POV. Alexander Vincent.
-Necesito que me respondas algunas dudas- anuncie observando su cabellera rubia ante la chimenea del salón.
-¿Que sucede, Alexander?- indago con curiosidad.
-Es sobre Alice..
-¿Que quieres saber de ella?- su voz sono fría.
-¿Sus verdaderos padres eran como nosotros?- pregunté observando a Mercy.
-No- negó cerrando sus parpados- Los padres que se le asignaron a Alice en el momento en el que ella nació fueron humanos, estos sabían que les ocurriria- musito dispersando mi confusión- Ella creció junto a dos personas maravillosas, quien le enseñaron valores y lo más importante; el amor de una familia.
Cada año que pasaba su poder aumentaba junto a su incontrolable carácter aventurero, sus ganas de querer aprender innumerables cosas llenaban de vida todo su alrededor.
De pequeña siempre solía ser una niña con ganas de aprender, sentir incluso soñar.
>>Pero los momentos comenzaron a complicarse cuando sus padres se encontraban demasiados cansados para cuidar de esta, su edad y cuerpo no les permitía lo que de joven si; provocando así que murieran una noche en la cual Alice comenzaba soñar con su verdadera familia, comenzando a crecer conforme pasaba su tiempo, resguardando sus recuerdos en lo más profundo de su alma para que no se les recuerde al menos que ella lo decida algún día..
-¿Pero.. que era lo que en verdad sucedería?- frunci el ceño con el deseo de entender aún más.
-La profecía dicataba, que un ser diferente a todos los demas debía de renacer entre la luz y la oscuridad- relató con su mirada posada sobre sus manos- Tendría que sufrir para saber lo que es la humanidad, debería de sentir más que todos. Ser lo más humanamente posible antes de sucumbir hacia su verdadera naturaleza.
-¿Cual es su naturaleza?
-Es un ser inmortal, nadie sabe cual es su verdadera naturaleza, al menos hasta que el comienzo del fin llegue..
-¿Que sucedería con todos nosotros si ella eligera a la oscuridad?
-Sería el inicio de un infinito calvario en nuestras vidas- respondió- Nada volvería a ser lo mismo si ella no estuviera a nuestro alrededor. Alice es nuestra oportunidad para que todo cambie, para ser felices realmente, y sin ella no podremos lograrlo.
-¿Que es lo que tiene ella que tanto les atrae?
-Porque es una persona repleta de luz y muy pocas de encuentran en este mundo. Que están dispuestas a brindar ayuda dejando su felicidad de lado sólo para ver a los otros felices.. Ella es un ángel que nos cuidara para toda la eternidad.
-Un ángel..- murmure.
-Debemos de proteger su inegridad, porque falta menos de una semana para que el inicio del fin comience.
-¿Inicio del fin?
-El inicio de su verdadera naturaleza.
*****
POV. Alice Camberleck.
-¿Como eras de niña?- murmuró la dulce voz de la pequeña.
-Era una pequeña traviesa- reí recordando años atrás- Me gustaba tener el cabello tan largo que apenas podía llegar a mis rodillas, pasaba horas cuidando y jugando con este.
-¿Como una princesa?- sonrió con entusiasmo.
-Como una princesa- reí ante la ironía de la situación.
Quien diría que lo que alguna vez soñé de niña, ocurriría en la realidad..
- Mamá solía leerme cuentos al posar la Luna sobre el cielo, hadas, duendes y grandes guerreros- chillo con alegría- Siempre me susurraba que sería una hermosa guerrera.
-¿Guerrera?- musite.
-¡Como mi mamá!- respondió con nostalgia- Una fuerte guerrera como mamá lo era.
-¿Como era tu madre?- indague.
-Era muy guapa- la alago sonriendo con tristeza- Su cabello era tan negro como la oscuridad y sus ojos eran de un color verde como las hierbas- murmuró- Siempre solíamos recorrer los bosques en busca de hadas, y converabamos durante horas olvidando todo a nuestro alrededor.
-Por lo que me cuentas era una persona maravillosa, cariño.
-Lo era- respondió sonriendo- Ha sido una madre maravillosa.
-¿Donde te encuentras viviendo?
-Pues.. Luego de su muerte no he podido volver a nuestra antigua casa- respondió con timidez- Ahora el bosque es mi hogar.
-¿¡Quieres decir que vives en el bosque!?- me sorprendí al escucharle hablar.
Asintió en silencio, provocando que mi corazón se paralizara.
-No- negué con seriedad, logrando su atención- No volverás a pasar por eso tu sola.
-¿Que..quieres decir?- tartamudeo con turbulencia.
-Quiero que vengas conmigo- musite con dulzura- Te protegere ante la maldad.
-Yo.. No lo se, princesa- susurró.
¿Como una pequeña niña podría sufrir tanto ante el mal de nuestro alrededor?
-Confía en mi, mi lucero- acaricie su mejilla con ternura- Por favor- rogue.
-Esta bien, pero no quiero molestar- aceptó con una pequeña sonrisa.
-Prometo no te arrepentirás- reí envolviendola entre mis brazos.
-Sólo confió a lo más preciado de mi vida en ti, tu la protegeras ante todo, princesa.