confusión.
-Cassandra- suspire- Ha recordado a su verdadera hija, Alice- explique.
- Que.. - sus ojos se agrandaron ante la sorpresa, fueron segundos antes que su brazos me rodearan alzando mi cuerpo con alegría.
Reí golpeando su brazo con suavidad- ¡Ethan! Aún debemos hablar con seriedad- este asintió dejándome nuevamente sobre el suelo.
-¿Que sucede?- pregunto- ¿Porque te has puesto seria?
-Hace dos noches tuve un sueño..
-¿Qué clase de sueño?
-Uno en el cual el futuro era presente- musite con seriedad..
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POV. Alice Camberleck.
-Estamos rodeados de magia- explique sintiendo mi pecho vibrar bajo mis palabras- Somos seres de magia y el ser humano no sabe como cuidar de esta. Hay millones de historias esparcidas por el mundo, algunas tan ciertas como falsas. Para creer en verdad en el poder del más allá debemos de confiar, luchar y sentir. Somos magia y muy pocas personas saben desarrollar su poder en base a su confianza.
-¿Como es la magia?- pregunto una pequeña niña de rizos pelirrojos.
Sonreí con dulzura observando su pequeño rostro- Primero debemos de sentirla para luego poder verla; es el poder que nos absorbe convirtiéndonos en todo aquello maravilloso que nos brinda la naturaleza. Pero debemos de saber como sobrellevar nuestro legado.
>>Muchas personas tienen diferentes dones con distintos poderes en sus venas, pero eligen el camino equivocado en donde la oscuridad se esparce a su alrededor- recordé a Alisson un breve segundo- Mientras tanto, otras personas eligen el camino correcto, repleto de luz y esperanza.
-¿Cómo las hadas?- pregunto con inocencia.
Reí con adoración- ¡Claro que si! Como las hadas, los duendes, dragones y miles de seres maravillosos.
-¿Alguna vez has visto a un duende?- sus ojos brillaron emocionados, causando que las flores brillaran a mi alrededor.
-No- negué con suavidad mientras su rostro se tornaba triste- ¡Pero se que se encuentran aquí! Debes de confiar en ellos para poder verlos, tu magia logrará que se encuentren- comenté.
-¿Podré verlos?- murmuró nuevamente.
-¡Claro! Pero primero tendrás que confiar en las maravillas que habitan a nuestro alrededor y que aún no conoces; todo conlleva su tiempo y al esperar una recompensa tendrás- recite creando un esplendor brillante, envolviendo nuestros cuerpos en una esfera gris.
Sus ojos se abrieron asombrados por lo que acababan de presenciar- ¿¡Como has podido hacer eso!?- su voz tembló de la emoción.
-Recuerda que soy mágica, puedo lograr todo lo que me proponga con tal de hacer feliz a los demás; igual que tú al sonreirme- toque su pequeña nariz con picardía, provocando su suave risa.
El poder de la felicidad lo traen los niños..
-¿En verdad tu puedes hacer todo eso?- asenti con tranquilidad- ¿Puedes mostrarme algo más?
-¿Algo como que?- pregunte riendo.
- El rostro de mi madre- murmuró con emoción, paralizando mi cuerpo ante sus palabras.
-¿Cómo.. tú madre..?- no pude completar la pregunta al ver sus ojos repletos de dolor.
- Mi madre está en el cielo, allí arriba donde se encuentran todas las estrellas- respondió señalando con uno de sus brazos hacia arriba- ¿Tú puedes lograr que pueda verla nuevamente?
Trague saliva con nerviosismo- Lo intentaré, pero primero permíteme acariciar tu rostro, cariño- está asintió entusiasta.
Los niños siempre serán la esperanza ante el mal..
Suspire cerrando mis párpados, sintiendo el suave tacto de su piel.